Trabas a las importaciones: cómo afecta el nuevo SIRA al sector automotriz y a otras industrias
Lejos de agilizar la operatoria, el nuevo Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRA) continúa generándoles dolores de cabeza a industrias y rubros en general que dependen de los insumos importados. La imposición de plazos de pago de 180 días mantiene en situación de quiebre de stock a las automotrices y su dependencia de los repuestos importados, pero también complica fuerte a sectores como la actividad forestal y la producción textil.
En el entorno de la Asociación Argentina de Fábricas de Componentes (AFAC) reconocen que las dificultades para hacerse con piezas se multiplicaron tras la implementación del nuevo sistema. Los proveedores fronteras hacia afuera, señalan las entidades del segmento, se niegan a aceptar pagos ajustados a plazos tan alargados.
La falta de dólares, sostienen en el seno de las empresas del rubro, complica las compras en tanto quienes abastecen desde el exterior exigen determinados pagos por adelantado antes de activar los embarques.
Al mismo tiempo, SIRA no representa una facilidad para importar ni mucho menos, en opinión de los industriales. De hecho, en el mismo Gobierno reconocen que, desde su puesta en vigencia, hasta el momento sólo el 50 por ciento de las operaciones declaradas recibió algún tipo de luz verde.
Las complicaciones para hacerse con insumos ya generaron a fines de octubre que Fiat frenara por completo la producción de unidades como el Cronos, con cese parcial de actividades en las áreas de chapa, pintura y montaje.
Faltante de importados: automotrices afectadas
La situación en Fiat ocurrió a sólo semanas de que Renault y Nissan también suspendieran actividades por efecto de las demoras en la instrumentación del SIRA. "Con la implementación del nuevo sistema SIRA, en Renault están trabajando para regularizar la provisión de piezas a Fábrica Santa Isabel a la brevedad", indicó una fuente ligada a la industria automotriz.
Por ese motivo, llegó a frenarse por un día la producción de las "pick ups" Frontier y Alaskan. A la par de lo que ocurre con las automotrices, los fabricantes de electrodomésticos y electrónica en general también enfrentan complicaciones para hacerse con piezas y repuestos para sostener la producción.
En las casas de repuestos, según indicaron sendos comercializadores a iProfesional, los faltantes van desde las ópticas y los espejos hasta el desabastecimiento de radiadores, baterías y filtros.
"Hay piezas que llegaron a aumentar hasta un 40 por ciento en un mes. Conseguir, por ejemplo, amortiguadores, embragues o pastillas de freno se ha vuelto una complicación cada vez más grave", dijo un agente de ventas con operaciones en el oeste bonaerense.
Recientemente, desde entidades como la Federación Argentina de Talleres de Reparación de Automotores y Afines (FAATRA) reconocieron subas de precios a tono con el porcentaje antes mencionado. Y señalaron que el desabastecimiento es cada vez más visible en tanto el 70 por ciento de las piezas que demandan los mecánicos locales proviene del exterior.
"El tema del dólar provocó más que un aumento en todos los productos: aparece la no entrega, la entrega con boleta abierta y la incertidumbre sobre el costo de reposición", dijo una fuente de la organización.
Fuentes ligadas a FAATRA reconocieron que los autos "se apilan" en los talleres por la falta de repuestos y, en muchos casos, por la imposibilidad de los dueños de afrontar el aumento de las piezas de forma inmediata.
Forestales y textiles, complicadas por falta de repuestos
Las forestales están entre las empresas que en los últimos días explicitaron sus dificultades para operar en este contexto de trabas vigentes. De hecho, la chilena Arauco, antes conocida como Alto Paraná, informó que está a un paso de detener por completo su labor ante la falta de insumos básicos.
Desde la empresa se indicó que el sector carece de permisos flexibles y, a partir de este desabastecimiento de materiales y sustancias para el funcionamiento industrial, podrían comenzar a faltar productos como pañales, papel higiénico y toallas absorbentes, así como también de la industria del embalaje, madera, muebles y papel.
Asimismo, y según datos de la Cámara Argentina de la Industria de la Madera (CAIMA), los productores de tableros también atraviesan una situación crítica por el freno a las importaciones. Según la entidad, peligran 2.000 pyme y alrededor de 60.000 puestos de trabajo.
Por último, uno de los sectores que rápidamente expuso críticas al SIRA es el de los textiles, que a través de distintos representantes anticipó la potencial paralización de la actividad si no se libera de forma urgente el ingreso a la Argentina de prendas y telas.
En ese sector aseguran que el rubro está a un paso del freno total por falta de hilados y dan por descontado que faltará ropa para el invierno de 2023.