Alerta: cuáles son los nuevos peligros por la suba de tasas dispuesto por la FED
La "era del dinero barato" ha comenzado a quedar atrás. Con el anuncio de la suba de tasas que realizó la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) este miércoles, queda plasmado el cambio de una política que había mantenido el costo del dinero casi en cero desde el inicio de la pandemia de covid-19.
Cabe recordar que las tasas de interés estaban en mínimos históricos desde marzo de 2020 para tratar de estimular la actividad económica y salir más rápido de la recesión creada por el impacto de la pandemia.
Con esta decisión, las tasas de referencia en EE.UU. quedan en un rango de entre 0,25% a 0,5%. Pero este es solo el primer paso, ya que la la Fed anticipa que serán necesarias sucesivas subas, que Jerome Powell cifró en medio punto en cada una de las dos próximas reuniones, lo que llevará las tasas al 1,75%-2% ya a finales de julio. Esas subas "estarán sobre la mesa", que es la forma que tiene Powell de decir que eso es lo que espera hacer si no cambian las cosas.
La medida busca amortiguar aunque sea en parte el rápido aumento de una inflación que ha escalado a un 8,5%, el nivel más alto en ese país desde 1982. Pero lejos de descender, existen indicios que el costo de la vida seguirá aumentando en EE.UU., como consecuencia de la guerra que se está librando en Ucrania, por lo que la suba de las tasas era casi inevitable.
Los nuevos peligros de la suba de tasas de la FED
"Estamos atentos a los riesgos de una mayor presión alcista sobre la inflación", dijo Jerome Powell, presidente de la Fed y agregó que "La economía estadounidense es muy fuerte y está bien posicionada para manejar una política monetaria más restrictiva".
Desde ya que el anuncio de la Fed es considerado como el comienzo del fin de una era en que pedir dinero prestado a los bancos fue muy conveniente. Con el inicio de una época de "dinero más caro" y, con la incertidumbre que provoca la guerra en Ucrania, las expectativas apuntan a que probablemente 2022 será un año de aumento progresivo de las tasas de interés en distintos países del mundo.
En tal sentido, del otro lado del Atlántico ya se produjo el primer movimiento alcista, esta vez de parte del Banco de Inglaterra (BoE) que subió las tasas por cuarta reunión consecutiva en un intento por topar la imparable escalada de precios que sufre la economía británica.
El BoE ha elevado el precio del dinero en 25 puntos básicos para dejar el umbral clave en el 1%, un nivel que no se veía desde 2009. De este modo, lleva adelante la mayor racha de subas que se recuerda desde 1988. La institución ha dibujado un panorama sombrío para la economía, con la inflación superando el 10% este año y una caída del PIB en 2023.
Esa incertidumbre causada por el conflicto bélico hace que los capitales traten de refugiarse en el dólar, una moneda fuerte, contribuyendo a que el billete verde se aprecie respecto a las demás monedas.
La suba de las tasas es realmente importante porque el costo de pedir dinero prestado tiene efectos directos en las personas al tomar créditos, ya sea hipotecarios o de consumo o pagar deudas.También afecta a las empresas y los gobiernos que requieren financiamiento para realizar inversiones o renegociar compromisos financieros.
Es por ello que si bien las tasas más altas apuntan a controlar la inflación, al mismo tiempo, reducen el crecimiento económico y aquí surge un dilema por demás complejo: ¿que es mejor? ¿profundizar esta política o es mejor mantener los motores del crecimiento encendidos pese al aumento del costo de la vida?
El aumento de tasas y las repercusiones a nivel mundial
Lo que hay que tener presente es que históricamente los movimientos de las tasas estadounidenses, incluso aunque sean de un cuarto de punto, tienen repercusiones a nivel global, ya que los inversores mueven sus capitales de un país a otro, se agitan las bolsas y el resto de los bancos centrales toman decisiones guiándose por el rumbo que sigue la mayor economía del mundo.
En el caso particular de América latina, se puede prever que esta medida impulse el denominado "fly to quality", es decir la salida de fondos, afectando los mercados de renta fija y variable y por lo tanto presionando a la suba del tipo de cambio. "Que Estados Unidos suba los tipos de interés le afecta bastante a Latinoamérica", le dice a BBC Mundo Juan Carlos Martínez, profesor de Economía en la universidad IE Business School, España.
"Hay más riesgo de que capitales que estaban invertidos en Latinoamérica se vayan a Estados Unidos, provocando una depreciación de las monedas locales y una mayor inflación, estimulada precisamente por esa pérdida de valor de las monedas de los países frente al dólar", agrega.
Eso se explica porque si los grandes inversores consideran que comprar bonos estadounidenses es más atractivo, entonces le prestan menos dinero a los países de la región o le "compran deuda" a intereses más altos.
Lo mismo ocurre con las grandes empresas que consiguen financiamiento externo: el costo de pedir prestado sube. Y, por otro lado, un dólar más alto hace que disminuya el poder adquisitivo de las personas, por ejemplo, al comprar bienes importados.
Si los bancos centrales de la región quieren evitar que los capitales emigren hacia Estados Unidos, "lo que tienen que hacer es subir agresivamente las tasas de interés. El problema es que tasas más altas son un freno al crecimiento", explica Martínez.
Todo ello en un contexto en el que las economías de la región ya enfrentan elevadas tasas, y aún siguen golpeadas por las huellas de la pandemia, con pérdidas de empleo, bajo crecimiento, menos recursos fiscales por los gastos extraordinarios hechos durante la recesión y una inflación desbocada. Una decisión que tal vez sea mucho más compleja por sus implicancias que la que debió tomar el mismo Jerome Powell.