Las siete fases emocionales vas a atravesar durante el aislamiento

El aislamiento social es una de las medidas que han tomado la mayoría de los países del mundo para combatir el brote de coronavirus. Mantener a las personas en sus casas y evitar que se junten y entren en contacto con otras se encuentra entre las formas más efectivas de evitar el contagio masivo y sus consecuencias. La salud pública y el cuidado de la población total se ponen, en estos casos, por delante de la individualidad de cada uno de los ciudadanos de un país. Sin embargo, el aislamiento puede tener un impacto fuerte en las vidas de las personas que así se mantienen, más allá de la obviedad de que no pueden salir ni tampoco juntarse con sus allegados o trabajar en sus lugares cotidianos.

Un grupo de expertos de una consultora conocida como Ipsos estudió la situación y pudo definir cuáles son las diferentes fases emocionales por las que ha pasado la población china durante su confinamiento por el coronavirus. Cabe recordar que el brote salió de dicho país y que fue el primero en tomar ciertas medidas preventivas y de acción para evitar una expansión mayor que la que ya estaban sufriendo.

El estudio se hizo con un objetivo puntual y que podría ser contundente: servir de guía para los países que todavía están en una etapa temprana de la crisis, donde la tasa de contagio y de mortalidad todavía no son tan altas y donde, precisamente por dichos motivos, todavía se puede evitar un daño mayor.

Fase de preparación

Se trata de la primera fase en la que se encuentran las personas aisladas de sus círculos sociales y de su vida regular. En esta fase es cuando se empiezan a cambiar los planes, a almacenar suministros y a hacer frente al falta de existencia y escasez de determinados productos, una realidad que es perjudicial para toda la sociedad pero que resulta difícil de evitar, sobre todo en lugares más recónditos y alejados de las grandes urbes.

Fase de ajuste

Los especialistas explican que la primera fase de este proceso es la de ajuste; en este momento se empieza a adaptar el día a día a las restricciones y se empiezan a crear nuevas rutinas dentro del hogar en función de las medidas impuestas por los gobiernos. De acuerdo a la investigación realizada países como España se encuentran en esta fase.

Fase de aclimatación

En esta fase se afianzan las nuevas rutinas y se hace frente a los retos diarios tanto del aburrimiento o desidia como ante el contacto familiar forzado continuo. Se empiezan a descubrir aspectos positivos de la nueva situación a medida que la gente explora nuevas actividades e intereses en los que dedicar el tiempo.

Fase de resistencia

Los expertos de Ipsos afirman que en este período aumenta la tensión con el paso del tiempo ante las restricciones de movimiento y una vida social limitada al máximo, algo que afecta directamente en el estado de ánimo y las relaciones personales. Ese estado, a su vez, se agrava ante la incertidumbre sobre cuánto va a durar este confinamiento, algo que actualmente ningún país sabe con certeza ni tampoco se han definido pautas claras al respecto desde las organizaciones sanitarias nacionales e internacionales.

Fase de alivio

Después, hacia el final del proceso, llegaría la fase de alivio, que aparece ante la reapertura de negocios y del retorno de ciertas situaciones a su normalidad. Así, las personas pueden empezar a vislumbrar el final de esta situación, el final de un período que les significó molesto, doloroso, angustiante en muchos casos. Sin embargo, tras el alivio asaltan nuevas preocupaciones sobre la seguridad laboral y financiera tras esta crisis, cuando las consecuencias económicas empiezan a ser evidentes.