El Gobierno alista medidas de alto impacto para calmar al dólar, tras el anuncio clave de Caputo sobre el FMI
:quality(85)/https://assets.iprofesional.com/assets/jpg/2025/03/592613.jpg)
En un escenario de optimismo, el Gobierno cree haber recibido las señales suficientes para considerar que no habrá sorpresas y el acuerdo con el FMI saldrá sin problemas, incluida la aprobación de fondos frescos para fortalecer las reservas.
De hecho, este jueves el ministro de Economía Luis Caputo ratificó que Argentina le pidió al organismo u$s20.000 millones. Más tarde, la portavoz del Fondo Julie Kozack evitó referirse a una cifra concreta, pero aseguró: "Las discusiones sobre un nuevo programa apoyado por el FMI están muy avanzadas y esto incluye conversaciones por un monto considerable".
Lo cierto es que las señales que llegan desde Washington son muy positivas y definiciones como las del presidente francés, Emmanuel Macron, reflejan que las principales potencias mundiales están dispuestas a brindar otra vez su respaldo a la Argentina, es el análisis que hacen en la Casa Rosada.
Acuerdo con el FMI: Luis Caputo prepara cambios para frenar la sangría de reservas
Por eso, Caputo y su equipo trabajan pensando ya en el día después, y apuntan a medidas que permitan ir cerrando la salida de dólares, que se aceleró en las últimas semanas y llevó al Banco Central a vender casi u$s1.400 millones en ocho días.
La renovada presión sobre los dólares financieros y el libre responden a un mayor nerviosismo de los inversores, pero está sobredimensionado, según el diagnóstico del Palacio de Hacienda. En la misma línea, el vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo que no se puede hablar de una corrida porque el dólar subió 50 pesos.
En el mercado, la expectativa está depositada en las casi seguras modificaciones al régimen cambiario una vez que se llegue a un nuevo acuerdo con el FMI.
Esas modificaciones incluirían la desaparición del dólar blend y, tal vez, un menor ritmo de intervención sobre los dólares financieros.
Caputo cree que esto, sumado al ingreso de divisas por la cosecha gruesa, permitirán tranquilidad a la plaza cambiaria.
El mercado está tratando de forzar un nuevo piso para los dólares alternativos, en el orden de los $1.300, según la óptica de referentes del mercado financiero.
Con las reservas al borde de perforar los u$s26.000 millones, los cambistas creen que el Banco Central no tiene poder de fuego para dar mucha más pelea.
El dólar libre cerró el miércoles a $1.310, mientras que tanto el dólar MEP como el contado con liquidación finalizaron al borde de los $1.300, que es el techo que salió a defender el Central en las últimas jornadas. Luego de las declaraciones de Caputo sobre el monto que desembolsará el FMI, cedieron levemente este jueves.
Hay certeza, además, de que los fondos frescos que aportará el FMI no podrán ser usados para intervenir en la plaza cambiaria.
La duda es qué margen de maniobra tendrá Caputo para estirar lo que el mercado empieza a considerar un hecho: un nuevo escalón en la cotización de la divisa.

Dólar blend y ritmo de devaluación, bajo la mira del mercado
El Gobierno busca aguantar hasta las elecciones de octubre antes de aceptar una nueva depreciación del peso, pero los analistas consideran que sería una eternidad y sugieren ir introduciendo cambios a la brevedad.
También hay coincidencia en que el Banco Central no puede seguir dándose el lujo de resignar más de u$s1.200 millones por el dólar blend, y que se necesita que esas dividas se canalicen por el mercado único y libre de cambios.
El año pasado los exportadores derivaron al contado con liqui unos u$s17.000 millones, que dejaron de ir a las reservas del Central, lo que se considera uno de los grandes errores de Caputo.
Ahora, ante la necesidad de fortalecer al BCRA, ya no sería viable mantener este esquema.
Otra de las posibilidades respecto a una posible modificación del régimen cambiario es ir a un esquema de bandas, con una zona de no intervención como la que estuvo vigente entre octubre de 2018 y abril de 2019.
El BCRA se compromete a no participar del mercado mientras el dólar se mantenga debajo del techo estipulado y por encima del piso. Se trataría de una suerte de paso intermedio antes de salir del cepo cambiario, que el Gobierno prometió para fin de año.
Con todo, introducir cambios ahora al esquema cambiario empieza a tornarse razonable. Faltan varios meses para los comicios y en el segundo trimestre entran más dólares de la cosecha. Por lo tanto, esto ayudaría a reducir la presión cambiaria en un contexto de mayor flexibilidad.
Las señales del Gobierno para transmitir tranquilidad al mercado
El Gobierno espera que el nuevo acuerdo con el Fondo sea anunciado en la tercera semana de abril, durante la Asamblea del FMI y el Banco Mundial.
