Este argentino gana como repartidor en Países Bajos lo mismo que un ingeniero
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El trabajo del repartidor, en Argentina y en otros países del mundo, suele ser poco reconocido, social y económicamente hablando. Sin embargo, en otros países, los "deliveries" suelen cobrar mejores sueldos y gozan de mejores condiciones laborales.
Tal es el caso del periodista cordobés, Federico Piccioni Aimar, que comenzó su aventura por Europa en Países Bajos, donde decidió iniciar con esta actividad para ganar dinero y poder mantenerse.
Argentino es repartidor en Países Bajos: gana como un ingeniero
"Cuando decidí cruzar el charco, no sabía lo que me esperaba. Me fui a otro continente para enfrentar la vida y ver qué salía, sin conocer a nadie", reconoce en una publicación de Instagram.
Y agrega: "Más de un año después, quiero ofrecer esta opción a quienes están pensando en dar el salto. Si hubiese sabido antes de este trabajo, me habría ahorrado dolores de cabeza".
En un breve reel, el comunicador, corresponsal de guerra y escritor reveló cuánto gana como repartidor en Rotterdam. Al respecto, señaló: "Hace cuatro meses que soy repartidor en Holanda y quiero recomendar este trabajo, sobre todo, a quienes recién llegan a Europa y necesitan generar dinero rápido".
Sobre las ventajas de este empleo, Piccioni enumeró: "Primero, empezás casi de inmediato, una semana después de aplicar, y cobrás tu primer salario la semana siguiente. Las tareas son simples, entregás paquetes en Rotterdam, una ciudad cuya infraestructura es ideal para andar en bici. Uso una bici eléctrica, que podés alquilar al instante. Además, los horarios son flexibles y podés elegir qué días trabajar".
Y, luego de comentar que la principal desventaja es el clima, el periodista reveló que "por 48 horas de trabajo", cobró 725 euros. Y, al mes, se pueden juntar unos 3.200 euros (unos cuatro millones de pesos). "Obviamente, todo en blanco", concluyó.
Acompañandos la publicación, el joven argentino destacó: "Quiero que algo quede claro: no busco romantizar el reparto. No es fácil y no es para cualquiera. Nadie sueña con ser repartidor: no tiene glamour, es menospreciado, y la campera naranja que te dan es un repelente natural de mujeres. Además, requiere esfuerzo físico y resistencia. No cualquiera se levanta todos los días, se sube a una bicicleta y recorre kilómetros bajo la lluvia. Puede resultar agotador y solitario, (aunque, debo decir, perfecto para escuchar podcasts".