Se tensa el mercado cambiario en Brasil y pone el foco en la Argentina, tras triunfo de Trump
No por previsible deja de tener importancia lo que está sucediendo en los mercados emergentes, algunos de ellos de relevancia para la Argentina, a partir del triunfo de Donald Trump en las elecciones de hace una semana.
El centro de atención está puesto en Brasil: el real viene perdiendo valor frente al dólar, un escenario que -de profundizarse- podría elevar la tensión cambiaria en la Argentina. Algo que sucedió en otras oportunidades. La más recordada fue en enero de 1999, cuando la devaluación en Brasil operó como un virtual quiebre de la convertibilidad.
Advertidos del posible desvío fiscal y de la ola proteccionista que podría deparar el próximo gobierno de Trump, el real y el peso mexicano se devaluaron entre 2% y 3% durante la tarde del lunes.
La reciente volatilidad en Brasil -con un dólar que llegó a R$5,80 en las últimas horas por las dudas fiscales que existen en la administración Lula y las expectativas sobre posibles medidas proteccionistas de Trump- puso en alerta amarilla a los inversores locales, que siempre miran de reojo lo que sucede en San Pablo.
A su vez, el índice dólar escaló 1,7% en una sola jornada: superó los 105 puntos, lo que marca la mayor fortaleza de la moneda estadounidense en relación a las demás monedas.
En este contexto, el tipo de cambio bilateral de Argentina con Brasil se encuentra en uno de sus peores momentos históricos.
Empeoró la relación peso-real
De acuerdo al registro que lleva el Banco Central, el índice que mide el tipo de cambio entre ambos países se encuentra en 76,48 unidades. Es el peor momento desde septiembre de 2015, en el final del segundo gobierno de Cristina Kirchner.
En los hechos, este es el segundo momento de mayor fortaleza del peso frente al real desde la crisis de 2001 (atraso histórico).
El escenario ya tuvo un impacto inmediato: la Argentina muestra un déficit cambiario, que en los hechos se fue agrandando a medida que avanzó el año y se fue perdiendo la competitividad del peso que se había ganado tras la devaluación de diciembre de 2023.
"Este escenario es sostenible sólo si ingresan dólares por el canal financiero. Estamos en un equilibrio frágil", analiza Pedro Martínez, economista de la consultora PxQ.
Alerta tras el triunfo de Donald Trump
La lógica es que si Trump eleva los aranceles a las importaciones estadounidenses y se hace más proteccionista, esa política presionará sobre los precios internos.
Con una dosis mayor de inflación, la Reserva Federal elevaría la tasa de interés y Estados Unidos se convertirá en una aspiradora de dólares. El consabido "vuelo hacia la calidad" que provoca desbalances en las economías emergentes, como la argentina.
Un dólar más fuerte, que es lo que el mercado vino descontando en las últimas jornadas, perjudicará la estrategia de Milei-Caputo a favor de mantener el status quo (cepo y crawling peg del 2% mensual, o incluso menos) hasta las próximas elecciones.