"Practicantes" de secundaria en pymes: el sistema no arranca por falta de personal que capacite
No hace mucho tiempo en la Ciudad de Buenos Aires se generó un fuerte debate entre quienes querían que, en el marco del plan de "La escuela secundaria del futuro" que promovía el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta, se ofrecieran prácticas pre-profesionalizantes a alumnos de todos los colegios secundarios y quienes consideraban que eso transformaría a los alumnos en "mano de obra barata" en las empresas porteñas.
Sin embargo, las prácticas pre-profesionalizantes no son nada nuevo sino que de hecho están determinadas por la Ley de Educación Técnico Profesional (N° 26.058) en la provincia de Buenos Aires y también en la de Santa Fe, por el decreto 1446/11. En ese marco es que estudiantes del último año de escuelas técnicas frecuentemente se incorporan como practicantes en empresas vinculadas a la industria.
Según un estudio que el Observatorio Pyme condujo en la zona denominada Corredor Norte (que incluye a Constitución en Santa Fe, y a Pilar, Tigre, Escobar, San Fernando, Campana, Zárate, Exaltación de la Cruz, Ramallo y San Nicolás en Buenos Aires), las empresas que participaron de este tipo de experiencias son sobre todo las de la industria metalúrgica, las de caucho y plástico, las de productos de informática y electrónica, etc. Sin ir más lejos, Aluar, Insud, Toyota, Ternuim y Tenaris respaldaron esta investigación.
El informe al que accedió iProfesional, y que se presentará completo el 31 de marzo en un evento en Capital Federal, toma 400 empresas de esa área y concluye, por ejemplo, que el principal problema que declaran las pequeñas y medianas empresas para llevar adelante este tipo de programas de educación pre-profesional es la falta de personal efectivo que puedan designar para el acompañamiento de los practicantes.
Osvaldo Alonso, director de Proyectos de la Fundación, explicó que la investigación indica que cuando las organizaciones "tienen menos de 10 ocupados, no tienen realmente la posibilidad de dedicar a una persona a entrenar a los practicantes". Es decir, los alumnos del secundario no son un capital humano que se dedica a la producción, como supone el sentido común, sino una "apuesta a futuro" a la cual es necesario destinar recursos.
No obstante, también hay compañías que no reciben practicantes por falta de conocimiento sobre lo que implica efectivamente un programa de este tipo. "Hay otro sector de 30% de las empresas que requiere de información, que no sabe de qué se tratan las prácticas pre-profesionalizantes, que no entiende que no se trata de una relación laboral que le va a generar gastos extra, que no sabe qué le puede pedir a un practicante, que no va a reemplazar a un trabajador con los alumnos, etc. Este tipo de desinformación 'atacaremos' este año", completó el directivo.
Pidió además diferenciar las prácticas pre-profesionalizantes de los programas de pasantías universitarias: "Los universitarios ya están en un nivel de formación en el que pueden sumar valor al negocio o a la operación y eso debe ser remunerado. Un chico que está terminando la secundaria tiene todo para recibir en cuanto a instrucción y todavía no mucho para dar. Es una relación no laboral, por eso no puede ser utilizada como mano de obra. Son cuatro horas semanales en las que está con un tutor laboral y otro académico".
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Según el Observatorio, además de proveer a los estudiantes del último año del secundario con una primera experiencia laboral a partir de la cual insertarse al mercado, este tipo de programas permiten a las empresas formar internamente los recursos que necesitarán y que al año siguiente estarán disponibles en el mercado. Existen además, de acuerdo al programa, beneficios adicionales para las escuelas, cámaras empresarias y municipios que, a partir de los datos que generan estas prácticas, pueden construir políticas y programas de capacitación, vinculación y educación.
Al realizar la encuesta, el 9,5% de las que participaron tenían abiertas búsquedas de personal técnico y especializado.
"Puede que la cantidad de empresas que tenían búsquedas abiertas de personal técnico haya caído por la crisis económica desde que realizamos la encuesta, pero a la vez es un fenómeno que el porcentaje que tiene búsquedas abiertas y no encuentra personal calificado también es mayor. El hecho de que aunque haya menos búsquedas y aun así las dificultades persistan en el tiempo, habla de un déficit estructural en el sistema de formación. Parte de eso tiene que ver con la falta de vinculación entre el sistema productivo y el educativo", reflexionó Alonso.
