• 30/12/2024

¿Plazo fijo tradicional o UVA? Qué hacer con los ahorros tras la devaluación

Conviene actuar ahora y escoger entre plazo fijo y UVA en un escenario cambiante. Cuál es la mejor alternativa para cuidar el dinero en este contexto
Por L.C.
17/08/2023 - 11:27hs
¿Plazo fijo tradicional o UVA? Qué hacer con los ahorros tras la devaluación

Luego de las PASO, la economía argentina enfrenta una coyuntura crítica que ha llevado a cambios drásticos en los mercados financieros. El pasado lunes, tras el contundente resultado electoral, el Gobierno devaluó el dólar oficial en más de un 22%, una medida que reverberó en todo el sistema económico y financiero. Acompañando esta devaluación, el Banco Central elevó las tasas de interés de los plazos fijos a niveles inusitados, alcanzando un sorprendente 118% de tasa nominal anual. Ante estos movimientos sin precedentes, los ahorradores se encuentran ante un dilema crucial: ¿es el momento propicio para considerar un plazo fijo? Y si es así, ¿qué variante resulta más conveniente: el tradicional o el ajustado por Unidad de Valor Adquisitivo (UVA)?

Para arrojar luz sobre estas interrogantes, es fundamental analizar tres variables cardinales: la inflación, la evolución del dólar y las tasas de interés. Sin embargo, es crucial enfatizar que el enfoque debe situarse en las perspectivas futuras, ya que las condiciones pasadas son apenas un indicio de lo que podría acontecer en adelante.

La única certeza actualmente radica en las tasas de interés de los plazos fijos. Con la última actualización que ha catapultado las tasas al 118% nominal anual, el rendimiento a 30 días alcanza un respetable 9.7%, y la tasa efectiva anual llega a un sorprendente 208.4%.

No obstante, la trayectoria de los precios y del tipo de cambio se muestra como una incógnita menos predecible. Analizando los primeros meses de 2023, se evidencian resultados disímiles para un mismo monto invertido en un plazo fijo tradicional y uno ajustado por UVA. Aunque la pasada evolución no garantiza replicarse en el futuro, es ilustrativo revisar cómo ambos tipos de plazos fijos enfrentaron la inflación durante los primeros 7 meses del año.

Plazo fijo tradicional vs plazo fijo UVA

El plazo fijo tradicional partió el año con una tasa nominal anual del 76%, y al concluir julio, dicha tasa ascendió al 97% nominal anual. En contraste, el plazo fijo UVA, con su tasa real del 1% anual ajustada por inflación, arrojó resultados menos impresionantes. Si se hubiesen invertido $100,000 a principios de 2023 en un plazo fijo tradicional, el capital habría ascendido a $160,478 para julio, casi en sintonía con la inflación acumulada del 60.2%, según datos proporcionados por el INDEC. También se asemeja al incremento del dólar informal en el mismo período, que alcanzó un 59.5%. Por otro lado, esa misma inversión en un plazo fijo UVA habría generado un rendimiento menor, alcanzando los $157,850. Esto se debe a la dinámica de la UVA, que replica el Coeficiente de Estabilización de Referencia (CER) y, aunque sigue la inflación, lo hace con un cierto rezago y una fórmula que promedia los meses previos, lo que la hace menos sensible a las fluctuaciones mensuales de los precios.

Se destaca también que el plazo fijo tradicional experimentó periodos en los primeros cinco meses del año en los cuales no superó la inflación, y solo cuando la tendencia inflacionaria comenzó a declinar, la tasa de interés finalmente superó la evolución de los precios. No obstante, la situación cambió dramáticamente en agosto, especialmente después de las elecciones del 13 de agosto y el posterior ajuste cambiario del 14 de agosto.

Plazo fijo tradicional vs plazo fijo UVA
Plazo fijo tradicional vs plazo fijo UVA: qué conviene en el contexto actual

Gisela Veritier, directora ejecutiva del Icda, la escuela de negocios de la Universidad Católica de Córdoba, advierte que la devaluación abrupta ha tenido un impacto contundente en diversos sectores, desde alimentos hasta combustibles y tarifas. Las empresas ya han comenzado a ajustar sus precios, y proveedores han emitido listas con aumentos de entre el 20% y el 22%.

Ariel Barraud, director del Instituto de Investigaciones Económicas de la Bolsa de Comercio de Córdoba, comparte esta visión y enfatiza un cambio de paradigma económico. Anticipa una aceleración inflacionaria en los meses restantes de agosto y señala que septiembre podría presenciar cifras inflacionarias de dos dígitos.

En este contexto, la tasa de interés del plazo fijo tradicional, aún a un 9.7% mensual, podría quedar insuficiente ante una inflación de dos dígitos. La tasa real positiva, una meta planteada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), quedaría en entredicho. Sin embargo, surge una problemática interconexión entre la tasa de interés, la expectativa de devaluación y la espiralización de la inflación. Si las expectativas de devaluación no se controlan, podría desencadenarse un círculo vicioso difícil de frenar.

las opciones de plazo fijo y la incertidumbre política

En términos de las opciones de plazo fijo, el tradicional y el ajustado por UVA presentan panoramas distintos. Aunque la tasa actual del plazo fijo tradicional pareciera superar la inflación, si esta última se dispara, la tasa quedaría corta. Por otro lado, el plazo fijo UVA, aunque sigue la inflación, la fórmula de cálculo y el rezago temporal lo limitan. Además, su plazo mínimo de 90 días podría resultar poco atractivo, especialmente en un período de incertidumbre. Gisela Veritier resalta que la dolarización de portafolios es una tendencia creciente, y el escenario político, marcado por las elecciones, añade más complejidad a las decisiones de inversión.

En última instancia, la evolución del dólar es un elemento clave en este rompecabezas financiero. Los primeros días de agosto evidencian aumentos sustanciales en todas las variantes del dólar en el mercado, desde el dólar blue hasta el oficial y el MEP. Ante esta dinámica, y en pos de alcanzar rendimientos equivalentes al plazo fijo tradicional, el dólar blue debería ascender a $800 y el MEP a $724 para mediados de septiembre.

A pesar de los esfuerzos del Banco Central por desalentar la dolarización, los ahorradores siguen buscando resguardarse frente a la inflación. No obstante, en un horizonte más extenso, el valor del peso argentino es incierto, y mantener los ahorros en pesos podría ser riesgoso, a pesar de la tasa aparentemente atractiva del plazo fijo.

En síntesis, el escenario post-PASO ha alterado drásticamente las condiciones económicas y financieras en Argentina. Las perspectivas de alta inflación y volatilidad cambiaria han puesto en jaque las opciones de inversión en plazos fijos. Si bien la tasa nominal del plazo fijo tradicional parece elevada, la inflación y las turbulencias políticas añaden incertidumbre a la ecuación. En este contexto, los ahorradores deben sopesar cuidadosamente sus decisiones, considerando tanto la coyuntura actual como los posibles escenarios futuros.