Qué son los sesgos inconscientes y cinco pasos para evitar que afecten las decisiones de gestión
En el marco del Círculo de Acción sobre “Liderazgos íntegros”, IDEA JOVEN - el espacio dentro de IDEA que impulsa y potencia el desarrollo profesional de los jóvenes menores de 40 años - se propuso entender cuáles son las principales barreras que dificultan la diversidad e integración en las organizaciones.
Por este motivo, se llevó a cabo un encuentro cuya temática central fue “Sesgos inconscientes”, moderado por Myriam Álvarez Iturre, Miembro de la Red de Diversidad e Integración de IDEA y Global Talent & Development Director–Hispam & Brazil de Telefónica.
La formación de liderazgos íntegros, uno de los ejes en los que trabaja IDEA Joven, está relacionada con una serie de variables, entre las que se destaca la diversidad.
En este sentido, las compañías que apuestan por equipos diversos, con liderazgos inclusivos, remarcan los beneficios que esto trae aparejado. Entre ellos aparecen el aumento del bienestar, la calidad del intercambio y la capacidad creativa, y eso tiene un impacto en materia de performance, innovación, crecimiento y hasta marca empleadora.Según se explicó durante el evento, los sesgos son aquellos modelos mentales que generan comportamientos y opiniones no inclusivas, quitándole a las personas la posibilidad de potenciar lo mejor de cada individuo e impactando en la innovación, el compromiso, la productividad, así como también en el crecimiento individual, organizacional y social.
Los seres humanos tienen dos sistemas de pensamiento: uno más rápido, que produce respuestas instantáneas, y uno más "lógico", que analiza los problemas y les da una respuesta racional.
Es el primero el que normalmente decide en la mayoría de las situaciones que lo requieran en la vida. El problema, además, es que las personas no se dan cuenta de que utilizan este sistema de pensamiento, especialmente en situaciones en las que sería necesario recurrir al "lógico".
La mente lógica y consciente es capaz de analizar problemas y situaciones y devolver una respuesta racional, pero necesita tiempo, porque invierte mucha energía en evaluar y decidir. En paralelo, funciona otro sistema intuitivo, rápido y automático que actúa en las sombras, con un poder enorme.
Ese sistema inconsciente está alimentado en parte por la cultura donde se habita, los estereotipos sociales, la educación recibida, la atención selectiva y las diferentes "trampas" cognitivas. Desde esta manera, funciona como una suerte de "economía" para el cerebro que le permite actuar de manera veloz dado que le evita el trabajo de evaluar siempre desde cero cada situación.
"Aunque los sesgos automáticos son parte de la esencia humana, las compañías podemos hacer algo con esto", aseguró Álvarez Iturre durante el evento de IDEA Joven.
"La pregunta para las organizaciones es ¿qué valor agregado te estás perdiendo al trabajar sólo con el grupo dominante? La contracara de moverse entre las cuatro esquinas del tablero es la limitación del aprendizaje que se produce al no exponerse a cosas distintas, y el decrecimiento de la empatía que se da como resultado de trabajar menos en entender al otro", continuó.
Durante los procesos de selección muchas veces suele prestarse atención al aspecto físico, la edad, la nacionalidad, la etnia, el color de ojos y de piel, el género o la orientación sexual de los candidatos; más que evaluarse las competencias y habilidades relevantes para el puesto de trabajo en cuestión.
Incluso, muchas veces los sesgos funcionan para elegir candidatos que estén alineados a cómo piensa quien realiza la búsqueda y no en buscar la diversidad. Así, los sesgos influyen en la decisión sobre a quién contratar, o peor aún, funcionan como filtro previo para que algunas personas accedan o no a la etapa de entrevistas.
Siempre es difícil reconocer los sesgos propios, pero a la hora de pensar en cómo armar un equipo de trabajo diverso e íntegro es necesario dejarlos de lado y buscar un abanico de posibilidades que enriquezca a los equipos de trabajo.
Finalizando la charla, Álvarez Iturre brindó una serie de recomendaciones para que los sesgos no afecten las decisiones:
- Identificar y reconocer los sesgos propios.
- Cuestionar nuestras primeras impresiones, especialmente cuando tomamos decisiones sobre otros.
- Validar nuestras opiniones con otras personas.
- Evitar la toma de decisiones en contextos que no resulten adecuado.
- Descansar antes de hacer valoraciones, ya que, ante el cansancio, el sesgo funciona automáticamente.