• 21/11/2024

El sector energético alerta que se acerca al borde del abismo si no bajan los subsidios a las tarifas

La nueva canasta energética, que subsidiará el consumo de los sectores de menos ingresos, permitirá mejorar una ecuación que ayudó a desfinanciar al Estado
12/03/2024 - 14:43hs
El sector energético alerta que se acerca al borde del abismo si no bajan los subsidios a las tarifas

El sector energético se encuentra desinvertido, desfinanciado, ineficiente, con riesgo de desabastecimiento y con una balanza deficitaria en lo comercial de u$s30.000 millones acumulada en los últimos 10 años.

Del mismo modo, el precio estacional de la demanda versus el subsidio a esa misma demanda evidencia un redireccionamiento de fondos de parte del Estado al precio mayorista de u$s4.800 millones durante 2023, que sería mayor este año en caso de mantenerse el mismo esquema que el gobierno kirchnerista vino utilizando porque llegaría a los u$s5.200 millones.

Estos preocupantes datos sobre la situación energética de la Argentina fueron volcados por los funcionarios de la administración libertaria que estuvieron presentes en la audiencia pública del pasado 29 de febrero, celebrada para debatir la aplicación de una "canasta energética" con la que se pretende subsidiar parte del consumo de los sectores más carenciados de la sociedad.

En esa audiencia, Héctor Falzone, en representación de la Secretaría de Energía, fue más allá al afirmar que los aportes del Tesoro Nacional funcionaron como "una rueda de auxilio a las deudas de los agentes compradores, quienes no reconocen lo suficiente y que por las tarifas planchadas enfrentaron la imposibilidad de mantener lo mínimo e indispensable para asegurar la continuidad del servicio".

El funcionario fue contundente al advertir también que "estamos al borde del abismo funcional y económico del sistema eléctrico que tiene que ser autosuficiente, económico, financieramente y con puntuales o excepcionales asistencias frente a situaciones imprevistas".

Por su parte, Fernando Solanet, también en representación de la Secretaría de Energía, exhibió una serie de gráficos sobre la composición de la oferta del gas y añadió que en total se usan unos 45.000.000 de metros cúbicos por año, y destacó que aproximadamente 40.000.000 se abastecieron en 2023 localmente, en tanto que alrededor de 5.000.000 fueron necesarios importar.

Sostuvo que la diferencia es grande entre los precios para el gas local, ya que el precio PIST está en torno a u$s4, en tanto afirmó que a Bolivia se le ha comprado en 2023 a un promedio de u$s8 y el gas importado por barco a una media de casi u$s18.

En los últimos 10 años, el Estdo aportó u$s30.000 millones para subsidiar el consumo de energía y gas
En los últimos 10 años, el Estado Nacional aportó u$s30.000 millones para subsidiar el consumo de energía y gas a patir de fondos cedidos por el Tesoro Naciional

Déficit del sector energético: se achica la porción

Respecto al Plan Gas.Ar, el funcionario de Energía mostró otra gráfica y observó que, en los últimos tres años, en cada mes de invierno se está pagando u$s80 millones y hasta u$s100 millones en compensaciones por no impactar en la tarifa el verdadero valor del PIST, y afirmó que "en menos de tres años de vigencia del Plan Gas ya hemos pagado u$s1.300 millones en subsidios".

Agregó que las tarifas finales cubren cada vez una porción menor del precio del gas PIST e informó que, en promedio, las categorías N1, N2 y N3, pagan aproximadamente u$s0,7 por millón de BTU, quedando la diferencia u$s3,3 por millón de BTU como el subsidio que termina pagándose a través de aportes efectuados desde el Tesoro a las productoras.

Solanet también hizo hincapié en que solo el 17,5% del PIST pasa a tarifa, mientras que el 82,5% restante lo pagan todos los ciudadanos tengan o no suministro, a través del presupuesto nacional que se traduce en menores jubilaciones, menor presupuesto a la salud, a la educación, mayores impuestos o una alta inflación.

Finalizó su exposición advirtiendo que el déficit del sector eléctrico alcanza los $1,8 millones, producto de un abordaje inadecuado e insuficiente de la problemática del cambio climático y la transición energética, que además opinó, es contrario al uso responsable del consumo y eficiencia energética.

