Ajuste del gasto público: qué sectores sufrieron un recorte real y perdieron frente a la inflación
Con la reaparición de Martín Guzmán en la escena política argentina se disparó una polémica sobre su gestión al frente del Palacio de Hacienda, que le valió una dura respuesta del actual jefe de Economía, Sergio Massa.
Guzmán se quejó de las duras críticas que recibía desde un sector de la coalición gobernante por su falta de sensibilidad a la hora de habilitar un mayor gasto para los sectores más vulnerables de la actividad y, en contraposición, de la actual indulgencia de ese mismo grupo de dirigentes ante el ajuste que está llevando adelante su sucesor.
Gasto público vs. orden fiscal: ¿Massa logró un equilibrio?
Massa señaló que al hacerse cargo de la economía el déficit fiscal era de 12% del PBI pero dio a entender que con una estructura de gasto ineficiente que lo obligó a ocuparse de un reordenamiento de las erogaciones del Estado.
Un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso Nacional (OPC) pone de relieve lo que sucedió durante ambas gestiones en los diez primeros meses de 2022.
Según OPC entre enero y junio el déficit público se incrementó 12,5% con respecto a igual período del año pasado y desde julio hasta agosto se redujo 16,2% en forma interanual. El dato puede repartir algo de verdad para cada lado… "no hubo ajuste" pero "tal vez la plata fue mal asignada"…
Lo que sí es concreto que desde que llegó al Ministerio de Economía, Massa se propuso cumplir con la meta de déficit de 2,5% pautada con el FMI en el vigente acuerdo de facilidades extendidas y hacia allí camina con cuatro meses consecutivos "apretando el cinturón".
De acuerdo al último informe oficial, el rojo de las cuentas públicas trepa a $1.225.174 millones, que equivale a 1,4% del PBI, contra una meta anual de 2,5%.
Para acercarse a este objetivo, en octubre el gasto primario registró un ajuste real promedio de 13%, al que se llegó con recorte, entre otras cosas, del sensible conjunto de las prestaciones sociales.
Planes sociales y jubilaciones pierden contra la inflación
Según indicó un informe de la consultora LCG las prestaciones sociales en su conjunto tuvieron una caída real (luego de ajustar el valor nominal de $861.831 millones por inflación) de 9%.
Dentro de ese grupo la erogación por jubilaciones ascendió a $523.131 millones, un 36% más que en octubre de 2021 pero cuando se pasa por el tamiz de la inflación se transforma en una caída real de 6%.
Si se toma en cuenta todo el año (cuando ingresa el famoso primer semestre de expansión) el gasto en jubilación trepa a $ 4.340.752 millones con alza de 32% nominal pero que queda en equilibrio cuando se lo contrapone a la suba de precios.
Al explicar los números de octubre, el Ministerio de Economía, buscó refugio en la legislación vigente: "Esta dinámica se explica por el impacto de la fórmula de movilidad vigente (Ley N° 27.609), que arroja incrementos conforme se recupera el mercado de trabajo formal y crece la recaudación", indicó.
El mismo escenario se replicó en otro ítem sensible como las "asignaciones familiares", donde se gastaron $95.643 millones, que representa una alza de 62% en términos nominales, pero que en realidad significa una caída de 14% cuando se aplica la inflación acumulada en el período que es de 88%.
El universo incluido en "otros gastos de prestaciones sociales" –donde se computan una serie de planes sociales- registró giros por $ 243.077 millones, 62,4% más en forma nominal, pero también con una brusca baja de 14% frente a la suba de precios.
Dentro de los gastos generales que cayeron en "la tijera" también se destaca el "operativo" que tuvo un contracción real de 20% en forma interanual, con salarios cediendo 2% anual de acuerdo a las paritarias cerradas.
Las erogaciones por subsidios disminuyeron 21%, sumando el quinto mes consecutivo (-16% anual promedio). Las provincias también sufrieron la poda recibiendo fondos por montos reales 32% inferiores respecto a un año atrás.
De esta dinámica se puede concluir que esa expansión del primer semestre está siendo corregida en la segunda mitad del año para cumplir con el pacto con el FMI.
Al momento el déficit acumulado es de 1,4% del PBI lo que supondría un panorama holgado para el Gobierno, pero la realidad indica que el último bimestre del año es el más exigente en cuanto a gastos y por lo tanto "no le sobra nada".
"Las señales de convergencia fiscal se hicieron más palpables con los datos de octubre, aunque entendemos que todavía, en buena parte, se basan en "pisar gastos" que más temprano que tarde deberán cubrirse", señaló LCG.
Sobre la estacionalidad del gasto en la última parte del año la consultora indicó que "jugará en contra" y precisó que "en promedio, en los últimos 5 años el gasto primario se incrementó 4,6 pp del PBI en noviembre y diciembre y el déficit primario 1,2 pp en el mismo período"
Al mismo tiempo advirtió que "debe tenerse en cuenta que el déficit actual cuenta con una deuda flotante 0,2 pp superior a la acumulada en los años previos, algo que eventualmente debería ser corregido".