La principal señal que busca transmitir el Gobierno es que se mantendrá a rajatabla la disciplina fiscal, que consideran un capital político a esta altura de los acontecimientos.
A eso buscan sumarle señales más contundentes sobre la desregulación y el achique del Estado -se acaba de publicar una norma que premia a las áreas que más cesantías logren, donde seguirá teniendo un rol clave el ministro Federico Sturzenegger.
Un punto que juega a favor del Gobierno es que la salida del cepo parece cada vez menos traumática porque la demanda de dólares para pagar dividendos se negocia en cuotas y la huida de los pesos en circulación es de naturaleza transaccional.
Dado que el eje de la política económica es el equilibrio fiscal, terminada la transición cambiaria, la Argentina debería adoptar un régimen de flotación, sostuvo el economista Juan Carlos De Pablo.
Advirtió que en política económica no hay nada peor que tener el tiempo en contra y comprometer formalmente al Banco Central (BCRA) a vender dólares a determinado precio.
Dijo que eso "no solamente no generaría confianza, sino que generaría dudas referidas al cumplimiento del compromiso".
Pero De Pablo advirtió que, a los ruidos propios de la realidad local, en 2025 hay que sumarle el ruido introducido por el demencial uso de los aranceles por parte de Estados Unidos. Igual, dijo que "adoptar compromisos cambiarios locales para neutralizar ruidos internacionales es la mejor manera de poner en tela de juicio la viabilidad de la política económica".
Dijo que el nuevo acuerdo con el Fondo permitirá seguir bajando el riesgo país, impulsar a los inversores institucionales a comprar títulos públicos y que la Argentina pueda renegociar los vencimientos de deuda de 2026.
Además del contacto con Macron, hay canales abiertos de contacto con el gobierno de los Estados Unidos, que tiene un rol central en las decisiones que adopta el FMI. También con Italia, con cuya primera ministra, Georgia Meloni, Milei tiene una relación muy estrecha.
Así, la Argentina, en principio, ya contaría con el apoyo de los países que más gravitan en el Fondo: EEUU, China, Alemania, Italia, Francia y Japón.
El futuro de la política cambiaria recién se conocería cuando se termine de cerrar el acuerdo.
A pesar de la volatilidad de los mercados de estos últimos días, no hay dudas respecto a que el nuevo programa se firmará y que significará un financiamiento importante.
Las negociaciones con otros organismos de crédito, más allá del FMI
En este escenario, trascendió que el Gobierno retomará conversaciones con otros organismos multilaterales, como el BID y el Banco Mundial, para negociar recursos adicionales a los del FMI. Se trata de fondos atados a programas con metas de cumplimiento o bien de libre ejecución que podrían aliviar el frente externo mediante desembolsos superiores al repago de la deuda.
En los próximos 4 años, Argentina debe cancelar vencimientos de capital por u$s14.000 millones con el Fondo y u$s 12.600 millones con los bancos multilaterales. Desde diciembre de 2023 a febrero de 2025, mientras la deuda con el primero se redujo en u$s200 millones (de u$s40.900 a u$s40.700 millones), el pasivo con los otros organismos creció u$s1.500 millones (de u$s33.300 a u$s34.800 millones).
El secretario de Finanzas, Pablo Quirno, viajó a Chile para participar de la asamblea anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID). La agenda del funcionario podría incluir al titular del BID, Ilan Goldfajn.
El titular del Banco Mundial, Ajay Banga, visitará Buenos Aires el próximo 2 y 3 de abril para reunirse con Milei y Caputo. Las conversaciones en marcha contemplan el apoyo financiero a las reformas, como el ajuste del esquema de subsidios a la energía eléctrica y el transporte público por colectivos para hacerlos más "eficientes", lo que impacta en las tarifas que pagan los consumidores.
El BID y el BM tienen programas que exigen el cumplimiento de requisitos -como el avance de obras o la implementación de reformas- y desembolsos de libre ejecución, que suelen depender del guiño de Washington.
En comparación con el BID, el BM permite en teoría desembolsos más rápidos por fuera de los proyectos y con mayor facilidad que la negociación con el Fondo. No obstante, para ese tipo de préstamos, existe un convenio entre la entidad y el FMI, por el cual este último tiene que realizar previamente un asesoramiento macroeconómico. "Se está discutiendo la posibilidad de nuevos aportes", señaló una fuente al tanto de las conversaciones.
El plan del BID es financiar infraestructura, energía, telecomunicaciones, agroindustria, minería, instituciones financieras y empresas que buscan aumentar la producción.
También hay interés en apoyar tres proyectos de litio y cobre, ya que Argentina es considerada un "actor clave" en el suministro de minerales críticos.