Déficit cero: ancla que no se negocia

En otro pasaje de la audiencia pública, expuso Martín Vauthier, en representación del Ministerio de Economía, quien manifestó que el ancla principal del programa económico es el compromiso de alcanzar equilibrio fiscal financiero de la Nación este año, recordando que el déficit financiero fue de casi el 5% del PBI en el 2023 y sostuvo que el compromiso es ir a cero.

Aclaró que, en este contexto, los subsidios a la energía son un renglón del gasto público, que es muy relevante para la consecución de este objetivo y ejemplificó que, en el 2023, los subsidios representaron poco más del 10% del gasto primario del sector público nacional y no financiero.

El sector energético se encuentra desinvertido, desfinanciado, ineficiente, con riesgo de desabastecimiento y con una balanza deficitaria

En varias de sus diapositivas, el funcionario exhibió los subsidios energéticos en porcentaje del Producto Bruto Interno, mostrando la evolución desde el 2019, cuando representaban el 1% del PBI, sumando electricidad, hidrocarburos -donde se incluye el gas- y un resto que incluye otras transferencias a empresas públicas y fondos fiduciarios.

Observó que en 2023 ya se encuentra en la zona de 1,5% del producto, desagregado 1% de energía eléctrica y 0,5% del PBI en hidrocarburos. Y agregó que, si eso se pasa a dólares, "estamos hablando de un tipo de cambio promedio, COM de $3.500 del Banco Central en 2023, de subsidios por alrededor de u$s10.000 millones".

A esto le sumó que el año pasado, el déficit primario del sector público nacional fue del 2,9% del PBI y que los subsidios fueron 1,5% del PBI, frente a un déficit de 2,9%.

Avanzó con las diapositivas mostrando una comparación de los subsidios con la Asignación Universal por Hijo, y advirtió que dicho programa es una transferencia directa a los beneficiarios -a la población más vulnerable- que no tiene intermediarios y que es un programa que a nivel internacional ha sido muy elogiado, tanto por organismos internacionales como por otros gobiernos.

En este sentido, informó que el año pasado, la Asignación Universal por Hijo fue menos de un tercio de los subsidios destinados a la energía y observó que se trata de gastos que financian todos los argentinos -tanto los sectores más necesitados y vulnerables, como los sectores de mayores ingresos- pero aclaró que no necesariamente llega a los sectores más vulnerables.

Racionalizar el consumo

Por otra parte, puso de relevancia tanto la inestabilidad en el dólar, la inflación elevada y el endeudamiento, y las presentó no como causas; sino básicamente como las consecuencias del déficit fiscal.

Según Vauthier, "si los gastos del Gobierno superan a los ingresos -que son básicamente impuestos-, esos pesos de más de algún lado hay que conseguirlos. ¿Dónde los consigue el gobierno? Se pueden endeudar en el mercado local o en el mercado internacional o se los puede pedir esos pesos al Banco Central, vía emisión monetaria; obviamente, tanto la deuda como la emisión monetaria tienen consecuencias muy significativas sobre la macroeconomía".

Expresó a su vez que el subsidio a la demanda permitirá racionalizar los consumos y que los precios reflejen el verdadero costo de provisión de los servicios y esto genera un ahorro para el país en su conjunto porque genera un consumo más racional.

Al trabajar con una focalización o una concentración en sectores que más necesitan, el funcionario entiende que se permite que los subsidios -a diferencia de lo que venía ocurriendo- se convierta en transferencias a los sectores más vulnerables, como se viene haciendo con otros programas sociales, como la Asignación Universal por Hijo o la tarjeta alimentaria.

la Asignación Universal por Hijo fue menos de un tercio de los subsidios destinados a la energía y observó que se trata de gastos que financian todos los argentinos -tanto los sectores más necesitados y vulnerables, como los sectores de mayores ingresos- pero aclaró que no necesariamente llega a los sectores más vulnerables.
La Asignación Universal por Hijo fue menos de un tercio de los subsidios destinados a la energía, gastos que financian todos 

Finalizó su exposición manifestando que "además de buscar ir hacia el equilibrio financiero, lo que se busca es que los recursos disponibles se concentren y lleguen sin intermediarios y con eficiencia a los sectores que más los necesitan; y que un punto para señalar es que los subsidios se concentran en la demanda no residencial, es decir, en los sectores más vulnerables de la demanda no residencial".