No por nada la mayoría de las Pyme consultadas en el Corredor Norte (95%) consideraron importante promover la vinculación con instituciones de enseñanza técnica secundaria, pero el 85% de ellas no habían recibido practicantes en 2018. Solo ese 15% que si incorporó ese año practicantes representó a 199 jóvenes que pudieron realizar la experiencia pre-profesional. No obstante, un 51% de las firmas (205 en total) esperaba sumar este tipo de experiencias en 2019 y así el número de prácticas en la zona relevada habría sido llevado a 508, si bien la Fundación aun no pudo verificar que esas prácticas se hayan concretado.
"Se colocaron muchos estudiantes en 2019, pese a que la información que nos está llegando hasta el momento es que hay empresas que por la crisis y la baja de actividad, decidieron dejar el programa para este año. Hubo casos aislados de empresas al borde de la quiebra, porque el último semestre del año pasado fue realmente duro, pero aun así hubo una gran cantidad de prácticas que se dieron y en un nuevo relevamiento este año tendremos las estadísticas", dijo a este medio Alonso. "Así como hay cierres de empresas, tuvimos casos de talleres que aprovecharon la situación para formar al personal y a practicantes", añadió.
En detalle
De las empresas participantes, la mayoría (24%) se dedican a la industria de "metales y sus productos". Le siguieron las de "alimentos y bebidas" y "productos químicos y farmacéuticos", cada una con 9%; "caucho y plástico", "madera y muebles" e "informática, electrónica y equipo eléctrico" con 7%; la "construcción" con 5% y el resto se repartió entre otras actividades.
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Respecto a las especialidades de los practicantes, el 47% buscó sumar a su empresa técnicos electromecánicos o mecánicos electricistas (43%), seguidos de técnicos en electricidad y electrónica (17%).
Por otra parte un 10% de la demanda se dirigió a químicos, otra porción igual a especialistas en gestión de las organizaciones, un 7% a técnicos en informática profesional y personal, 5% a maestro mayor de obras, entre otras especialidades.
Entre las empresas que decidieron no incorporar estudiantes de escuelas técnicas como practicantes, el motivo más recurrente (30% de las menciones) fue la falta de personal propio que se pueda designar para acompañar al practicante.
Entre estas 400 compañías relevadas sumaban una cantidad total de ocupados formales de 10.938, aunque en promedio tenían 27 personas trabajando cada una al momento de llevarse a cabo el relevamiento. Entre las que declararon tener esta dificultad, el 87% tiene menos de 30 empleados.
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Otro 26% de las menciones de las empresas fue la falta de vinculación con las escuelas técnicas. Solo un 15% dijo no recibir practicantes por baja actividad y falta de necesidad de más cantidad de colaboradores, un 12% temía incurrir en gastos adicionales y otro 10%, a los potenciales juicios laborales; tres de las principales objeciones que los detractores de este tipo de formación en el lugar de trabajo suelen esgrimir.
"Todas las empresas que no incorporarían practicantes por temor a incurrir en gastos extra como seguros o asignaciones estímulo, tienen menos de 25 empleados", aclararon desde Observatorio Pyme.
Solo un 3% mencionó que los estudiantes tenían mala formación y experiencia anterior, así como mala actitud. Y un 2% dijo no reconocer qué valor podría aportarle a su empresa un estudiante.
Tendencias
Entre las tendencias con mayor prevalencia que pudo detectar el Observatorio Pyme, se denota que aquellas de mayor tamaño –más de 30 empleados- son las mejor predispuestas a recibir practicantes en sus instalaciones.
Un 64% de las firmas relevadas de esas características se mostraron a favor, mientras que solo el 44% de las de menos de 10 colaboradores lo están.
Asimismo, todas las empresas que capacitaron a su personal en el año del relevamiento y que buscan certificar sus estándares de calidad (ISO) tienen mejor predisposición a realizar este tipo de experiencias.
"Hay una alta correlación entre las empresas que cuidan su gestión a través de la capacitación al personal y las certificaciones (ISO o de otro tipo), y la apertura a recibir practicantes. Las exportadoras, que suelen estar certificadas, es casi seguro que lo hacen porque tienen una valoración muy alta de la importancia de formar a las futuras fuentes de trabajo", dijo al respecto Alonso.
El director de Proyectos de la Fundación entiende que lo que subyace en la demanda de practicantes tiene que ver con el tipo de cultura y de procesos que tienen las empresas: "El 100% de las que sienten que tienen que mejorar su competitividad reciben practicantes. Lo que hay es una relación estrecha entre el desarrollo productivo y competitivo de las empresas, los recursos calificados que va incorporando y su preocupación por formarlos", sentenció.