¿FMI, "maquinita" o el mercado?: bancos internacionales ahora se preguntan quién financiará el agujero fiscal de Alberto
Después de la reestructuración de la deuda viene la negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI) que empezará a llevar adelante el Gobierno. Un dato que mira todo el mercado financiero tiene que ver con el ajuste fiscal que seguramente pedirá el organismo y que Martin Guzmán se negará a aplicar. De ahí que habrá tensión, ya que el país necesita un refinanciamiento total de su deuda con el Fondo y Kristalina Georgieva no aceptará que se siga financiando con emisión monetaria eternamente.
¿Qué podrá pasar? Para el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF por sus siglas en inglés), "si bien las perspectivas de financiamiento externo de Argentina son radicalmente mejores que hace unos años, los déficits fiscales y su financiamiento siguen siendo un problema".
El IIF, la asociación mundial de la industria financiera con más de 450 miembros de más de 70 países que incluyen bancos comerciales y de inversión, administradores de activos, compañías de seguros, fondos soberanos y de cobertura además de bancos centrales, dice que el déficit fiscal se está ampliando rápidamente bajo una severa recesión y se prevé que supere el 10% del PBI, frente al 3,8% del año pasado.
El gasto, por caso, se ha vuelto a los niveles de 2017-18 en términos reales y los ingresos están deprimidos cíclicamente. "Obviamente, esta es una gran desviación del ambicioso plan de consolidación fiscal promulgado al comienzo del programa del FMI en 2018. El 90% del déficit este fue financiado por el Banco Central. Ni un gran déficit ni un amplio financiamiento monetario son parte de un marco de política viable", advierta la asociación.
Sin drástico ajuste en el horizonte
Y señala que dado que las opciones de endeudamiento en el mercado local e internacional serán limitadas el próximo año, un escenario sin monetización y sin FMI (porque tampoco el nuevo plan haría que el organismo ponga más plata) haría que el financiamiento del déficit implique un ajuste fiscal sustancial. "Mejorar los ingresos a medida que se recupera el crecimiento ayudaría, pero aún serían necesarios recortes de gastos significativos"; afirma el IIF.
"Nos parece poco probable que la Argentina y el FMI opten por un ajuste tan draconiano bajo un nuevo programa. Tampoco estamos convencidos de que el FMI quiera aumentar su exposición crediticia para financiar el déficit. Una solución probablemente implique una combinación de medidas fiscales y retiro gradual del financiamiento monetario", imagina el think tank que engloba a los bancos y fondos más importantes del mundo.
En un documento presentado en Washington, dicen que habiendo sufrido varios reveses en los últimos años, las perspectivas externas de Argentina son mejores con el acuerdo de deuda propuesto. Sin embargo, queda mucho trabajo por hacer para pulir el marco de políticas.
El tipo de cambio, advierten, está sobrevaluado. Y si bien apretando los controles de capitales el Gobierno redujo la presión del financiamiento externo, indican que son medidas muy costosas para el crecimiento a mediano plazo. La situación fiscal ya deteriorada por el Covid-19 plantea un desafío de financiamiento fiscal.
La billetera no se abre para el país
"Incluso si los déficits en cuenta corriente resurgen, creemos que el financiamiento externo será cómodo si el FMI hace un roll over de su deuda. Las cuestiones de financiación restantes son puramente fiscales. El déficit fiscal está aumentando considerablemente bajo el COVID-19, financiado casi en su totalidad por el BCRA. Si el financiamiento monetario va a terminar bajo un nuevo programa, el FMI tendrá que solicitar a Argentina un ajuste fiscal sustancial por adelantado o aumentar el tamaño del rescate para financiar el déficit fiscal", señala.
El acuerdo con los acreedores para reestructurar los bonos ley extranjera reduce significativamente el riesgo de amortización en los próximos años (asumiendo que la deuda ley local se reestructura en los mismos términos que la deuda extranjera).
Los reembolsos del FMI son la única fuente restante de necesidades financieras considerables y el IIF no cree que sea factible cualquier cosa menos que una renovación total por parte del FMI. "A menos que el tipo de cambio se deprecie más rápido, la sobrevaloración de peso persistirá y los déficits en cuenta corriente reaparecerán rápidamente", remarca el organismo.
"No creemos que Argentina tenga suficiente acceso al mercado en los próximos tres años para hacer reembolsos netos al FMI en cantidades significativas. En resumen, las brechas de financiamiento externo no surgirán bajo el refinanciamiento total del FMI y los controles continuos de capitales. Si la combinación de políticas elegida implica una relajación significativa de los controles de capitales, la fuga de los residentes podría volver a aumentar y requerir financiación adicional del FMI", alerta el Instituto de Finanzas Internacionales.