• 21/11/2024

¿Tormenta financiera perfecta?: caen los bonos, salen pesos de los fondos y se disparan los dólares paralelos

La brecha del dólar paralelo crece y el mercado financiero muestra un deterioro acelerado al que los analistas no le ven posibilidad de freno pre elección
04/10/2023 - 11:00hs
¿Tormenta financiera perfecta?: caen los bonos, salen pesos de los fondos y se disparan los dólares paralelos

La cotización del dólar paulatinamente está dejando de reflejar el típico nerviosismo electoral y empieza a parecerse a los momentos de pánico del mercado. Todos los indicadores que se consideren en el mercado paralelo -el blue, la brecha con el oficial, el contado con liquidación, el "MEP blue", las coberturas de futuros- apuntan a una expectativa de corrección cambiaria mucho más fuerte que la devaluación ocurrida el lunes post PASO.

Con su cierre de $810 del martes, el blue ya alcanzó una brecha de 120% respecto del tipo de cambio oficial minorista del sistema bancario y de 131% respecto del dólar mayorista que maneja el Banco Central. Es decir, es una brecha que ya supera los niveles que se habían alcanzado durante la última corrida de abril -en la que Sergio Massa, ganándose el elogio de Cristina Kirchner- infringió un compromiso con el Fondo Monetario Internacional y echó mano a las reservas para intervenir en el mercado. Hoy, esa brecha se estiró todavía más, con el blue por encima de los $840.

A partir de ese momento, el ministro/candidato se había resignado a la suba nominal del blue pero había logrado mantener la brecha dentro de un margen "aceptable" menor al 100%. Pero en las últimas semanas, la aceleración llevó otra vez a una brecha que refleja niveles de pánico de los mercados, al punto que se acerca al pico de 149% que se registró en julio del año pasado, durante la breve gestión de Silvina Batakis.

El motivo al que apuntan los analistas -además del tradicional reflejo dolarizador pre electoral- es el mal resultado de la devaluación del 14 de agosto, que ya quedó neutralizado por la suba de los precios, de manera que ahora hay otra vez una expectativa de corrección para el momento posterior a la elección de noviembre.

Pero además hubo motivos que deterioraron las expectativas, como el expansionismo fiscal por las recientes medidas de Massa. Esto supuso una desconfianza en el peso, que se refleja en la pérdida de valor de los bonos de deuda en pesos indexados.

En ese marco, uno de los efectos más temidos por los expertos de la City es el rescate masivo de pesos en los fondos comunes de inversión, que administran un volumen aproximado de $15 billones. Las salidas de ahorristas más intensas se dieron en los fondos ajustables por CER y en los "dólar linked": cada una de esas categorías perdió $30.000 millones en un mes.

El mercado refleja una caída de los bonos en pesos, al tiempo que se produce una salida masiva de ahorristas desde los fondos comunes de inversión
El mercado refleja una caída de los bonos en pesos, al tiempo que se produce una salida masiva de ahorristas desde los fondos comunes de inversión

Los analistas creen que este es uno de los mayores riesgos, porque estos movimientos suelen generar "efectos dominó" en el que los ahorristas se contagian del ánimo defensivo.

Y, como si no hubiera motivos suficientes con las distorsiones del mercado doméstico, en los últimos días se intensificó la tendencia global de fortalecimiento del dólar, que lleva a que los países vecinos deprecien sus monedas y agreguen otro factor de presión devaluatoria. Casi una "tormenta perfecta" para que el peso siga hundiéndose y los inversores continúen corriendo al refugio dolarizado en las semanas que restan hasta las elecciones.

Se escapa el dólar Contado con Liqui

Pero la corrida no se está limitando al mercado de los pequeños ahorristas. De hecho, el precio que más está llamando la atención es el del dólar "contado con liquidación", que alcanzó el récord de $839. Esto implica un salto de casi 5% acumulado en apenas dos días hábiles.

Pero lo llamativo del caso es que esta escapada del CCL ocurre a pocos días de que el Banco Central haya adoptado una medida que, en teoría, iba a descomprimir las tensiones. La resolución le permitía a las empresas y personas el ingreso de divisas en el mercado financiero -es decir, venderlas a la cotización del CCL- sin que eso supusiera restricciones para operar luego en el mercado del dólar oficial.

La medida fue elogiada por figuras de la ortodoxia como el ex ministro Domingo Cavallo, quien señaló que iba en la dirección correcta para el funcionamiento de un mercado desdoblado en el que, paulatinamente, se tendería a una unificación gradual y "no traumática" de los diversos tipos de cambio.

Sin embargo, lo que se está observando en el mercado es que esa medida no movió la aguja. Lejos de mostrar un incentivo para el ingreso de divisas, los inversores están más dispuestos que nunca a pagar un sobreprecio con tal de poder sacar dólares fuera del país.

La tensión del mercado se refleja en el hecho de que el BCRA, que hasta ahora venía comprando divisas -gracias a la vigencia del incentivo exportador para los productores sojeros- tuvo que retomar la posición vendedora y otra vez sacrifica reservas en un momento de alta sensibilidad.

