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Fake news en tiempos electorales: más de 400 periodistas ya se capacitaron para luchar contra la desinformación

Los tiempos pre comicios son ideales para plantar información falsa sobre los candidatos rivales. El rol del periodismo cobra relevancia. Los desafíos
14/07/2019 - 06:52hs
Fake news en tiempos electorales: más de 400 periodistas ya se capacitaron para luchar contra la desinformación

"Hay desafíos para los que los medios aún no tenemos las respuestas adecuadas", dijo Laura Zommer, directora ejecutiva y periodística de Chequeado, cara visible también de Reverso, el proyecto para luchar contra la desinformación en tiempos electorales. La tarea que nos toca nos lleva a aprender a implementar nuevas prácticas en una profesión que, desde la irrupción masiva de internet, viene siendo puesta en jaque de manera constante.

La alianza se puso en marcha hace un mes, tiempo en el que terminarán capacitándose unos 400 periodistas de diversos medios de todo el país. El entrenamiento final fue este sábado, en Chaco. Hilvanar un mismo mensaje orientado a luchar contra la desinformación llevó a que los responsables de la alianza decidieran tejer vínculos en todo el territorio, en forma presencial y virtual. Tal como lo marcan los tiempos hoy.

El objetivo de Reverso es luchar contra la desinformación. Contra esa enorme cantidad de datos, muchas veces falseados o que dicen medias verdades, y que se reproducen y circulan a grandes velocidades a través de las distintas variantes que ofrece internet. La meta máxima es que los periodistas podamos difundir contenidos que pongan en evidencia la desinformación que circula en los tiempos electorales.

De ahí que el trabajo de Reverso, que está detrás de los medios que integran la alianza, sea el de elevar el nivel de chequeo de lo que, en los tiempos de medios tradicionales, se conocía más vulgarmente como operaciones de prensa, donde la cuestión quedaba justamente en el límite de la radio, la televisión y los medios gráficos.

Internet amplificó esos límites con las plataformas y las redes sociales, y los usuarios haciendo uso de lo que circula por esos medios como mejor les parece. Los retos del chequeo de la información pasan, ahora, por usar esas mismas herramientas digitales junto con las tradicionales del periodismo para combatir la desinformación.

¿Qué es lo que se aprende en las capacitaciones de Reverso? ¿Qué es lo que se cuestiona, lo que sorprende? Lo primero que se advierte es la diversidad de edades, formaciones, miradas, culturas, ejercicio de la profesión (N. de la R.: porque no es lo mismo hacer periodismo en la Capital Federal, donde atiende Dios, que en las provincias. Y esta redactora lo afirma con justo conocimiento de causa, por haber iniciado su carrera en Mendoza y seguirla en esta ciudad).

En una capacitación donde están los de 20, los de 30, los de 40, los de 50 y los de 60 la diversidad no sólo es enriquecedora sino que, además, genera los momentos más graciosos. Porque ante un ejercicio en el que se muestra una imagen donde conviven la cara de un joven y un edificio en llamas, todos somos capaces de identificar a Notre Dame.

Pero sólo los sub-30 identificarán en el primer golpe de vista que aquel supuesto sospechoso es un youtuber famoso, al que cada vez que se puede lo acusan de terrorista Y otros más avezados en el uso de Facebook –y con esto ya se da por sobreentendido que son los de más de 30 o, mejor, 40- advertirán que se trata de una broma porque debajo de la imagen verán más emoticones sonrientes que enojados.

Entonces llega el momento de pasar a otro ejercicio. Habrá que utilizar la búsqueda inversa de imagen para saber si eso que se está afirmando en un tuit es de ese momento, de ese lugar, o no. Acá aparece otra sorpresa: la edad no importa. Están los que tienen más curiosidad por incorporar estas herramientas y los que vienen más rezagados.

Se advierte, sí, que los medios online incorporan más rápidamente los nuevos recursos disponibles. Y se llega a la misma conclusión: todos debemos rápidamente a aprender a incorporar las nuevas herramientas. Junto con las prácticas clásicas del periodismo: llamar a las distintas fuentes, comenzando por las oficiales, las directamente implicadas y las alternativas, y explicar los contextos será más contundente darle respuesta a la desinformación.

