Coronavirus: Preocupación empresaria por la medida que incluye a la obesidad como factor de riesgo
A partir de una serie de estudios sobre las consecuencias del coronavirus en personas con sobre peso, el Ministerio de Salud incorporó a la obesidad entre los grupos de riesgo.
La medida fue publicada hace unos días en el Boletín Oficial de la Nación, y la norma se basa en la experiencia observada en otros países y la prevalencia de casos en los que se reconoció a la obesidad como un factor asociado a mayor riesgo de contraer el Covid-19 y de sufrir evolución desfavorable.
Desde lo sanitario, entonces se equipara a las personas obesas con otros grupos de riesgo que fueron eximidos por el Gobierno para concurrir a sus trabajos hasta tanto exista una cura contra el coronavirus.
Para hacerlo, el ministerio que dirige Ginés Gonzales García modificó el artículo 3° de la Resolución N° 627/2020, "procediendo a incorporar las personas con obesidad dentro de los grupos de riesgo definidos en la referida Resolución, en el marco de lo dispuesto por el artículo 1° del Decreto N° 260/2020".
En alerta
Si bien, desde el aspecto sanitario y epidemiológico la medida es respaldada, desde el sector empresario se prendieron algunas luces de alerta, precisamente por la incertidumbre sobre qué cantidad de trabajadores obesos deberían regresar a sus hogares.
De hecho, en la Unión Industrial Argentina (UIA), fue tema de análisis y preocupación por la falta de precisiones que tiene la resolución del Ministerio de Salud en relación al alcance final.
Es más, algunos datos que manejan en la principal organización industrial de país aseguran que la generalización de la medida puede llegar a afectar al 61% de los trabajadores del sector, especialmente en el interior del país.
"Hay preocupación y por eso hemos pedido al Ministerio de Salud que aclare el alcance de la medida que, a priori, afecta la continuidad operativa de más de la mitad de las dotaciones de personal de la industria", admitieron a iProfesional altas fuentes del ente gremial empresario que preside Miguel Acevedo.
Es que de manera generalizada, la calificación de obeso según el índice de más corporal (IMC), es superior al 30 puntos, lo cual incluye al 50% de la población, según algunos estudios privados.
"La obesidad es un factor de riesgo de mortalidad en pacientes con Covid-19, no sólo cuando se analiza la variable en conjunto con otras que suelen asociarse a la mortalidad como la hipertensión o la diabetes, sino también cuando se analiza en forma desagregada, es decir, sola", indicó a la agencia Télam la infectóloga Leda Guzzi.
La integrante de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI), sostuvo que "los pacientes obesos tienen una serie de problemas que afectan a su salud; en primer lugar hay que reconocer que se trata de una enfermedad inflamatoria crónica que afecta en forma directa la inmunidad celular tanto innata como adaptativa".
Es probable que la obesidad no haya sido considerada como un factor importante en las primeras comunicaciones sobre los alcances del Covid-19 que llegaban desde China, más que nada en un país donde solamente el 6.2% de su población padece de obesidad.
Sin embargo, los expertos que asesoran al presidente Alberto Fernández estimaron que la grasa abdominal es una condición clínica asociada con una ventilación mecánica disminuida en los pulmones con la consiguiente reducción en la saturación de oxígeno de la sangre.
De hecho, en la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo se estima que el 36% de los argentinos mayores de 18 años posee obesidad y más del 60% de la población tiene sobrepeso, de acuerdo al índice IMC que se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2).
Si bien estos factores científicos podrían abrir un nuevo debate entre las empresas y los sindicatos vinculados a los trabajadores que deberían regresar a sus hogares, en el Ministerio de Trabajo no hay, por ahora, una mirada sobre el tema.
Más que nada, se deja para la cartera que dirige Ginés Gonzales García la resolución de las dudas que comienzan a plantear los empresarios e industriales locales.
Es por eso que desde la UIA ya se le envió una carta a Salud para reclamar aclaraciones que permitan establecer el alcance de la resolución para evitar nuevos conflictos con delegados gremiales y con los propios sindicatos.
"Creemos que solo los casos extremos de grado tres de obesidad, por ejemplo, en concurrencia con otras dolencias como diabetes, hipertensión, podrían ser considerados como persona en situación crítica", señalan los industriales.
Alto nivel de obesidad
El nivel de obesidad que plantean desde la UIA se detecta en personas con entre 35 a 50 kilos de más y se denomina "obesidad mórbida", con un índice IMC de 35 a 39,9 puntos. Es decir, con un peso ideal mayor a los 40 kilos.
Hasta ahora, desde Salud no se han pronunciado sobre los pedidos industriales que temen que si la medida se deja tal como fue publicada, podrían generarse nuevos problemas en la reactivación de la producción de muchas de las fábricas que volvieron a sus operaciones después de una eterna cuarentena.
En especial en un escenario que no se plantea optimista para el futuro cercano si se tiene en cuenta, por ejemplo, que se anticipa una mayor caída del empleo para lo que resta del año.
Para la central empresaria, la prohibición de despidos y los límites a las suspensiones dificultarán la generación de nuevos puestos, retrasando la recuperación que ya fue afectada por la crisis económica y financiera desatada por las medidas sanitarias para controlar la pandemia del Covid-19.
Al punto que para lo que resta del año, ocho de cada 10 industrias tienen intenciones de reducir puestos de trabajo si es que el Gobierno desactiva las normas que actualmente impiden los despidos y solamente permiten suspensiones acordadas con los gremios.
Si este escenario termina ocurriendo, es probable que la tasa de desocupación, que hoy se encuentra en el 10,4%, se incremente por encima de los 2,2 millones de personas actualmente desocupadas, tal como estima el informe de la UIA teniendo en cuenta que el índice actual no capta del todo el panorama.
Por lo tanto, es esperable que haya un salto de hasta 5% en el segundo trimestre que seguramente será amortiguado por el desaliento y salida de personas del mercado de trabajo.
Para la UIA, el derrumbe generalizado del trabajo registrado está en línea con el freno en la actividad económica, afectando a todos los sectores productivos, aunque con las mayores pérdidas en actividades como construcción (11,1% y 41.000 puestos de trabajo menos); y hoteles y restaurantes (7,7% y 20.000 puestos menos).