Las estimaciones de los expertos del mercado es que la entidad presidida por Miguel Pesce, cortando su racha compradora de 35 ruedas, tuvo que vender el martes u$s19 millones para intervenir en el mercado financiero y evitar que la volatilidad fuera aun mayor.

Ante el deterioro del frente cambiario, el presidente del BCRA, Miguel Pesce, debió abandonar su posición compradora y volver a vender dólares
Ante el deterioro del frente cambiario, el presidente del BCRA, Miguel Pesce, debió abandonar su posición compradora y volver a vender dólares

Explota la brecha del dólar "MEP libre"

Además de la suba del Contado con Liquidación, también llamó la atención la escapada del llamado "MEP libre", que se generó tras la reforma regulatoria de hace dos meses.

En aquel momento había multiplicidad de cotizaciones, que permitía que los jugadores más avezados pudieran hacer grandes diferencias de manera casi instantánea. El BCRA quiso terminar con un arbitraje de quienes operaban dólar MEP en el contado inmediato y luego vendían más caro en el segmento de 48 horas. Significaba que se podía hacer una diferencia de 2% en apenas dos días, un nivel de ganancia insólito para las tasas que se manejan hoy en el mundo.

Pero la consecuencia fue que, mediante la nueva regulación, se separaron los dos segmentos del mercado, para impedir que se siguiera haciendo ese "rulo" millonario a expensas del BCRA. Y ante la escasez de divisas, el Central tuvo que elegir cuál de esos dos mercados priorizar: se decidió concentrar el esfuerzo en el de corto plazo, mientras el otro quedó más liberado a las negociaciones del mercado.

En otras palabras, ahora hay una especie de "MEP oficial", en el que interviene a diario el BCRA -es el que ayer cerró a $720- y otro "MEP blue" en el que ya no hay ventas de las autoridades -es el que cerró a $825-.

Entre ambos MEP -el de liquidación inmediata y el de 48 horas- se agrandó la brecha a 15% en comparación con el 5% de hace dos meses. Los analistas afirman que en ese segmento no regulado operan los jugadores de mayor volumen del mercado.

La otra cara del Plan Platita

A la hora de buscar explicaciones para el empeoramiento en el frente cambiario, los analistas apuntan a motivos generaos por el propio Gobierno, sobre todo por las señales preocupantes desde el frente fiscal. Un reporte de Consultatio estima en 1,2 puntos del PBI el costo de las recientes medidas pro-consumo de Massa, sin contar los créditos a tasa subsidiada.

Pero, además, el contexto internacional tampoco juega a favor: el fortalecimiento del dólar llevó a que cotizara en niveles máximos en lo que va del año. Es el conocido efecto de "vuelo a la calidad" que ocurre cuando hay previsiones de enfriamiento económico en Estados Unidos y hay tendencia alcista sobre las tasas de la FED.

En ese marco, las divisas de los países latinoamericanos están empezando a devaluarse. Para Argentina, que acaba de ver cómo la ganancia de competitividad lograda tras la devaluación post-PASO se esfumó en un mes y medio, esto supone una cuota extra de presión.

El mercado de futuros sigue esperando un octubre relativamente calmo y los analistas interpretan que se descuenta su pasaje al balotaje
El mercado de futuros sigue esperando un octubre relativamente calmo y los analistas interpretan que se descuenta su pasaje al balotaje

El ministro Massa ya insinuó que, tras la constatación del fracaso por la devaluación "impuesta por el FMI", se volverá al sistema de deslizamiento diario de la cotización conocido en la jerga como "crawling peg". Sin embargo, el hecho de que no solamente haya que recuperar la competitividad perdida por la inflación sino que también haya que ponerse a tono con las depreciaciones de las monedas regionales supone un obstáculo extra.

Hoy, de hecho, el interrogante que se plantea el mercado es si Massa y Pesce serán capaces de mantener la senda gradualista o si será inevitable otro salto brusco.

A juzgar por las señales que envía el mercado en los contratos de futuros del Rofex -donde se están negociando volúmenes diarios de u$s600 millones- hubo un empeoramiento de las expectativas. Hoy los inversores están descontando que en noviembre habrá un salto de 33% en la cotización del tipo de cambio oficial, y que a ese salto le seguirá otro de 40% en diciembre, cuando se produzca el recambio gubernamental.

Para octubre, en cambio, se espera una suba de 9,5%, lo que implicaría que tras la elección del domingo 22, el mes terminaría con una cotización oficial en torno de $383. Es una cifra relativamente baja, y algunos analistas interpretan que el mercado está descontando que el ministro Massa logrará contener las presiones devaluatorias, al pasar al balotaje y mantenerse con chances.

Para noviembre, en cambio, el panorama luce menos claro. El FMI, que acaba de dejar en claro su disgusto con las medidas fiscalmente expansivas de Massa, deberá en ese momento desembolsar más de u$s2.000 millones, según el acuerdo al que había llegado con el ministro, que enfrenta un calendario de vencimientos por u$s1.500 millones hasta fin de año. Pero para ese momento ya todo el panorama político puede haber cambiado.