Ineludibles: los 5 desafíos que tendrá la economía argentina en 2021, según expertos de la City
La City porteña ya empieza a poner el ojo sobre 2021 y anticipa los principales desafíos que tendrá que enfrentar Argentina si quiere empezar a desandar la crisis que arrastra desde hace varios años y que se profundizó por la pandemia.
1. Acordar con el FMI
Tras la misión del organismo en noviembre, las reuniones continúan en Washington. Para los expertos, cerrar un acuerdo es fundamental.
"Como el grueso de los compromisos vence en el bienio 2022-2023 y la situación en materia de dólares es muy delicada (las reservas netas son menos del 10% de lo que hay que devolverle al Fondo), firmar un nuevo plan de pagos resulta elemental", afirmó GMA Capital.
Para Consultatio, "el programa con el FMI es el eje rector de todos los desafíos del año que viene, porque brinda la posibilidad de atacar todo el resto de los desafíos de una manera ordenada y coherente".
En cuanto a tiempos, Consultatio aseguró que "la situación macro no se puede dar el lujo de que la negociación se extienda demasiado" y que, por lo tanto, "lo ideal es que se termine cerrando en enero o, a más tardar, en febrero".
De todos modos, agregaron que abril constituye una fecha límite porque a partir de mayo el Gobierno tendrá que empezar a negociar con el Club de París.
Argentina apuntaría a un acuerdo de facilidades extendidas que implicaría una serie de reformas que, según Consultatio, aportarían "cierta dosis de racionalidad macro a Argentina".
"La necesidad de poner literalmente en papel los pasos a seguir del programa macro también tendrá efectos positivos desde el punto de vista de la comunicación de la política económica, y podría solucionar uno de los principales problemas: las distintas visiones de la economía que predominan dentro de la coalición gobernante", sostuvo la firma.
En la misma línea se manifestó GMA Capital: "El FMI podría cooperar para dar forma a un plan económico que sirva de guía para las decisiones públicas y privadas para el mediano plazo en un marco de menor incertidumbre".
2. Bajar la brecha y sumar reservas
No escapa a la vista de ningún analista -y tampoco de los propios funcionarios- que las reservas del Banco Central (BCRA) están muy estresadas. Si bien en noviembre el organismo vendió menos dólares que en meses anteriores, las arcas de la entidad continúan en baja.
Por eso, uno de los principales desafíos de 2021 será volver a incrementar el nivel de reservas. De acuerdo con Consultatio, un paso fundamental en esa recomposición será bajar la brecha cambiaria a niveles sostenibles, que estén por debajo de 40%.
Allí, la duda pasa por si se puede cerrar desde arriba (bajando los tipos de cambio libres) o desde abajo (con una aceleración del dólar oficial). La firma recomienda combinar un programa macro que mantenga las cotizaciones libres en el nivel actual mientras se acelera la devaluación del oficial.
Una vez que la brecha llegue a un nivel sostenible, Consultatio señala que se podría empezar a acumular reservas o, al menos, dejar de perderlas.
"Actualmente, la estabilidad depende de grandes restricciones. El objetivo de recomponer la confianza es clave para asegurar la demanda por la moneda local y engrosar las compras de dólares comerciales", aportó GMA Capital.
3. Impulsar las exportaciones
Pero, ¿de dónde salen los dólares que luego se suman a las arcas del BCRA? Del comercio exterior. Por ese motivo, la City indica que es imperioso mejorar la balanza comercial.
"Aunque la foto indica que el saldo comercial es positivo hace más de 2 años, la película de corto plazo es más compleja. Los u$s612 millones de superávit de octubre representan poco más de un tercio de hace un año. Sumado a esto, el balance base caja (pagos y cobros) fue de solo u$s44 millones para el mismo mes, entre los más bajos de 2020", explica GMA Capital.
En ese marco, de cara a 2021, la consultora estimó: "La recuperación de Brasil, sumada a un tipo de cambio competitivo (la medición multilateral es tan elevada como en 2011), podrían ser drivers positivos para fomentar las exportaciones en 2021. Un punto a favor es la suba del precio internacional de la soja, pero la menor cosecha estimada producto de las condiciones climáticas posiblemente impida aumentar los rendimientos".
Por el contrario, en Ecolatina calcularon que el fuerte incremento del precio de la oleaginosa debido a la posibilidad de problemas climáticos "más que compensa la probable pérdida de producción causada por la sequía que afecta nuestro país".
No obstante, advirtieron que ese efecto positivo, que implicaría un mayor ingreso de agrodólares, se dará "siempre y cuando la cosecha efectivamente se exporte y no se retenga a la espera de mejores condiciones", como por ejemplo, "un tipo de cambio oficial más elevado, menor brecha o reducción de retenciones".
4. Reducir el déficit
El FMI podría dar a Argentina un cierto "sello de calidad" en materia de la disminución del déficit fiscal que el mercado ve como necesaria luego de un año excepcional como 2020. El gasto creció con fuerza este año como consecuencia de la pandemia y el déficit cerrará en unos 8 puntos del PBI.
