EE.UU., entre un boom de empleo y el riesgo de una contracción económica
En febrero de este año la economía de EE.UU., la mayor del mundo (u$s22,6 billones y 25% del PBI global), agregó 678.000 puestos de trabajo a su fuerza laboral de más de 150 millones de operarios, 70% de los cuales se desempeñan en el sector servicios. Es el mayor nivel de ocupación desde julio de 2021.
Esto ocurrió después de que en enero de este año se crearan 481.000 empleos; y el resultado fue que la tasa de desocupación cayó a 3,8%, menos de 1 punto por encima del récord histórico de 3% de la población económicamente activa que se obtuvo en el último trimestre de 2020, cuando el gobierno de Donald J Trump logró el menor nivel de desempleo de la historia norteamericana de los últimos 60 años.
EE.UU., ante la paradoja del sobreempleo
En un sentido estricto, la cifra de desocupación de 3,8% es porque la economía norteamericana crea el doble de empleos en relación al personal que se encuentra desocupado. Esto significa que, en este aspecto, la situación estadounidense es de sobreempleo.
Por eso, la principal restricción que enfrenta la primera economía del mundo para su expansión sostenida es la carencia de fuerza de trabajo suficientemente calificada. Es una paradoja propia del capitalismo avanzado.
Esto ocurre cuando se experimenta un aumento significativo de los ingresos laborales, que crecieron +5,1% anual el año pasado, en términos reales, con un alza mensual de 0,6%.
Esto implica que en 2021 se crearon 7,4 millones de puestos de trabajo, con un nivel de participación laboral que alcanzó a 62,9%.
A pesar del auge excepcional del empleo en EE.UU., la ocupación es todavía inferior en 2,1 millones respecto a los niveles pre pandemia (último trimestre de 2020). Lo notable es que en estas condiciones de sobreempleo hay 10,9 millones de puestos de trabajo que han sido ofrecidos por las empresas al mercado, que no fueron ocupados por carecer de trabajadores suficientemente calificados.
"La principal restricción que enfrenta la primera economía del mundo para su expansión sostenida es la carencia de fuerza de trabajo suficientemente calificada"
Economía en alza y agudización de la inflación
La economía de EE.UU. se encuentra en un período de auge extraordinario, con un alza de +5,5% del producto en 2021. Así, encabeza, junto con la República Popular China, la recuperación global en la etapa post-pandemia.
Esto ha llevado a la Reserva Federal ha aumentar la tasa de interés de los Fondos Federales en 0,25% de 1 punto porcentual (de +0,25% a +0,5%). Se trata del primer incremento desde 2018, y el comienzo de un nuevo ciclo de alzas que se extenderá por lo menos 6 veces.
Esto coincide con una agudización extrema de la tasa de inflación, que trepó a +7,9% anual en la última semana de febrero, el mayor nivel en 40 años; y este pico fue la consecuencia directa del aumento fenomenal de los precios de la energía, que provocó la invasión rusa a Ucrania el 24 de febrero de este año, y que alcanzó a u$s118/barril la primera semana de marzo.
Si se descartan los precios altamente volátiles de la alimentación y la energía, los de la inflación "subyacente" ("CORE") treparon a +6,4% en el mismo periodo (+0,5% m/m), los que también pueden considerarse notablemente elevados.
El alza de los precios de la energía ha arrastrado al de los commodities en conjunto, con valores del níquel, el trigo y el cobre también en niveles récord.
Disparada de los commodities y temor a una recesión
Lo asombroso es que después de los logros obtenidos en la creación de empleos y el aumento del PBI de 2021, que han puesto de relieve el notable vigor de la economía estadounidense, el shock experimentado por los precios de los commodities ha desatado en Wall Street una creciente preocupación por una probable recesión en el producto estadounidense.
El cálculo de Wall Street en este aspecto es el siguiente: el precio del petróleo aumento 30% en las últimas 2 semana de febrero, en tanto que el trigo y el maíz treparon 17% y 10% en ese periodo; y esto sucede con una economía que crece cada vez más cerca de la tasa de aumento potencial de largo plazo (+2,5% anual).
A esto hay que sumarle que el indicador en tiempo real (GDPNow) de la Reserva Federal de Atlanta señala que el crecimiento efectivo de la economía norteamericana en el segundo trimestre del año estaría levemente por encima de cero (0%); y esto tendría lugar incluso antes de que el producto estadounidense experimentara el pleno impacto del shock energético provocado por la invasión rusa a Ucrania.
"El shock experimentado por los precios de los commodities ha desatado en Wall Street una creciente preocupación por una probable recesión"
De ahí la premonición (alerta temprana) de que EE.UU. estaría ingresando, o ya habría ingresado, en una etapa que combinaría una elevada inflación y un bajo (nulo) crecimiento económico, fenómeno que en la década del 70' adquirió el renombre clásico de " Stang – Inflation".
Sin embargo, contradice nítidamente esta hipótesis de una inminente recesión en la primera economía del mundo el nivel récord de creación de puestos de trabajo logrado en febrero de este año.
Lo que sí puede desencadenar una honda contracción en EE.UU. -y en el mundo- es que el shock energético provocado por la invasión rusa del 24 de febrero trepe a los valores catastróficos de un barril de petróleo a u$s200, o más.
Esto puede pasar, no es una hipótesis de Wall Street, si las exportaciones del petróleo ruso caen en más de 3 millones de barriles diarios a partir de abril, como prevé la "Agencia Internacional de Energía (AEI)" que ocurrirá indefectiblemente en los próximos 30 días.