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Guerra comercial: la industria teme la llegada de ropa barata de China que no irá a Estados Unidos

La indumentaria asiática ya representa el 70% del total del sector textil y se espera un ingreso mayor por la guerra comercial de ese país con Donald Trump
08/04/2025 - 19:37hs
Guerra comercial: la industria teme la llegada de ropa barata de China que no irá a Estados Unidos

Lo que iniciamente fue bautizado como el "día de la liberación" como forma de enmarcar los aumentos de aranceles a las importaciones aplicados por Donald Trump, ahora ya pasó a conocerse como "la guerra comercial" entre Estados Unidos y China.

Pero la disputa, también promete tener consecuencias para las economías del resto del planeta, incluyendo la Argentina a partir del agravamiento de la pelea entre ambas naciones, con aranceles que ya superan el 104% para los productos que pretendan ingresar al país del norte proveniente de la nación asiática.

En el plano doméstico, la turbulencia global infunde temor, preocupación e incertidumbre entre el establishment y los principales empresarios e industriales que entienden que las medidas "golpearán" a la economía local.

Cómo impactará la guerra comercial en Argentina

Aseguran que provocarán un aumento no deseado de precios y por ende de la inflación, y hasta un empuje hacia arriba de las monedas extranjeras, en especial del dólar, además de impactar negativamente en el precio de las acciones de las compañías locales que cotizan en los mercados bursátiles.

Por caso, la Unión Industrial Argentina (UIA), tocó el tema durante la habitual reunión de su junta directiva de los martes en la cual representantes de esta entidad corporativa expresaron su profunda preocupación por la situación mundial que originó el aumento de aranceles a la importación del gobierno de los Estados Unidos.

Señalaron que en este contexto global, la reducción que hizo el Gobierno argentino para la importación de productos como textiles, calzado e indumentaria sin desarrollar previamente una agenda integral de competitividad (financiamiento, baja de impuestos, infraestructura y energía) podría tener un impacto negativo mucho mayor del esperado originalmente.

"El contexto mundial exige una inserción internacional inteligente que promueva las exportaciones con valor agregado y preserve el mercado interno frente a potenciales desvíos de comercio y prácticas de dumping", agregaron desde la UIA en un documento enviado a los medios.

En el mismo informe reclamaron la puesta en marcha de políticas que incluyan la reducción de la presión tributaria, incentivos al empleo, la formalización de la economía, la mejora en la infraestructura y las luchas contra la informalidad y el contrabando.

Amenaza importadora: alerta en la industria local

Los hombres de la UIA también hicieron públicas sus críticas al paro nacional convocado por la CGT para el próximo jueves 10 de abril e instaron a los sectores sindicales y gubernamentales a retomar el diálogo como único camino para la resolución de conflictos.

Casi de manera simultánea a este comunicado, desde sectores vinculados con la industria de la indumentaria y el calzado también cuestionaron las medidas gremiales domésticas pero y, fundamentalmente, hicieron hincapié en la amenaza importadora que supone un masivo ingreso de mercadería asiática al mercado local.

Advierten, de ese modo, sobre la nueva política de aranceles impuestos por Estados Unidos a las naciones de esa región a la cual le suman las medidas aplicadas desde hace varios meses por el gobierno de Javier Milei para abrir las importaciones de ropa y calzado.

En ese sentido, un informe del Observatorio PyMe de la UIA muestra que el 40% de las empresas chicas y medianas ya se siente amenazada por las importaciones en las ventas al mercado interno e indican una caída de su participación en el mercado interno.

El documento es previo al anuncio de los aranceles a China establecidos por Estados Unidos pero muestra el impacto que la liberación doméstica ya tuvo en los productores argentinos.

El informe también señala las diferencias de precios en las prendas importadas de origen asiático o del sudeste europeo, que localmente se venden al público hasta cuatro veces más que en el extranjero, con una disparidad de precios en dólares particularmente notoria en marcas extranjeras de renombre.

Los empresarios advierten que el problema no está en la producción, sino en la comercialización y la excesiva carga fiscal, ya que el precio final que paga el consumidor se compone de factores no industriales, que representan los verdaderos cuellos de botella de la competitividad en Argentina.