Explicó tambié que no habrá subsidios a los procesos productivos, es decir, a las empresas ya que "cuando esto pasa no hay manera de asegurar que esos fondos lleguen a quienes más los necesitan y nosotros buscamos que los beneficiarios finales sean los sectores de menores ingresos".

El experto agregó que se puede subsidiar un proceso productivo, lo cual se podrá traducir en un menor precio de venta de un determinado producto, pero si quienes compran esos productos no son los sectores más vulnerables se da el mismo problema que actual, que los subsidios llegan a sectores que no lo necesitan siendo financiados por los sectores que sí lo necesitan.

Referencias genéricas

Tras la exposición del funcionario del Ministerio de Economía, volvió a conferirse el uso de la palabra a Sergio Falzone quien vertió consideraciones sobre la segmentación de subsidios establecida por el Decreto Nº 332/2022 y manifestó que "se pueden observar una diversidad de errores de diseño e implementación".

En ese orden, consignó que en el esquema actual se otorgan subsidios a la oferta y no a la demanda, lo que para el sector eléctrico resultan transferencias del Tesoro Nacional al Mercado Eléctrico Mayorista para compensar sus costos y cubrir los precios reales conforme fuera informado por CAMMESA, a razón de un promedio anual en los últimos 21 años de alrededor de u$s5.000 millones. También observó que dicha segmentación no contó con las particularidades climáticas de cada región, sino que se basó en referencias genéricas en el ámbito de la jurisdicción nacional, sin perjuicio de la existencia de otros regímenes específicos como el de Zona Fría.

En materias de inversiones, refirió que a consecuencia de subsidiar las tarifas a la demanda se produce un agravamiento en la percepción del riesgo para las inversiones privadas en infraestructura energética "porque para el privado no resulta atractivo invertir en un sistema que no refleja el valor real del precio en las facturas".

En este sentido, el funcionario reportó en función de los datos provistos por el ENARGAS, que el monto de subsidio en factura desde el período de referencia de diciembre de 2017 a enero pasado se estimó en u$s360 millones y agregó que, en las zonas con subsidio patagónico y régimen de zona fría, se estimó un exceso de consumo por el efecto del beneficio del subsidio de u$s479,6 millones, tomando el subsidio otorgado en factura a todos los usuarios bajo el régimen de zona fría para el período enero de 2016 a enero pasado y para el caso del subsidio MiPyme, el monto estimado para marzo de 2023 a enero de 2024 es de u$s27,29 millones.

Cambiar el concepo

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 El gasto energético de los hogares en Argentina es uno de los más bajos de América Latina y el Caribe

Todos los funcionarios que participaron de la Audiencia Pública resaltaron el objetivo de sincerar y transparentar el costo real de la energía eléctrica y el gas natural, de modo de erradicar la opacidad de las tarifas, especialmente en lo que se refiere a su financiamiento y su impacto en el usuario final. En este marco, el Gobierno también vino estudiando varios casos internacionales para un nuevo esquema de subsidios, y hasta mantuvo intercambios con equipos técnicos del Banco Interamericano de Desarrollo y del Banco Mundial durante las reuniones técnicas sobre subsidios a la energía realizadas por iniciativa de la Secretaría de Energía el 23 y el 25 de enero pasados.

Las autoridades que reportan al presidente Javier Milei señalan que la nueva concepción del subsidio no se vincula con porcentajes determinados, sino que se establece en función de la capacidad de pago de los usuarios.

De ahí parte la necesidad de conocer los ingresos del grupo conviviente, registrados y no registrados, en base a determinadas presunciones construidas sobre las bases de información del propio Estado y proporcionadas por el solicitante del subsidio.

La concepción del Gobierno es que, una familia que solicitó el subsidio porque no pueda pagar su canasta básica energética, será ayudado por el Estado Nacional y su canasta será determinada en función del consumo de gas, de electricidad y de GLP por zona climática y dependiendo del grupo conviviente.

