Cuál es el récord en casi 30 años que YPF, Vista y Shell ayudarán a romper en el negocio petrolero
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Durante 2024, la producción de hidrocarburos de Argentina alcanzó valores que no se registraban desde hace más de 15 años. En petróleo, el país generó 256.268.454 barriles, la mayor producción desde 2003, pero la mirada de la industria se vuelca al presente año en procura de alcanzar su máximo histórico, luego de casi tres décadas.
Es así que en febrero, la producción llegó a los 753,4 miles de barriles diarios, lo que representó un aumento del 10,7% en comparación con el mismo mes del año anterior, una aceleración notable que es lo que hace pensar que es posible romper un récord en casi 30 años: la barrera de los 846.929 barriles diarios que la industria, a lo largo de todas las cuencas, alcanzó en 1998.
Pero lejos de ser una meta, el récord de producción es apenas un punto de partida que deberá conducir en menos de dos años al primer millón de barriles, obviamente impulsado por la productividad de Vaca Muerta, pero también con el aporte de los recursos convencionales, aquellos campos maduros que aún hoy representan poco más del 40% del total nacional.
Precisamente, el shale oil llegó en febrero a un nivel inédito de producción con poco más de 443.000 barriles al día, es decir, un crecimiento del 28,1% interanual, mientras que el convencional sumó 320.000 barriles, con una caída de 6% frente al mismo período de 2024.
El avance de los distintos proyectos de infraestructura en marcha y de las inversiones de las principales petroleras que desembolsarán este año una cifra cercana a los u$s11.000 millones permite pensar que la evolución no demandará mucho tiempo y el récord se alcanzará antes que finalice 2025, de acuerdo al consenso de distintos analistas.
Esa progresión es lo que permite, a la vez, proyectar que la industria de los hidrocarburos estará en condiciones de ofrecer hacia 2027 o a lo sumo en 2028 el primer millón de barriles diarios, un logro notable para el país, pero, a la vez, apenas del 1% del total que se mueve a diario en el mundo que supera los 100 millones de barriles día.
YPF, Vista y Shell, el tridente del no convencional
Pero lo que resta de la década también tiene sus desafíos, ya que la expectativa es que el país logre hacia 2030 o 2031 un volumen de crudo de 1,5 millones de barriles, de los cuales 1,2 millones deberían provenir de la cuenca neuquina, algo que solo es posible con la concreción de las obras de infraestructura en marcha.
A la cabeza de todo este proceso, sin dudas se mantiene YPF, la petrolera que a partir de 2026 tiene el objetivo de convertirse en una compañía exclusivamente del no convencional, y que proyecta para este año alcanzar los 200.000 barriles diarios de producción de shale oil, un crecimiento importante a partir de los actuales 160.000 barriles pese a su desinversión de las áreas maduras.
Un camino similar es el que pretende recorrer la compañía Vista, la cual proyecta cerrar 2025 con unos 100.000 barriles diarios, gracias a la aceleración de sus planes a partir de la productividad de sus actividades en Vaca Muerta, donde concentra todos sus activos. Allí viene de concretar un desempeño con un alza del 39% interanual, el más alto de la formación.
Shell, como tercer productor de la cuenca, también presiona el acelerador y con una inversión cercana a los u$s600 millones al año pretende pasar de los 50.000 barriles diarios, sumando yacimientos propios y operados por terceros, a unos 70.000 aproximadamente para los próximos doce meses, con la incorporación de equipos y facilities.
La otra compañía que busca tener un gran 2025 es Pluspetrol, la compañía que acaba de incorporar los activos de la saliente ExxonMobil y a partir del desarrollo de bloques clave como Bajo del Choique, en el cual inició un proceso de puesta en valor para duplicar su producción actual de 10.000 barriles y elevarlo de manera exponencial para lo que resta de la década.
El lugar de los cinco primeros lo completa Pan American Energy, la petrolera de la familia Bulgheroni, que aún mantiene un importante equilibrio entre sus áreas de Vaca Muerta y la producción de convencional de la provincia de Chubut, en donde es el principal operador de la Cuenca del Golfo de San Jorge con un yacimiento emblemático como Cerro Dragón.
El desafío de la competitividad para Vaca Muerta
Los costos de producción del no convencional en la Argentina son el nuevo foco de la industria que enfrenta un problema de competitividad a la hora de competir en el mercado exportador con el crudo de las cuencas de los Estados Unidos, donde el mismo pozo puede resultar hasta un 35% más económico a pesar de contar con los mismos proveedores.
En ese debate se asegura desde los operadores que hay herramientas que son 300% más caras, lo que genera un problema al tener que competir globalmente, por lo que hay una discusión abierta con las empresas de servicios especiales, tanto los internacionales como locales para reducir los costos operativos en lo que resta del año.
Se trata de un punto clave en el futuro de Vaca Muerta, ya que se afirma que la velocidad del desarrollo estará determinada por la capacidad de reducir esos costos, sin lo cual, los objetivos de producción para 2030 serán difíciles de alcanzar.
Es así que, en detalle, se analiza el impacto de la inflación de costos en dólares, las condiciones contractuales que inciden al momento de evaluar inversiones, además de tiempos de entrega de materiales son más largos que redundan a la vez en costos más altos, además de problemas locales como las regulaciones y las barreras logísticas.
Otro aspecto que se destaca central es la necesidad de infraestructura para optimizar la cadena de suministro. Lo que abarca desde la logística para el transporte de arena hasta la disponibilidad de equipos de alta tecnología, lo que contribuye a ganar competitividad no solo como objetivo sino como condición de crecimiento sostenido.