El alto precio que debería tener hoy el dólar, según el economista Jorge Colina
El economista de IDESA, Jorge Colina, asegura a iProfesional que por más que la inflación haya llegado al 5% mensual, es un número que sigue siendo "anormal" para un país. Por eso considera que los argentinos "estamos acostumbrados al espanto".
Este experto, con formación de Master of Art in Economics en la Universidad de Georgetown y Master en Finanzas de la Universidad de Amsterdam (Holanda), critica que "hasta ahora el Gobierno no mostró buena gestión".
También indica cuál debería ser el precio actual del dólar oficial y libre, referencias que ajustadas a la inflación estima en más de $1.500.
-La inflación mensual bajó al 5%, ¿cómo evalúa este momento?
-Apenas asumido el Gobierno soltó todos los precios reprimidos de la anterior gestión, lo cual produjo la explosión inflacionaria ocurrida entre diciembre 2023 y marzo 2024. Entonces, como se sentó sobre el gasto público para no tener que financiar déficit fiscal con emisión monetaria, naturalmente, la tasa de inflación comenzó a bajar.
En resumen, después de un salto inflacionario del orden del 20% mensual no es raro que la inflación luego baje al 5% mensual o al 3% mensual. Parece una situación que tiende a la normalidad, pero es porque los argentinos estamos acostumbrados al espanto.
Es que una tasa de inflación de 5% mensual es una inflación altísima de 80% anual, o de 3% mensual representa alrededor de 42% anual. Sigue siendo anormal.
-Pero esa cifra parece ser el piso actual para los precios…
-Para tener una inflación de un dígito anual, como tienen los países normales, y aquí no sólo hablamos de países desarrollados sino de Chile, Uruguay, Bolivia y Paraguay, Argentina tiene que tener tasas de inflación inferiores 0,7% mensual. Para esto se necesita mucha buena gestión del Estado, que el Gobierno hasta ahora no mostró.
-Por ejemplo, ¿en qué está observando esto?
-El Presidente mostró que el norte es el Pacto de Mayo, pero quedó claro que su equipo no pudo avanzar en su implementación. No se hizo para el 25 de mayo y quedó con fecha patria de confirmación pendiente. Esto indica, a las claras, que el Gobierno tiene todavía que superar importantes déficits de gestión técnica y política. Estar en constante crisis de cambio de funcionarios también sugiere que esta gestión todavía no pudo agarrar el volante.
Es natural que suceda en un gobierno que, por primera vez, llega a poder. Nada dice que no pueda superar el desafío. Pero aquí está el desafío para mejorar el desempeño.
-El precio de los dólares libres se despertó en mayo, ¿qué puede ocurrir con esta referencia y con el TC oficial en junio y luego de la liquidación de la cosecha?
-El dólar paralelo no subió en términos reales. El ajuste que hizo en su valor nominal colocándose en $1.250 es como que mantuvo el valor real que tuvo desde marzo, cuando la tasa de inflación mensual empezó a ceder. Pero ajustado por inflación, el dólar paralelo en diciembre del 2023 tenía un valor de $1.850 a precios de hoy. O sea, hoy el dólar paralelo es un 33% inferior, en términos reales, al de diciembre del 2023.
Con el tipo de cambio oficial ocurre lo mismo a $918, que hoy serían $1.500 de diciembre del 2023 a precios actuales. Es un 40% inferior en términos reales.
-¿Se puede decir que está barato el precio del dólar?
-Creo que hay que preocuparse más por la inflación que por el dólar. Como bien lo dijo el Presidente, el dólar no está barato. Lo que pasa es que el resto de los bienes están caros. Para que bajen o dejen de subir, se necesita una economía ordenada, que es lo mismo que decir el Pacto de Mayo. Pero ya vemos las limitaciones mostradas hasta ahora para avanzar en este sentido.
-El Gobierno suma reservas a diario, ¿es suficiente que se mantenga eso para poder salir del cepo?
-El Gobierno suma reservas con similares "trampitas" que la anterior gestión. Hay menos importaciones por la recesión, hay todavía demoras en los pagos de importaciones. Además, el 20% de las exportacionesse pueden liquidar por los dólares paralelos legales y, como plafón, el cepo que contiene la demanda en general.
Ahora, si se cambia el escenario y uno se imagina una economía creciendo sin cepo, tendría que suceder que haya una ola de confianza e inversiones desde el exterior trayendo dólares. Es decir, tanto de nuevos inversiones internacionales, como de las empresas ya instaladas en la Argentina y de los argentinos con capitales en el exterior que, hasta ahora, siempre que hubo un blanqueo aprovecharon para blanquear, pero no para traer.
En otras palabras, las herramientas que están en la Ley de Bases son la tarjeta de invitación a la fiesta, pero no la confirmación de que los invitados vendrán a la fiesta. Lo mismo todos los apoyos y entusiasmos que genera el Presidente en el exterior. Hay que ver si luego se materializan en lluvia de inversiones.
Para que los invitados vengan a la fiesta de inversiones en dólares a fin de poder salir del cepo (de nuevo), se necesita implementar el Pacto de Mayo.
-Entonces, ¿cuál es el panorama que proyecta para los próximos meses?
-Hay que prestar mucha atención al ordenamiento del Estado. El Gobierno insiste con el ajuste fiscal, cuando lo que se necesita es ordenar el Estado para que fruto de un funcionamiento más profesional la sociedad pueda tener un sector público equilibrado y con mejores servicios.
El mejor ejemplo es lo que pasó con los alimentos. El Estado nacional acopia alimentos para los pobres en el marco de un fuerte ajuste fiscal, pero no los distribuye en el marco de que hay más de 40% de pobres. Las provincias criticando al Estado nacional por no distribuir los alimentos cuando la asistencia social en el régimen federal de la Argentina es exclusiva responsabilidad de las provincias con sus municipios.
Históricamente el Estado nacional quiso hacer lo que deben hacer las provincias y sus municipios, que no solo es asistencia social sino también salud pública, educación básica, vivienda y urbanismo. Pero termina enroscado en un exceso de gasto público nacional, nula efectividad de sus ayudas y frecuentes escándalos mediáticos.
El Estado nacional lo que debe hacer es ocuparse solo de los interprovincial y no inmiscuirse en temas de educación, salud, vivienda, urbanismo, ambiente y asistencia social, que son responsabilidad que deben ser financiadas y gestionadas exclusivamente por las provincias con sus municipios. Y lo más que puede hacer es medir los resultados de las provincias para darlos a conocer a la sociedad.
Con este ordenamiento, el Estado nacional no tendría déficit fiscal y el sector público en su conjunto (nacional, provincial y municipal) funcionaría mucho mejor.-