Día del Empleado de Comercio: cuándo vuelven a abrir los shoppings y supermercados

El Día del Empleado de Comercio se celebró el pasado 26 de septiembre en Argentina, una jornada establecida por la ley 26.541 como día no laborable para todos los trabajadores del sector. Anque en esta ocasión las partes signatarias del CCT 130/75 acordaron su traslado a este lunes 30 de septiembre, por lo que no abren shoppings, supermercados y otros locales cuyos empleados estén encuadrados en ese convenio.

El asueto comieza a las 00 horas de este lunes y culmina a las 23.59 horas del mismo día. Desde el primer minuto del martes 1° de octubre reabrirán los supermercados que atienden todo el día.

De todas maneras, la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) destacó que este festejo en nada afecta la apertura de los establecimientos cuando estos sean atendidos por sus dueños o con empleados que acepten trabajar durante esa jornada.

La ley, sancionada en 2009, tiene como objetivo principal reconocer los derechos laborales de los empleados de comercio, quienes ese día tendrán derecho a no asistir a sus puestos de trabajo sin riesgo de sanciones.

La conmemoración, que se repite cada año, busca resaltar la importancia de los derechos adquiridos por los trabajadores del sector comercial y su impacto en la economía.

En esta fecha, la actividad en muchos de los comercios y negocios del país se verá interrumpida, afectando principalmente a aquellos que requieren mano de obra en la atención al público.

Día del Empleado de Comercio: qué establecimientos cierran el lunes 30 de septiembre

Durante el Día del Empleado de Comercio, se espera que gran parte de los comercios a lo largo de todo el territorio argentino permanezcan cerrados. Esto incluye supermercados, shoppings, centros comerciales, tiendas de ropa, calzado, electrodomésticos y otros comercios minoristas.

Entre los más afectados también se encuentran kioscos, librerías, almacenes, carnicerías y verdulerías. En muchos casos, el cierre será total durante la jornada, ya que estos negocios suelen depender del trabajo de sus empleados, quienes gozan de su día de descanso obligatorio.

No obstante, algunos negocios, particularmente aquellos de carácter familiar, podrían abrir sus puertas con personal reducido o incluso atender a clientes de forma excepcional, siempre y cuando sean los dueños quienes se hagan cargo de la operación.

Esta situación, sin embargo, dependerá de cada comercio y la disponibilidad de sus empleados. Cabe destacar que la ley no obliga al cierre de los establecimientos, pero sí otorga a los trabajadores el derecho a no asistir a trabajar.

Derechos y obligaciones de los Empleados de Comercio

El Día del Empleado de Comercio, según lo dispuesto por la ley 26.541, otorga a los trabajadores del sector un descanso obligatorio similar al de los feriados nacionales. Esto implica que no están obligados a trabajar durante la jornada, y en caso de hacerlo, tienen derecho a recibir una compensación especial.

Uno de los principales beneficios que establece la normativa es el pago doble para aquellos empleados que, por decisión propia o requerimiento de su empleador, decidan asistir a sus puestos de trabajo ese día. Este doble salario compensa el hecho de que el trabajador renuncia a su derecho de descanso en una jornada legalmente reconocida. De esta forma, el empleador que decida mantener abierto su negocio y requiera de personal deberá abonar el doble de la jornada habitual a los empleados que accedan a trabajar.

Además, la normativa asegura que los empleados que decidan no asistir al trabajo no pueden recibir sanciones ni descuentos en su salario. Es importante señalar que este beneficio se aplica exclusivamente a quienes se desempeñan dentro del sector comercial, lo que incluye a empleados de tiendas, supermercados, centros comerciales, entre otros establecimientos relacionados con la actividad de venta minorista y mayorista.

Breve historia del Día del Empleado de Comercio

El origen del Día del Empleado de Comercio en Argentina tiene sus raíces en la ley 11.729, sancionada en 1934, que introdujo reformas fundamentales en el Código de Comercio. Esta legislación fue un punto de inflexión en los derechos laborales del sector, ya que incorporó importantes beneficios, como la estabilidad laboral, el derecho a las vacaciones pagas y la indemnización por despido. Estas reformas sentaron las bases para una mayor protección de los trabajadores, que en su mayoría se encontraban en condiciones laborales precarias antes de su implementación.

La evolución de los derechos laborales en el comercio continuó con la ley 26.541, sancionada en 2009, que formalizó el 26 de septiembre como un día de descanso obligatorio para los empleados del sector. Esta fecha fue seleccionada en conmemoración de los avances logrados en las condiciones laborales de los trabajadores de comercio a lo largo de los años, y su establecimiento como feriado sectorial refuerza la importancia de estos derechos dentro del ámbito laboral argentino.

El Día del Empleado de Comercio no solo afecta a los trabajadores y empleadores del sector, sino también a la dinámica comercial en todo el país. En muchas ciudades, la jornada genera una pausa en la actividad económica, especialmente en áreas donde el comercio minorista juega un papel central. La interrupción de las operaciones comerciales, aunque temporal, puede tener un impacto en las ventas diarias, principalmente en establecimientos que dependen de un flujo constante de clientes, como los supermercados y shoppings. No obstante, este impacto suele ser compensado en los días previos o posteriores, cuando los consumidores tienden a realizar compras anticipadas o aprovechar promociones para abastecerse.

Por otro lado, la jornada también refuerza la visibilidad de los derechos laborales en la sociedad. Este día no solo conmemora los logros obtenidos por los empleados de comercio a lo largo de los años, sino que también pone de relieve la importancia de seguir luchando por mejoras en las condiciones laborales en todos los sectores. En este sentido, es una oportunidad para recordar que los avances en los derechos laborales no son un fin en sí mismo, sino parte de un proceso continuo.