La cosa, sin embargo, no es tan sencilla. Porque esa imagen que se viraliza tan rápidamente, a veces con una leyenda que hace presumir una certeza, puede estar seguida por un audio de Whatsapp que, a su vez, llega a Twitter desgrabado. Y en algún portal se reproduce una noticia donde el título impacta –porque se necesita el click, claro está- aunque el contenido sea confuso, contradictorio y no aclare nada, pero aún así se multiplique N veces en Facebook.

¿Entonces qué se debe chequear primero ante la viralización voraz? Esa es una de las discusiones principales de las capacitaciones. Como también, de qué manera ser contundente con la verificación y la publicación para hacer viral lo efectivamente chequeado. Aún en aquellos casos en que el chequeo no pueda hacerse más que con un teléfono y una conexión a internet.

El ejercicio nos llevaba a verificar si, efectivamente, una nube tóxica cubría la ciudad. Ya estaban circulando diversas versiones en Twitter, en Facebook, por Whatsapp. Prefectura había dado la orden de no salir de donde uno estuviera. En las organizaciones ya habían enviado a comprar barbijos. En la televisión ya se daba cuenta de su faltanta. Hora de chequear.

"En los medios regionales, salimos de la redacción para ver si la nube tóxica efectivamente está, si hay olor, si se ve algo. Vamos", dijo un colega. Tal como ocurre en muchísimos medios de las provincias. Pero acá no se podía salir. Por eso ya todos teníamos barbijos. De modo que el camino pasaba por hacer chequeo de las imágenes que se veían en las redes sociales, porque no había chance de ir a ningún lado. Y porque había que hacerlo rápidamente para llevar la información más veraz a la población.

Nuevas prácticas

La verificación de la información lleva a impulsar nuevas prácticas en el periodismo. Aquellos que nos formamos en la era preinternet o que comenzamos a trabajar en redacciones cuando la web comenzaba a masificarse no teníamos posibilidad de saber cuánto se había leído una noticia, o qué opinión podían tener los lectores, oyentes, televidentes, de eso que se publicaba.

Con internet no sólo se abrieron los comentarios sino que, además, se tienen mediciones precisas. El segundo punto resulta vital para el negocio. El primero es un nuevo desafío para los periodistas. Porque, acostumbrados a que nadie cuestionara nada –especialmente en el periodismo escrito- que ahora haya espacio para marcar un error ¡de un periodista! es disruptivo y provocador, y además obliga a implementar nuevas prácticas.

Aceptar los comentarios de la comunidad es innovador. No borrar los comentarios de los haters, también. "Es más difícil para los que venimos de años de periodismo tradicional", admitió la propia Zommer. Y varios asentimos con la cabeza. Parece necesario.

Cuando un lector marca un error en una noticia no sólo hay que aceptarlo, dice este nuevo manual que impulsa Reverso, sino que, además, lleva a que en esa misma noticia donde se encontró esa equivocación se pueda proceder a su corrección y que quede claramente expresado que hay tal corrección.

En términos de redacciones digitales quiere decir que esa aclaración quede no sólo expresada en el texto sino en el mismo link. Porque, en el caso de que esa noticia haya sido viralizada, esa amplificación debe llevar el sello de la corrección y el lector debe tenerlo claro.

"Quiero que vayamos más allá: alentar a la corrección para que se interprete que hay un interés. Antes no sabíamos qué ocurría con los contenidos, ahora sí. Hay desafíos para los que los medios aún no tenemos las respuestas adecuadas", aseveró.

En la búsqueda de esas mejores respuestas es que se concluyó esta etapa de capacitaciones. Reverso estará operativa hasta el próximo 11 de diciembre, un día después de que asuma el próximo presidente, que surgirá de las elecciones del 27 de octubre próximo.

En este tiempo se aventuran cada vez más noticias falsas, desinformación virulenta, información engañosa. Los medios que conforman la alianza Reverso han tomado el compromiso de luchar contra este fenómeno. Los periodistas sabemos que siempre iremos detrás de ese fenómeno. Pero también que sólo con mejores prácticas podremos hacer mejor a la profesión. La tarea es y será tan apasionante -una vez más- como ardua.