Cómo funciona la nueva canasta

De acuerdo con lo previsto por la Resolución 8/2024, la Canasta Básica Energética (CBE) contempla las necesidades básicas de consumo de electricidad y de gas de los hogares, para cada mes del año, según su ubicación geográfica conforme al mapa de zonas bioambientales de la Argentina -establecido por la Norma IRAM 11603- y a la conformación del hogar: de 1 a 2 personas, de 3 a 4 personas, o más de 5 personas.

La Secretaría de Energía fijará un porcentaje máximo que la CBE deberá representar respecto del ingreso familiar. Superado ese umbral, se subsidiará al hogar hasta llegar a su canasta básica, determinada por las variables antes mencionadas.

El esquema contempla la capacidad de pago de las personas, para que el dinero del Estado Nacional llegue a quienes más lo necesitan y no continuar con el proceso kirchnerista de volcar recursos en forma indiscriminada y generalizada.

Dado que el dinero es escaso, el esquema propuesto no busca excluir sino focalizar la ayuda en los sectores vulnerables.

Falencias del esquema actual

  • El sistema energético está desinvertido, desfinanciado, es ineficiente y se encuentra en riesgo de desabastecimiento.
  • El principal problema es subsidiar la oferta y no la demanda. El subsidio afecta los precios generales, y no específica y únicamente a quienes lo necesitan.
El esquema contempla la capacidad de pago de las personas, para que el dinero del Estado Nacional llegue a quienes más lo necesitan y no continuar con el proceso kirchnerista de volcar recursos en forma indiscriminada y generalizada.
El ENRE implsa un esquema que contempla la capacidad de pago de las personas, para que el dinero llegue al que lo presia 

Falencias actuales

  • Las Declaraciones Juradas para la solicitud del subsidio por una única vez, no considera cambios en el ingreso del grupo conviviente. Una vez subsidiado, lo son para siempre. No hay revisiones del estatus económico después de determinado tiempo.
  • En el segmento N2 (ingresos bajos y con mayores subsidios) no hay límite de consumo. Los usuarios pueden consumir toda la energía que deseen sin racionalizar.
  • Para el segmento N3 (ingresos medios) se estableció un límite muy alto de 400 kWh/mes -cuando el consumo promedio en el país es de 250 kWh/mes- que tampoco promueve el consumo racional.
  • Los segmentos subsidiados (N2 y N3) consumen más energía que el segmento sin subsidio (N1).
  • Otorgar beneficios sin límite de consumo, deriva en consumos ineficientes y en un mal uso de los recursos, saturaciones del sistema y cortes en los suministros.
  • Los subsidios generalizados al sector de la generación de energía, nos han dejado a todos los argentinos en una situación crítica, con un sector energético que no se autofinancia y requiere aportes del Tesoro Nacional para mantenerse: +104 mil millones de dólares en los últimos 20 años, es decir, un promedio de +5 mil millones de dólares por año.
  • No se refleja en la factura el "verdadero costo" de la energía suministrada, lo que tampoco alerta ni concientiza sobre el uso de la energía.
  • Se establecieron límites de aumento de precios por debajo de los índices de Variación Salarial. A mayor inflación, más crece el porcentaje de subsidio por parte del Estado Nacional.
  • No se contempló una segmentación por zona bioclimática. Se consideró una necesidad de energía equivalente en todo el ámbito de jurisdicción nacional.
  • Tampoco se estimó la variación de necesidad entre Gas y Electricidad que hay a lo largo del país. Se considera el mismo porcentaje de consumo para todos.
  • Hay superposición de subsidios a la energía: un usuario que se encuentra en situación de vulnerabilidad económica puede estar recibiendo hasta tres beneficios de manera simultánea: Tarifa Social, RASE (Registro de Acceso de Subsidios a la Energía) y Zona Fría.

El consumo local

En la actualidad, el gasto energético de los hogares en Argentina es uno de los más bajos de América Latina y el Caribe ya qe los argentinos destinan un 3% de su presupuesto, mientras que el promedio de la región es de un 9,5%.

De la región de Latinoamérica y el Caribe, el consumo per cápita de electricidad en hogares argentinos es de los más altos, y es el país donde más barata es esa energía.