En este sentido, otro informe de ProTejer evidenciaba hacia fines del año pasado cómo una prenda de marca premium vendida en un shopping, tenía costos de alquiler y financieros que representan un 30% de su valor final.

A esto se suman los impuestos, y que el 50% del valor de venta corresponde a tributos y del restante 20% del precio, solo el 8% corresponde al costo industrial de fabricación que acumula en todas sus etapas de producción. El 12% final son costos de logística, marketing y rentabilidad de la marca.

El impacto de la guerra comercial en la industria textil de Argentina

Aun así, esto no parece explicar por qué los precios locales de ropa importada llegan a cuadruplicar los valores de Estados Unidos o Chile, por lo que se debe tener en cuenta otro factor clave como es la estrategia comercial de los importadores de bienes finales que aprovechan la facilitación de las importaciones finales y la falta de regulaciones en defensa de los consumidores para obtener márgenes de rentabilidad extraordinarios.

Por eso, desde la industria textil y de indumentaria argentina se consideran "un chivo expiatorio" para esconder a los verdaderos responsables que fijan precios desmesurados y que generan un grave daño al entramado productivo local, con potencial pérdida de capacidades industriales, de empleo y de empresas.

Al respecto, Luciano Galfione, presidente de la Fundación Pro Tejer, le dijo a iProfesional que la guerra comercial entre Estados Unidos y China terminará por agravar el ya preocupante escenario para la industria textil local.

Según el empresario, la perdida de competitividad del sector, con apreciación y aspectos estructurales sumados a la desregulación comercial y el efecto del panorama internacional, se estima que la importación de prendas origen Asia se va a incrementar.

Es más, advierte que "se perderán en el corto plazo 50.000 empleos y aun así no se verá el efecto en precio de mostrador", tal como viene ocurriendo actualmente.

Para Galfione, los aranceles de Estados Unidos "fomentarán que los productos que no logren ingresar a ese mercado se coloquen en países sin barreras ni controles, como Argentina".

De hecho, en la actualidad la importación china llega a representar el 70% de las compras del exterior del rubro textil, teniendo en cuenta que en los primeros dos meses de 2025, las importaciones de indumentaria aumentaron un 135% en comparación con el mismo período de 2024.

Esto evidencia que, antes de la guerra de aranceles con Estados Unidos, la mayor economía asiática ya era considerada como el principal origen de importaciones de la Argentina, cuando en el 2022 representó el 21,5%.

Medidas "cuestionables"

El avance logrado en estos últimos tres años generó que la producción textil transite una instancia de crisis derivada, mayormente, del ingreso irrestricto de prendas chinas a partir del os anuncios del ministro de Economía, Luis Caputo, de reducción de los aranceles para la ropa y el calzado del 35% al 20% y de las telas que bajarán del 26% al 18%, mientras que los de hilados se ajustarán a tasas de entre 12% y 16%.

En este sentido, el titular de la Fundación Pro Tejer aclara además que el escenario no sólo aplica para las prendas de China, sino que también esperan una avalancha de productos originarios de Bangladesh, Vietnam, Cambodia, entre otras naciones asiáticas.

"Es decir, también países con bajos estándares laborales, ambientales y de calidad", aclara el empresario que, a la vez, hace referencia a un reciente estudio de Pro Tejer vinculado a las últimas medidas liberalizadoras tomadas por la Casa Rosada, "mientras las economías desarrolladas refuerzan sus políticas industriales y el reshoring ante tensiones comerciales".

El documento recuerda que Argentina aplica medidas en sentido contrario a partir de la apreciación cambiaria, facilitación de importaciones, desmantelamiento de controles aduaneros y baja de aranceles textile y para el calzado.

Un combo que para los productores locales "reduce la competitividad productiva frente a productores extranjeros", por lo cual solicitan la aplicación de reformas estructurales (impositiva, financiamiento, costos) que apoyen la producción.

"Con la medida de baja arancelaria local, se proyecta una agudización y se estima un efecto prácticamente nulo en precios al consumidor (máximo 2%) y pérdidas significativas en empleo", añade el paper.

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