Duro pronóstico de economista sobre el dólar: "La herencia será muy compleja de administrar"
"Llegar a buen puerto será una tarea titánica", adelanta en una entrevista a iProfesional Lorenzo Sigaut Gravina, director análisis macroeconómico de Equilibra, sobre los próximos meses y el desafío que tiene por delante el nuevo presidente tanto con el dólar como con la inflación.
De hecho, sostiene que "la compleja herencia limitará el accionar del próximo presidente electo tanto en el frente cambiario y fiscal".
Al mismo tiempo, considera que la nueva gestión deberá reordenar el mercado cambiario "relativamente rápido" si desea salir del estancamiento y bajar significativamente la inflación.
-¿Cómo define la situación económica actual en plena definición electoral?
-Gane Sergio Massa o Javier Milei, la herencia económica será muy compleja de administrar, pues será más pesada en la mayoría de los frentes que la recibida en 2015 y 2019. Si gana el candidato del oficialismo la transición hasta el 10 de diciembre será ordenada, pero no habría luna de miel pues el ministro de Economía ha estado liderando el Gobierno hace ya más de un año.
En tanto, si gana Milei, los 13 días hábiles entre el 19 de noviembre y el 10 de diciembre podrían ser caóticos, porque no habría coordinación/colaboración entre el gobierno saliente y el entrante y porque la mayoría de las propuestas económicas del candidato por La Libertad Avanza son disruptivas, lo cual llevaría a los agentes económicos a tratar de anticiparse a las primeras medidas del Ejecutivo.
-En este escenario, ¿qué puede ocurrir con el precio del dólar después del balotaje?
-Acaba de terminar el congelamiento del dólar oficial mayorista a $350, donde el Ejecutivo implementa, después de tres meses de estabilidad, una política de pequeñas depreciaciones diarias del tipo de cambio oficial para acumular un 3% en la segunda quincena de noviembre. El ritmo del crawling peg (devaluación lenta) mencionado por las autoridades se quedaría "corto" frente a una inflación mensual que ronda los dos dígitos, pero implica el inicio del descongelamiento a la espera de definiciones del próximo presidente electo.
Entonces, Massa o Milei deberán decidir qué hacer con el dólar oficial que está atrasado, pero que es cada vez menos relevante, excepto para deudas en moneda dura, instrumentos dólar linked y dólar futuro. Así, tanto el tipo de cambio efectivo que percibe el exportador (70% oficial y 30% contado con liquidación) como el importador, donde en promedio las compras externas pagan una alícuota que casi 15% de Impuesto PAÍS, se ubican significativamente por encima del tipo de cambio oficial.
Es decir, el diferencial entre el dólar oficial y el exportador supera el 40%, lo que hace que el tipo de cambio real para las ventas externas sea competitivo. Asimismo, la generalización del Impuesto PAÍS a todas las compras externas hace que el atraso del tipo de cambio real para quien logra importar accediendo al dólar oficial se morigere significativamente pues encarece, en promedio, 15% las importaciones.
-¿Cuál es el impacto de esta situación cambiaria?
-La compleja herencia limitará el accionar del próximo presidente electo tanto en el frente cambiario, que trae la escasez de divisas en el Banco Central, brecha de tres dígitos y abultada deuda comercial por importaciones, como también en el fiscal por el elevado déficit primario y falta de acceso al financiamiento externo, pese a reestructuración de la deuda pública en 2020.
Por lo tanto, ni Massa ni Milei podrán dar marcha atrás al incentivo del dólar exportador, ya que habrá que sostener un tipo de cambio real competitivo para estimular las ventas externas y empezar un proceso de acumulación de divisas.
Asimismo, no sería viable en el corto plazo quitar el Impuesto PAÍS a las importaciones ni las retenciones a las exportaciones, debido a que en 2024 ambos candidatos se comprometieron a eliminar el déficit primario, que rozaría 3% del PBI este año.
La pregunta del millón es si el próximo presidente va a profundizar el desdoblamiento formal cambiario implementado en los últimos meses (estrategia gradualista) o si va a intentar unificar lo más rápidamente posible el mercado cambiario (estrategia de shock).
Una cosa queda clara: el próximo presidente tendrá que ordenar el mercado cambiario relativamente rápido si desea salir del estancamiento y bajar significativamente la inflación.
-Comentó del desdoblamiento o unificación del precio del dólar, ¿qué otorgaría una u otra estrategia?
-Entre los dos caminos para cerrar la elevada brecha cambiaria existente, por el lado del desdoblamiento cambiario formal permite acumular reservas e ir reduciendo la brecha junto con el déficit y la emisión, durante los primeros meses de gestión, para luego intentar una unificación cambiaria antes de que cierre el 2024, convalidando un salto cambiario acotado.
La otra alternativa sería replicar a mayor escala, lo cual eleva significativamente el riesgo inflacionario, la unificación implementada a comienzos de la administración Macri.
-Mencionó el tema inflacionario, ¿qué puede pasar con los precios de la economía en los próximos meses?
-Pese a que en octubre la inflación se desaceleró significativamente, volviendo al dígito mensual (8,3%), esperamos que la suba de precios se acelere en el último bimestre del año, producto del descongelamiento de precios y finalización de acuerdos tras las elecciones. La pregunta del millón es ¿qué hará el próximo presidente en el mercado cambiario?, lo cual podría generar un nuevo fogonazo inflacionario en el corto plazo.
A priori, uno piensa que la nueva gestión debería aprovechar el inicio de su mandato para ordenar el mercado cambiario y corregir el atraso tarifario, lo cual generaría mayor inflación en los primeros meses, pero sentaría las bases para implementar un plan de estabilización. La experiencia latinoamericana muestra que estos planes fueron exitosos, sólo cuando eliminaron (o redujeron significativamente) los déficits gemelos (externo y fiscal).
-En resumidas cuentas, ¿cuál es el panorama que visualiza para los próximos meses?
-Tras el proceso electoral, se comenzará a brindar certidumbre sobre el rumbo de la política económica. Luego, hasta el 10 de diciembre, quedarán tres semanas para definir equipos y terminar de designar la hoja de ruta económica para tratar de salir del laberinto de la estanflación que afecta a la Argentina hace 12 años.
Llegar a buen puerto será una tarea titánica: no sólo falta atravesar un verano muy complejo hasta la llegada de las divisas de la cosecha gruesa, que se recuperarían significativamente gracias a la finalización de la sequía, sino que la "nave" presenta múltiples averías y la paciencia de la tripulación está al límite.-