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Auditoría Fiscal: ¿nueva incumbencia para los contadores?

La auditoría fiscal es una herramienta vital para las empresas y para los terceros que estén interesados en acceder a la correcta información fiscal
14/12/2020 - 20:14hs
Auditoría Fiscal: ¿nueva incumbencia para los contadores?

A diario las pymes tienen que lidiar con los impuestos. Son tantas las obligaciones formales a cumplir y es tan pesada la carga fiscal que deben soportar, que el control de las contingencias  fiscales tiene cada vez más importancia.

Por ese motivo, es vital realizar auditorías fiscales, internas y externas, con la intención de reducir los costos tributarios de las empresas. Los objetivos principales de la auditoría fiscal consisten en poder demostrar que la contabilidad empresaria y sus estados contables reflejan razonablemente las contingencias tributarias, ciertas e inciertas.

En el mismo sentido, ayuda a cuantificar en forma correcta las deudas y los créditos impositivos y previsionales existentes al cierre de cada ejercicio. La auditoría fiscal interna, que trabaja como otro sector que integra la empresa, controla el correcto cumplimiento de todas las obligaciones legales y reglamentarias impuestas por el fisco nacional y por los diferentes organismos provinciales.

Pero, además de controlar los cumplimientos, verifica que se estén aprovechando las ventajas que ayudan a reducir la carga tributaria de las empresas, tratando de maximizar de esta forma los beneficios fiscales totales.

La auditoría externa, que la realizan profesionales especializados, consiste en una mirada adicional que se realiza verificando el grado de cumplimiento fiscal de una empresa.

Las tareas internas cuentan con escaso tiempo para planificar, están muy ocupadas con el cumplimiento de todas las obligaciones diarias; a ella se le acopla la mirada externa que la complementa, pudiendo dar fe a terceros.

Para el desarrollo de toda actividad económica, ya sea de producción, de comercialización o de servicios, previamente es necesario poder planificar la viabilidad del negocio, y de esta forma definir a priori los procesos y circuitos administrativos que tienen que cumplirse.

La planificación debe realizarse al inicio y durante toda la gestión de la empresa. Como resultado del análisis existen variables sobre las que se puede influir; por ejemplo, determinar los precios de venta que acepta el mercado, conocer la competencia que existe en relación con los productos o los servicios ofrecidos y llegar a cuantificar los costos totales en los que incurre la empresa para el desarrollo de su actividad. En todo proceso económico existen diversos costos a afrontar, dentro de los cuales también se encuentran los tributos que influyen en el desarrollo de la actividad.

Por ese motivo, y con el objetivo de reducir el costo fiscal, tiene mucha importancia efectuar una evaluación y un diagnóstico que sirvan para poder determinar si la empresa cumple con todas las obligaciones formales y materiales dispuestas por las distintas normas impositivas y previsionales nacionales, provinciales y municipales. Posteriormente, debe verificarse que el resultado de esta evaluación esté plenamente reflejado en la contabilidad legal y de gestión de la empresa y en sus estados contables. 

Asimismo, siguiendo otro camino, es importante comprobar si se aprovechan todos los beneficios fiscales que se encuentran vigentes, que ayudan a disminuir el costo tributario total. La autoría debe brindar los elementos de análisis necesarios que sirven de apoyo para utilizarlos en las diferentes etapas de la discusión administrativa y judicial frente a todos los organismos. Los argumentos de la defensa deben provenir de los informes de auditoría, los cuales se elaboran sobre un determinado tema que está en conflicto. En este caso, no constituyen tareas preventivas, sino que son recomendaciones de pos análisis sobre el tema que se encuentra en discusión.

El libro de José Luis Ceteri sobre auditoría fiscal.
El libro de José Luis Ceteri sobre auditoría fiscal.

El efecto de las reformas tributarias

En Argentina, en los últimos cuatro años, se realizaron dos reformas tributarias que fueron en sentido contrapuesto. En el 2020 apareció la pandemia, lo cual obligó a que se implementen las cuarentenas y, con ello, se generalicen los trámites virtuales. Por ese motivo, los procedimientos y los circuitos administrativos de las empresas se descentralizaron, alejándose del documento físico que sirve de respaldo de la información, del proceso de verificación homologado.

Los controles que efectúan las auditorías internas, además de ser robustos, tienen que ser lo más flexibles posibles para que se adapten a los cambios que se producen, con demasiada frecuencia, en las normas y en los procesos de la administración tributaria de nuestro país.

En España, la auditoría fiscal es utilizada por el propio Estado como una herramienta de control. Se realizan las tareas de verificación, estando al servicio de los controles, que aseguren que los contribuyentes pagaron impuestos de acuerdo con las normas que están vigentes. En ese caso no interesa la optimización fiscal, que ayuda a reducir la carga tributaria soportada por los contribuyentes. La auditoría fiscal del Estado se encuentra en la vereda de enfrente, por más que se dictamine sobre los mismos temas.

En un futuro, quizás no muy lejano, en Argentina, los diferentes fiscos podrían apoyarse en las auditorías externas realizadas por profesionales especializados en temas fiscales, para sumarlas a las verificaciones que el Estado realiza por su cuenta. Hay otros terceros, como podrían ser los bancos, los proveedores y clientes de las empresas, las compañías de seguro y los demás destinatarios de lo que abonan los contribuyentes, que podrían requerir de los informes de auditoría fiscal para evaluar las contingencias que asumen en sus transacciones. Es una tarea que complementa a la auditoría contable, pero que requiere de un conocimiento específico, que debería sumarse, pero de manera independiente.

¿La planificación fiscal, que ahora quiere controlar la AFIP, significa lo mismo que la auditoría fiscal? La respuesta es que NO. La Auditoría Fiscal se encuentra alejada de asesorar sobre zonas "grises" que les pueden permitir a los contribuyentes intentar resultados de "elusión fiscal"; justamente, al contrario el objetivo que tiene es poder agudizar los controles de la gestión tributaria para evitar caer en situaciones de contingencia que pueden ser muy riesgosas para los contribuyentes.

Es una nueva rama, de la misma forma que sucede con las especializaciones que están reconocidas en otras disciplinas profesionales. Por otro lado, podría reconocerse la tarea del perito fiscal que tendría en las discusiones judiciales, entre el Fisco y los contribuyentes, mediante una opinión específica relacionada con los tributos. Incluso, en los planes de estudio de las carreras profesionales que se dictan en las diferentes universidades, los temas deberían incluirse en materias autónomas, porque es una especialización que requiere adquirir conocimientos específicos.

La auditoría fiscal ya comenzó inexorablemente su camino sin retorno. Tiene sustento teórico propio, es una herramienta vital para las empresas y para los terceros que estén interesados en acceder a la correcta información fiscal. Para los profesionales que la ejercen, es una nueva especialización dentro de las incumbencias de las ciencias económicas.