Massa, ante 4 tests claves en los próximos 100 días: ¿alcanzará su "mini plan" económico para aliviar la crisis?
Después de la accidentada maratón de dos años y medio sin resultados del exministro Guzmán y la carrera de sesenta metros llanos que no se completó de Batakis, la posta la tomó Sergio Massa.
Massa no va a ser un intelectual "ministro de la deuda" a lo Guzmán ni una interina ministra de Hacienda a lo Batakis. Asume como ministro de Economía Político y más a la vieja usanza: concentrador de más temas (no todos), con más poder que el resto de sus pares del Gabinete.
Es pragmático. Asume con cabeza política como buen gestor (ANSES, Jefatura de Gabinete, Tigre) que siempre actuó en la bonanza, nunca en tiempos de ajuste.
Viene a hacerse cargo, a "tocar la botonera" en tiempos de crisis. No viene a hacer la plancha: porque no está en su ADN y, fundamentalmente, porque la realidad no lo permitirá.
A priori, tiene perfil de un ministro "alquimista": esto es, forzar eventos voluntaristas bajo la lógica mágica de las medidas "win - win" en las que todos ganan, nadie pierde, nadie paga.
Massa hereda las urgencias y riesgos que dejó Guzmán: una aceleración del deterioro macro materializado en la tasa de inflación y la brecha cambiaria. Todavía con un buen nivel de producción y ventas que logró volver a los máximos de 2017,2015, 2013 y 2011. Esto es un pico dentro de una economía que lleva diez años estancada. Está expuesto en el frente de los pesos y el frente del dólar. Son los dos importantes, dado que se realimentan.
La herencia en el frente de los pesos
- Un gasto público primario total subiendo interanualmente por arriba de los ingresos y la inflación con foco en subsidios y planes sociales.ii) un faltante primario de caja que apunta(ba) a 2,5 billones de pesos en el año (a financiar con emisión monetaria, por encima de la meta anual con el FMI de 1.8 billones).
- Un mercado de deuda en pesos apuntalado por la emisión monetaria del BCRA (que recompró bonos) y mayores tasas de interés. El canje de deuda reciente descomprime el riesgo de rollover para los próximos meses.
- Un sistema bancario que le presta cada vez más al sector público (BCRA y Tesoro) y lo que presta al sector privado es a tasas subsidiadas contra "franquicias" del BCRA que son otra fuente de expansión monetaria.
- Una expansión monetaria del BCRA creciente (que va camino al 80 y pico % anual), por las mayores necesidades fiscales y las "franquicias".
El reciente "tarifazo segmentado" es un muy buen primer paso, político y económico para empezar a ordenar las cuentas en pesos. Posiblemente, sea insuficiente pero que abre la puerta para que el próximo gobierno tome "el toro por las astas" en materia energética.
La herencia en el frente del dólar
- Apenas u$s2.000 millones de reservas netas en el BCRA (todo en oro y DEGS), con reservas líquidas negativas por u$s5.800 millones (reflejo del uso que hace el BCRA de los encajes en dólares de los bancos para pagar deuda pública).
- Un mercado cambiario que aun con exportaciones récord, menos importaciones estacionales de energía y no exagerando la pisada del resto de la importación, en los próximos meses podría dar a lo sumo neutro (los últimos días sigue vendiendo aun con la descompresión cambiaria de los últimos días).
- Una brecha cambiaria superior a 100% (aun con la descompresión)
- Desembolsos del FMI que apenas empardan los pagos al propio Fondo y desembolsos del resto de los organismos internacionales que vienen por debajo de los pagos realizados a los mismos. Por ahora, las respuestas tienen más cotillón que contenido y sumados al "olor" a atraso cambiario, no se logra reducir la expectativa de un ajuste cambiario.
Dada la profundidad y aceleración de la crisis cambiaria e inflacionaria y la pesada herencia en ambos frentes (pesos y dólar), el tiempo de los parches quedó atrás. Si persistieran con los parches y/o quedarse en meros anuncios que después no se concretan, el "impasse" sería efímero y la aceleración de la crisis se tornaría inmanejable.
La "apuesta" trajo un mini plan para frenar la aceleración de la crisis en el corto plazo. No objetivos de mediano plazo ni solución de fondo.
Los tests clave que debe enfrentar Massa
En los próximos 100 días, hay tests que seguir de cerca:
- Si la brecha cambiaria se ubica sostenidamente debajo de 100%, con el dólar oficial acelerado y el CCL estabilizado.
- Si en septiembre y octubre el BCRA compra algo de dólares en el mercado oficial (por mayor flujo de "agro - dólares", menores pagos de gas importado o de importaciones no energéticas o eventuales mayores restricciones).
- Si las reservas netas del BCRA se incrementan porque se consiguen préstamos o se aceleran los desembolsos de organismos por encima de los pagos que se realizan.
- Si la tasa de inflación de septiembre y octubre da más baja que en julio y agosto para bajar hacia fin de año al 4/5% mensual.
En conclusión, ¿hay chance de que la "apuesta Massa" por lo menos frene la aceleración cambiaria e inflacionaria de los últimos tiempos? Se abre una posibilidad que como se venía, no estaba. Siguen flotando dudas económicas, políticas y sociales. Margen para parches no hay más. Habrá que ver el nuevo esquema en la cancha. Frenar la aceleración de la crisis no sería mejorar, sería eludir el descalabro, contener la espiralización.