Disciplina financiera y control de gastos, la fórmula de las alimenticias para recuperar rentabilidad
Dos de las mayores alimenticias de la Argentina acaban de reportar ganancias por algo más de $5.000 millones durante los primeros tres meses del año, lo que, si bien refleja mejoras con respecto a los resultados de igual trimestre del año pasado, no alcanza para mejorar las perspectivas financieras y de negocios de cara a lo que resta del año.
Se trata de Arcor y Molinos Río de la Plata que, entre enero y marzo pasados ganaron $3.857 millones y $1.180 millones respectivamente, como consecuencia de aplicar una fórmula que combina mejoras en las ventas externas, férrea disciplina financiera, continuidad en los programas de eficiencia y estricto control de gastos.
Es decir, un combo de decisiones empresarias orientadas a sostener sus actividades en un contexto local donde la política de confrontación del Gobierno apunta a profundizar las regulaciones contra el sector alimenticio con la excusa de controlar la inflación pero que impactan de manera negativa en los planes de negocios y que generan más burocracia, más carga tributaria y desincentivos a la creación de empleo e inversiones.
Lo cierto es que si bien los números de las empresas controladas por las familias Pagani y Pérez Companc evidencian una mejora en sus performances en comparación con igual período del año pasado, todo indica que lo que resta del año continuará transitando por un escenario similar, con el Gobierno profundizando su presencia en el mercado y con una economía que no repunta y mantiene los rasgos recesivos.
De hecho, desde el próximo fin de semana comenzará a regir en el país la llamada Ley de Góndolas que las compañías alimenticias califican de inviable; de difícil implementación y control y que tampoco servirá para fomentar la competencia ni evitará distorsiones de precios.
En el caso de Molinos Río de la Plata, reportó ingresos por $11.246 millones que representan una caída de 14,5% respecto del año anterior, siendo un período donde los consumos de sus principales categorías han tenido un importante descenso de acuerdo con los registros de las principales consultoras especializadas.
En tanto que Arcor informó un resultado operativo de su negocio de $5.005 millones, lo que representa una disminución del 8,7% ocasionado por un incremento de la estructura de costos que fue superior al aumento del precio de las ventas.
Es decir, ambas compañías no alcanzaron a mejorar sus ventas a partir de subas en los valores de sus productos en comparación con la inflación que durante el primer trimestre que acumuló un 13%.
Los cepos y los programas como Precios Cuidados y, especialmente, Precios Máximos, si bien no han servido para el objetivo planteado por el Gobierno han impedido mejoras en los ingresos que los que acaban de publicar los dos grupos alimenticios.
Cómo logró ganancia Molinos
En este marco, Molinos explica que su ganancia está basada en dos factores principales. En primer lugar, manteniendo un fuerte control financiero y de sus programas de eficiencia, así como monitoreando sus gastos que se redujeron 16.4% respecto del año anterior.
El segundo factor se debió a mejoras en el contexto de negocios, como la baja del costo financiero, la desaceleración del ritmo de devaluación de la moneda local y la posibilidad de recuperar parcialmente algunos aumentos de costos en virtud de la flexibilización de la política de precios máximos para ciertos productos de mayor valor agregado.
Desde la compañía entienden que la sostenibilidad de los resultados alcanzados continúa amenazada, principalmente por dos aspectos. Primero, la persistente caída del consumo de alimentos que durante el primer trimestre registró una baja de 12,6% comparado con el año anterior, según la consultora especializada Kantar; y segundo, los precios de venta atrasados respecto a los costos y la inflación general.
Según los números del INDEC, los precios pagados por los consumidores en las categorías más importantes en las que participa Molinos han tenido desde el momento en que comenzó la pandemia del Covid-19 un aumento muy por debajo de los costos y de la inflación general.
El caso de Arcor
Algo similar plantea el informe enviado por Arcor a la Bolsa de Comercio y a la Comisión Nacional de Valores (CNV), en el cual informa ventas por $53.672 millones y un resultado final que representa el 7% de las ventas consolidadas.
En el primer trimestre del 2020 había finalizado con ventas por $49.339 millones y una ganancia de $679 millones, especialmente impactado por la diferencia de cambio sobre la deuda en dólares producida por la devaluación del peso.
Según el documento de Arcor, su resultado final se vio fortalecido por una reducción en los gastos financieros, generada mayoritariamente por la disminución del nivel de endeudamiento y la apreciación en términos reales del peso.
La empresa con sede en la ciudad cordobesa de Arroyito también explicó que su resultado positivo fue traccionado por la recuperación de los volúmenes de ventas de los negocios en el exterior donde posee alrededor de 40 plantas industriales distribuidas en varios países de América latina, Estados Unidos y México.
Sin embargo, sus operaciones locales constituyeron el 65,3% de las ventas consolidadas del grupo, mientras que los negocios en el exterior representaron el 34,7% restante.
El grupo es considerado el principal productor de alimentos de la Argentina; el mayor fabricante mundial de caramelos duros y el exportador N°1 de golosinas de Argentina, Chile y Perú.
Emplea a 20.000 colaboradores, su volumen de producción es de tres millones de kilogramos diarios, llega con su marca a más de 100 países y ventas que en el 2020 sus ventas fueron de u$s2.150 millones mientras que las del primer trimestre del 2021 aumentaron un 9% en pesos pero básicamente generadas por sus negocios en el resto del mundo.
Pero a pesar de las dificultades del entorno, los informes de ambas compañías coinciden en adelantar que confían en la paulatina recuperación de la economía local a medida que la pandemia comience a controlarse y avisan que continuarán enfocadas en el consumidor, sus marcas, la productividad y la eficiencia.
Entienden que el sector privado y, en especial el de consumo masivo, tiene un rol esencial para la sociedad y para la generación de empleo e incremento de las inversiones.