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El "Informe Dujovne" prevé calma financiera y un repunte fuerte del consumo antes de las elecciones

El ministro le elevó un "memo" al Presidente, en el cual expone una visión optimista sobre los próximos meses. La clave de la recuperación será el consumo
28/02/2019 - 06:23hs
El "Informe Dujovne" prevé calma financiera y un repunte fuerte del consumo antes de las elecciones

Nicolás Dujovne le acercó el informe a Mauricio Macri justo antes de que el Presidente se subiera al avión que lo llevaría a la India. Contiene un diagnóstico optimista sobre la evolución de la actividad económica, siempre y cuando se cumpla con una condición: la estabilidad del tipo de cambio.

En el equipo económico consideran que se trata de una visión "realista", basada en hechos concretos. Es el mensaje que los funcionarios le transmitieron al Presidente.

Auguraron que habrá una mejora en el consumo, un escenario que -al menos por ahora- luce lejano, pero que a los oídos de un jefe de Estado en campaña suena a una dulce melodía.

Al regreso del viaje por India y Vietnam, y ya con el mercado cambiario nuevamente estable, Macri aseguró que "la economía empieza a ordenarse". El Presidente ya no quiere formular pronósticos económicos en público. Pero se entusiasma con que la actividad empiece a mostrar señales de recuperación a medida que se acerquen las elecciones.

Los cálculos del ministro de Hacienda indican que esa reactivación podría evidenciarse durante el segundo trimestre del año.

El condicionante, claro, es que el valor del dólar no se mueva, o se mueva de una manera esperada, sin que altere la paz cambiaria lograda tras el último acuerdo con el Fondo Monetario.

De ahí que el Banco Central actuara con contundencia -volviendo rápidamente sobre sus pasos y elevando la tasas de interés de referencia- para aplacar el deslizamiento del tipo de cambio de la semana pasada.

La previsión de Dujovne consta de tres puntos centrales que, de coordinarse tal como espera el propio ministro, podrían marcar una recuperación del consumo, justo a tiempo para el tramo más caliente de la campaña electoral.

Para algunos observadores, no obstante, se trata de una visión por demás optimista en medio de un ciclo recesivo con inflación elevada que corroe el poder adquisitivo de los asalariados.

Ahora bien: ¿cómo puede ser que Dujovne prevea un escenario donde el consumo masivo se recupera si se trata del rubro más castigado por la crisis? La columna vertebral del informe preparado por el ministro dice así:

1. Aumento de las jubilaciones, la AUH y otras asignaciones

En marzo, los 17,8 millones de jubilados, pensionados y demás beneficiarios de la Seguridad Social cobrarán sus haberes con un incremento del 11,83%; y en junio tendrán una nueva suba del 10,8%.La primera conclusión refiere a que la suma de ambos incrementos -23,9%- será mayor a la inflación del primer semestre. Por lo menos de acuerdo a lo que se espera según el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), medida por el Banco Central.

Se trata de un dato significativo por la cantidad de gente que se beneficia por estos incrementos. Según ANSES, la "movilidad" engloba a más de 17,8 millones de personas: 6,9 millones son jubilaciones y pensiones, 1,7 millón de Pensiones No Contributivas y Pensiones Universales para el Adulto Mayor y alrededor de 9,2 millones de asignaciones por hijo.

En el caso de las jubilaciones mínimas, el incremento de "bolsillo" será de $1.100 en una primera etapa, ya que el haber pasará de los actuales $9.309 a $10.410 en marzo. Y en junio llegará a 11.534 pesos.

2. Adelanto de las paritarias

Hasta ahora, cuando apenas corrieron los dos primeros meses del año, tan sólo un par de gremios sin peso específico lograron cerrar sus paritarias: Utedyc (entidades deportivas) acordó un 23% de incremento. Y el de los aceiteros consiguió una recomposición de nada menos que el 40% para este año, incluso superior a la inflación esperada.

La apuesta oficial es que, a partir de marzo, empiecen a cerrar gremios más grandes. Los albañiles de la UOCRA y la Unión Obrera Metalúrgica abren la lista. Comercio, que engloba a más de un millón de empleados y suele servir como referencia para el resto, ya empezó conversaciones con la idea de alcanzar un trato hacia abril.

Tanto la UOM como Comercio plantean un piso del 30% a 35%. Se prevén negociaciones duras, en medio de la recesión y con un marco de alta inflación.