En ese marco, los expertos resaltan la necesidad de hacer un esfuerzo fiscal importante para reducir el déficit en 2021. Esa baja tendría que venir por el lado del gasto ya que la presión tributaria está en máximos y no hay margen para incrementarla.
"El déficit fiscal terminará este año con su peor registro desde los ‘80. El gran desafío de 2021, como año posterior a una crisis que, como todas deja un reguero de necesidades sociales, será cómo se equilibran las cuentas fiscales en la antesala de las elecciones legislativas", advirtió GMA Capital.
"El desafío no termina en no gastar de más, sino en consolidar más allá de lo que se prometió en el presupuesto", apuntó Consultatio.
Y añadió: "Para eso se requerirá creatividad y ‘muñeca política’ para recortar gasto en otras áreas. Resulta clave que se contengan los subsidios, pero también vemos espacio para recortar gasto de capital (puede ser un punto de discusión con el FMI) o transferencias a provincias (punto de discusión con Gobernadores)".
Según el Presupuesto 2021, la meta de déficit fiscal será de 4,5% para el año que viene. Al respecto, Consultatio analizó que esa promesa "está en línea con el esfuerzo fiscal promedio de las economías emergentes, pero no se condice con el esfuerzo adicional de aquellas que tienen fundamentos algo más débiles y que, por lo tanto, tienen rendimientos de sus bonos bastante más parecidos a Argentina (aunque igualmente mucho menores)". En consecuencia, la firma propicia una meta fiscal más exigente a la establecida en el Presupuesto.
5. Cambiar el financiamiento del déficit
Muy ligado al agujero fiscal aparece la forma de financiar el mismo. En 2020, con los mercados cerrados para Argentina aún luego de la reestructuración de su deuda con los privados, la maquinita del BCRA constituyó la principal fuente de financiación.
"En línea con la mayoría de países, Argentina llevó a cabo políticas fiscales expansivas para revertir la crisis desatada por la pandemia. Sin embargo, dado que el Covid-19 llegó en plena renegociación de la deuda pública, el incremento del bache fiscal tuvo que cubrirse mayormente con emisión monetaria", resumió Ecolatina.
Y explicó: "Este desequilibrio fiscal/monetario disparó las expectativas de devaluación impulsando la caída de reservas y la ampliación de la brecha. Estos factores, junto con los controles de cambio impuestos para administrar las fluctuaciones del dólar, desalientan la entrada de capitales".
La estrategia de la Secretaría de Finanzas fue recurrir al mercado de capitales para obtener fondeo en pesos. Sin embargo, no todos los instrumentos despiertan interés entre los inversores. Los bonos con ajuste por tipo de cambio o por inflación son los preferidos mientras que los instrumentos a tasa fija no llaman la atención.
"Últimamente, el Tesoro ha mostrado su incapacidad para poder colocar deuda en pesos a tasa fija. Para no experimentar las consecuencias negativas de no poder renovar los vencimientos y tener que monetizarlos, el Plan B viene siendo ofrecer deuda indexada: CER y dólar linked. Entendemos que, si no hay otra alternativa, la decisión es correcta. De todos modos, a mediano plazo, es importante que se comience a cambiar esa lógica", apuntó Consultatio.
Por su parte, GMA Capital hizo referencia a los resultados diferentes que obtuvo el Gobierno según el tipo de instrumentos que licitó.
"El acceso al financiamiento sigue siendo limitado. Esto se reflejó, por ejemplo, en el roll-over (renovación) de la deuda en noviembre, cuyo valor del 105% fue el menor desde junio, en parte porque no hubo colocaciones de deuda dollar-linked (en octubre el rolleo había sido de 246% gracias a estos instrumentos)", afirmó la consultora.
Aprovechar el viento de cola
Si bien estos son los principales desafíos, no se trata de los únicos. La dinámica de precios -muy influenciada por las expectativas de devaluación así como por la emisión monetaria- también está en la mira de la City. Lo mismo sucede con la puesta en marcha de las reformas estructurales que propondría el FMI para cerrar un acuerdo. Finalmente, además de administrar la salida de la crisis, queda pendiente el desafío de volver a crecer.
Los factores internacionales, como el precio de la soja y una política fiscal laxa por parte de Estados Unidos, podrían generar un viento de cola. No obstante, Ecolatina planteó que es difícil saber cuánto de eso podrá aprovechar Argentina.
"Despejar las expectativas de devaluación pareciera ser clave para reducir el costo del financiamiento y lograr el pleno funcionamiento del aparato productivo y del comercio exterior. Un respaldo político contundente a la nueva política económica, y el cierre de un acuerdo con el FMI ayudarían a aprovechar -aunque sea parcialmente- el viento de cola externo. A la suerte hay que saber acompañarla", concluyó la consultora.