El Gobierno, dispuesto a adoptar la "mano dura" para frenar al dólar tras el fracaso del canje
El Gobierno parece decidido a jugar a fondo si el mercado cambiario se pone más tenso, en medio de las negociaciones por la deuda. La cotización del "blue" a $125 escoltado de cerca por los "dólares alternativos" -el "contado con liqui" y el MEP- volvió a encender las alarmas en los despachos oficiales.
El hecho de que la cotización del dólar -en todas sus versiones- volviera a dispararse ayer lunes, aun cuando se diera una recuperación pronunciada de los bonos de la deuda argentina, volvió a preocupar a los funcionarios.
La tensión provocó, incluso, roces internos. El ministro Martín Guzmán y Miguel Pesce no terminan de acordar una estrategia común para sosegar la histeria de los inversores.
Son miradas distintas: el ministro de Economía luce convencido de que el armado de una curva de la deuda en pesos le abrirá la posibilidad -más adelante- de consumar un mercado sólido en moneda local.
Sin embargo, ese objetivo, a todas luces interesante e incluso audaz para un país que convive con una inflación del 50% anual, choca contra el interés del banquero central de mantener lo más calmo posible el mercado de los "dólares alternativos".
La evidencia, hasta el momento, indica que cada vez que la mesa de operaciones del BCRA interviene con la compra de bonos en el mercado, termina dándoles "salida" a inversores que ya no quieren esos papeles y van en busca de dólares para remitirlos a una cuenta del exterior.
Muchas veces, esas intervenciones de la autoridad monetaria desembocan en un efecto "no deseado": el salto del "contado con liqui". Tal como sucedió en el comienzo de la semana.
"En un contexto como el actual, con las expectativas totalmente pinchadas y la incertidumbre, los inversores sólo piensan en desprenderse de los bonos, agarrar los pesos e irse al dólar", cuenta un "trader" habituado a esta operatoria.
La otra vía: la lupa sobre tres sociedades de Bolsa
Desde el Banco Central, Miguel Pesce impulsa la identificación de quienes intervienen en esos mercados "alternativos". Busca identificar si esos operadores cumplen con las últimas regulaciones de la autoridad monetaria.
El scanner pasará por los tres principales jugadores del mercado: se trata de sociedades de Bolsa que, juntas, atraen aproximadamente la mitad (o más) de las operaciones de "contado con liqui" y "dólar bolsa".
El trío apuntado es: Allaria Ledesma, Cohen Sociedad de Bolsa y el Grupo SBS. La Comisión Nacional de Valores (CNV) ya viene buscando la información de quiénes son los inversores que, a través de esas compañías, operan con el "contado con liqui" y el "MEP". Hasta el momento no tiene los detalles, y la demora en obtener la información está provocando irritación en oficinas gubernamentales.
La realidad es que las operaciones para dolarizar inversiones a través del mercado bursátil son totalmente legales. Pero ante la escapada de esas cotizaciones, la semana pasada, el Central tomó medidas para restringir el acceso de los inversores a este nicho. En el Gobierno, volvieron a ganar espacio las teorías conspirativas.
"Se manejan volúmenes muy bajos pero impulsan las cotizaciones. Estamos seguros que son grupos que, además de sacar una diferencia en las cotizaciones, también buscan presionar al Gobierno para una devaluación", asegura un funcionario que suele caminar los pasillos de la Casa Rosada y también de la Quinta de Olivos.
Ese funcionario, de máxima confianza de Alberto Fernández, afirma -en diálogo con iProfesional- que las cerealeras exportadoras y también algunos fondos de inversión ligados a la negociación de la deuda forman parte de esos grupos de presión.
Por ese motivo buscan identificarlos. Una fuente de buena llegada al Presidente comentó a iProfesional que hay dudas sobre la eficacia de la gestión de Adrián Cosentino, número uno de la CNV, quien hasta ahora no ha podido conseguir la información que sería útil para detener lo que en el propio Gobierno denominan una "ola especuladora".
"Un Gobierno no puede vivir condicionado por los bancos y por operadores de mercado", reafirma otra de las fuentes oficiales consultadas.
Uno de los referentes del equipo económico va más allá: asegura que si en los próximos días las sociedades de Bolsa mantienen su postura y no brindan los nombres de sus clientes (los que dolarizan sus carteras), entonces habrá un pedido vía judicial.
El foco en la facturación de exportaciones e importaciones
Esta ofensiva del Gobierno y del Banco Central -a través de regulaciones- se completó con otras dos movidas de última hora.
Una fue el desplazamiento de Lisandro Cleri -quien hasta ahora venía encabezando la Unidad para reestructurar la deuda- hacia el FGS (Fondo de Garantía de Sustentabilidad) de la Anses.
Según pudo saber iProfesional, ese cambio estuvo directamente relacionado con el fracaso que hasta aquí tuvieron las conversaciones con los acreedores extranjeros.
Sin embargo, el paso de Cleri al FGS fue interpretado en el "mercado" como la llegada de un funcionario con conocimiento de ese organismo -había transitado por esa dependencia durante la gestión de Diego Bossio en la Anses-, justo en momentos en que el Gobierno necesita disciplinar al dólar alternativo.
La otra pieza clave que movió el Gobierno en relación al mercado cambiario fue la reactivación de los denominados "precios de referencia" sobre el comercio exterior, tanto de las importaciones como de las exportaciones. Un monitoreo que estará a cargo de la Aduana.
La iniciativa es muy relevante en el actual contexto de tensión cambiaria. Así como mediante la subfacturación de importaciones se alimenta la evasión en el pago de impuestos, la sobrefacturación es un reconocido mecanismo para acceder a la compra de dólares a precio oficial, por un monto que excede el precio de compra.
Un funcionario al tanto de estos mecanismos relata: "En momentos de controles cambiarios y brecha cambiaria, las operaciones de sobrefacturación buscan poder acceder al mercado de cambios para comprar más dólares de los necesarios para la importación".
"Hoy, directamente, no hay valores referenciales, ya que en noviembre de 2017, bajo la administración anterior, la Resolución 4161 de la AFIP derogó definitivamente la normativa que establecía las referencias", completa el funcionario.
En definitiva, el Gobierno no oculta su alarma por la brecha cambiaria, que en el inicio de la semana ya escaló al 79 por ciento. Una diferencia con el dólar "oficial" que, más temprano que tarde, terminará por distorsionar a la economía real.
Con semejante brecha, los productores y las exportadoras de cereales retienen en las silobolsas toda la producción que pueden: la historia económica reciente les da argumentos, ya que un proceso de este tipo siempre desemboca en una devaluación.
Por ahora, los funcionarios no le encuentran la salida a la situación. Para peor, Brasil también aceleró el paso devaluatorio: el dólar allí ya vale R$5,80.
¿Un arreglo por la deuda descomprimiría la situación? Algunos miembros del gabinete económico sostienen que, al menos, evitaría un mayor ensanchamiento de la brecha. A esta altura, no se ilusionan con mucho más.