Gastronómicos forma parte de la lista que busca una recomposición rápida. Los representantes gremiales ya iniciaron conversaciones para lograr un aumento del 20% adicional a lo logrado hace unos meses (25% más un bono), con la idea de cerrar trato no más allá de abril.

Frente a esa posibilidad, el Gobierno -a través del ministro de la Producción, Dante Sica- intenta que los sindicatos más fuertes acepten incrementos a manera de anticipo mientras se continúa negociando.

¿Cuál es la idea? Contradiciendo en parte el propio discurso de Macri, se busca que un motor de la reactivación sea el consumo interno.

Un funcionario del equipo económico lo blanquea: "En el actual contexto inflacionario, lo mejor es que los trabajadores recuperen el salario real lo antes posible. Sin una mejora en los niveles de consumo masivo será muy difícil que la actividad económica levante. En un año electoral, las inversiones no se van a producir". 

En el Palacio de Hacienda monitorean bien de cerca la evolución de las principales 25 paritarias del país, con el objetivo de tener una acabada muestra y proyección de lo que puede suceder con el consumo de la población.

3. Efecto elecciones en las provincias

En este punto, la lectura es bien simple: el Gobierno cree que los mandatarios provinciales se mostrarán más "generosos" con su electorado a medida que se acerquen las elecciones en cada distrito. 

En varias provincias, el impacto del empleo público es alto, como también lo es la dependencia de las empresas privadas respecto de las contrataciones de las gobernaciones. En consecuencia, ese incremento en el gasto público tendrá un impacto positivo en el consumo masivo y la actividad económica en general.

En conclusión: Dujovne le pone números al impacto que tendría sobre el consumo su "modelo optimista". De acuerdo a sus estimaciones, el poder de compra de los salarios debería mejorar nada menos que 10% hacia el mes de junio, en relación con mediados del año pasado, que es cuando se empezó a deteriorar el salario real.

Esto significaría que, si bien la masa salarial no se recuperaría del todo con respecto al quebranto que sufrió tras la devaluación, los asalariados sentirían una mejora en relación al momento de shock inflacionario iniciado a mediados del año pasado.

Una especie de sensación de "lo peor ya pasó" en materia de ingresos, un hecho para nada despreciable en medio de la campaña electoral.

En línea con esta idea, el gobierno de María Eugenia Vidal acaba de ofrecerles a los docentes de la provincia la aplicación de una cláusula gatillo en la paritaria salarial de 2019. Algo que se negó a lo largo de todo el año pasado.

Quedan en claro dos cosas: la intención de que las clases se inicien sin contratiempos y que, lo dicho más arriba, que el Gobierno ve con buenos ojos que los salarios no pierdan contra la suba de precios.

Para algunos, y lo expresa el propio Roberto Baradel, referente gremial de los docentes, así como en década del '70 la referencia salarial era el arreglo de la UOM, ahora el faro para el resto de los sindicatos no son los metalúrgicos sino los maestros.

Los riesgos

El "plan optimista" de Dujovne no es infalible. Puede fallar; y la economía argentina ya ha demostrado la fragilidad por la que transita.

Existen al menos cuatro variables que podrían detonar el diagrama del ministro para que la economía se mantenga estabilizada y Macri siga siendo competitivo en las próximas elecciones.

La inflación es la principal de ellas que podría jugarle en contra. Si el alza de los precios no logra descender a un ritmo inferior al 2% mensual sería muy difícil que los trabajadores puedan pelearle a la inflación y el consumo recomponerse.

Se sabe: febrero dará algo parecido al 4%, y los dos meses siguientes podrían acariciar el 3% cada uno. Con lo cual, recién habría que aguardar a mayo para saber si hay lugar para el optimismo.

Lo mismo con la siguiente variable, más ligada al mercado financiero: la dolarización. Es común que los argentinos transiten las campañas electorales con dólares en los bolsillos en lugar de tener pesos. El Banco Central dispone de poder de fuego pero acotado, de acuerdo a lo firmado con el FMI.

Por eso será muy importante lo que suceda con la tercera variable: las encuestas, que podrían disparar una dolarización más grande si, por ejemplo, muestran que Cristina Kirchner tiene mayores chances de ganarle a Macri en el balotaje.

Por último, y aquí la cuarta variable, una que nadie puede controlar: el contexto internacional, que en las últimas semanas jugó a favor de la Argentina pero nunca se sabe.

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