Moody's explicó cuáles son las claves para que el levantamiento del cepo sea exitoso
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La calificadora de riesgo Moody's explicó que el éxito del levantamiento del cepo depende de atraer inversiones de largo plazo. Esta estrategia busca estabilizar las finanzas de Argentina tras la caída de reservas.
Moody's alertó que el éxito de la salida del cepo en Argentina dependerá de la atracción de capitales de largo plazo. Esta calificación se produce en el contexto de un levantamiento parcial de las restricciones cambiarias a individuos, que busca equilibrar las finanzas externas tras la caída de reservas internacionales.
La calificadora indicó que estas medidas sugieren un proceso gradual hacia la eliminación total del cepo, apoyado firmemente por el FMI. Según Moody's, el nivel de reservas internacionales será un indicador clave para evaluar la sostenibilidad de este ajuste.
Además, la firma destacó que el nuevo sistema de bandas móviles será evaluado en función de la demanda de divisas en el mercado local. El análisis del avance en la eliminación de controles de capital será fundamental para determinar la trayectoria del perfil crediticio de Argentina.
Moody's subrayó que el éxito final de las medidas está condicionado a que el país logre atraer inversiones sostenibles, evitando así la dependencia de capitales financieros de corto plazo.
Finalmente, la calificadora aseguró que continuará monitoreando de cerca el proceso de flexibilización del cepo y de los controles de capital, para evaluar su impacto en la trayectoria del perfil crediticio de Argentina.
Salida del cepo y acuerdo con el FMI: qué opinan los bancos de inversión más importantes
El levantamiento del cepo cambiario y el acuerdo con el FMI fueron valorados positivamente por tres de las entidades financieras más influyentes del mundo: JP Morgan, Morgan Stanley y BNP Paribas.
El corazón del plan es el acuerdo con el FMI aprobado el viernes pasado, que contempla un desembolso inicial de u$12.000 millones en 2025. A este se suman otros u$s3.000 millones sujetos a revisiones futuras, más fondos complementarios provenientes de bancos privados y organismos multilaterales. En total, el Banco Central (BCRA) contaría con cerca de u$s20.000 millones para apuntalar una transición hacia un esquema de flotación cambiaria administrada.
En tanto, el nuevo régimen establece un sistema de bandas cambiarias entre $1.000 y $1.400 por dólar, con ajustes mensuales del 1%. El objetivo: permitir al mercado ganar previsibilidad, atraer inversión extranjera y evitar picos de volatilidad. Las intervenciones del BCRA no serán esterilizadas, lo que implica que se priorizará la acumulación de reservas incluso a costa de tasas de interés más altas.
El más reciente informe de Morgan Stanley, titulado "Going All In", destaca un renovado optimismo hacia el rumbo macroeconómico de la Argentina, impulsado por un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y un paquete financiero de u$s20.000 millones que promete reforzar las reservas y liberar el potencial de crecimiento.
El informe está firmado por Fernando Sedano y lo dice claramente: "Tenemos una visión positiva del marco macro anunciado, el cual debería permitir una acumulación de reservas de divisas y un crecimiento más sostenido". Lo malo: "Es probable que haya presiones inflacionarias a corto plazo."
En palabras del informe, "con el tiempo, las bandas perderán relevancia y el sistema será más libre".
"El esquema es consistente, ambicioso y pragmático. El éxito dependerá de su implementación", resume el reporte.
"Sospechamos que los productores agropecuarios necesitarán ver un tipo de cambio más débil que el de aproximadamente $1.150 que obtenían la semana pasada. Cuanto más cerca esté del techo de $1.400, es más probable que se liquide una mayor cantidad de granos, lo que eventualmente permitiría una apreciación posterior del peso y compras por parte del BCRA", dice Sedano.
Si bien el programa apunta a la estabilización, Morgan Stanley advierte que habrá "presiones inflacionarias temporales" como efecto colateral de las reformas. El ancla fiscal y la meta de targeting monetario basada en M2 transaccional ayudarían a controlar el proceso, pero se espera una mayor volatilidad hasta que el nuevo régimen se consolide.
En tanto, el informe de JP Morgan subrayó que las medidas anunciadas "superaron expectativas optimistas" y fueron interpretadas como un paso clave para "liberar el potencial reprimido de la economía argentina". Según fue señalado por sus analistas, el nuevo esquema macroeconómico permitirá aumentar la inversión, mejorar la acumulación de reservas y consolidar la desinflación en el mediano plazo.
Sin embargo, advirtieron que presiones inflacionarias transitorias podrían ser provocadas por la liberalización. Se aclaró que el pass-through cambiario sería más moderado que en décadas anteriores, dado que parte de la devaluación ya fue absorbida por los precios en marzo.
BNP Paribas coincidió en que el cambio de política fue más audaz de lo esperado, y destacó que el mercado recibió una señal clara de disciplina fiscal, incluso en un año electoral. Se valoró que "el superávit fiscal primario y el compromiso antiinflacionario fortalecen la credibilidad del plan".
A su vez, fue anticipado que, con menor incertidumbre y una política consistente, el riesgo país podría descender significativamente. También se señaló que la inflación podría moderarse al 3% mensual hacia mitad de año, si el proceso de convergencia cambiaria se mantiene.