El fin del mito sobre "el Roquecito": qué es la misteriosa protuberancia que se divisa en el Lago San Roque
La aparición de una misteriosa protuberancia negra flotando en el Lago San Roque, en Villa Carlos Paz, Córdoba, ha generado una mezcla de curiosidad, especulación y hasta bromas entre los cordobeses.
Desde la costanera, quienes frecuentan la zona han observado el fenómeno, que ha despertado las más variadas teorías. Algunos han llegado a fantasear con la posibilidad de un "monstruo del lago", bautizado humorísticamente como "Roquecito", al estilo del legendario Nahuelito de Bariloche, en el Nahuel Huapi.
Sin embargo, lejos de alimentar leyendas, el origen de la protuberancia es mucho más terrenal. Se trata de un segmento del caño mayor que transporta los líquidos tratados por la planta de cloacas de Costa Azul. Este conducto, diseñado para permanecer sumergido en el fondo del lago, se ha descalzado, quedando a la vista en la superficie.
El incidente ocurre en un contexto complejo: el litigio entre el municipio de Villa Carlos Paz y la Cooperativa Integral (Coopi) por la gestión del servicio de cloacas. Mientras tanto, la Provincia ha instalado aireadores en ese sector del embalse para oxigenar el agua, cerca de la desembocadura en el embudo.
Aunque el fenómeno ha desatado una ola de comentarios y especulaciones, también pone en evidencia la necesidad de un manejo más riguroso del sistema cloacal y del lago, que no solo es un emblema turístico, sino también una fuente de recursos para la región.
Historia del Lago San Roque
Ubicado en el departamento Punilla, el Dique San Roque -que forma un embalse de nombre homónimo- es una gran obra de ingeniería que ha suscitado curiosidad desde su construcción.
El propósito principal del dique era controlar las inundaciones, garantizar el suministro de agua potable a Córdoba y generar energía eléctrica. Este ambicioso proyecto, con gran repercusión global, marcó un hito en la ingeniería argentina y posicionó al país en el mapa de las grandes obras hidráulicas.
Inaugurado el 8 de septiembre de 1891, fue en su momento la represa más grande del mundo, superando incluso a la de California, Estados Unidos. Este hecho atrajo la atención internacional, destacando la visita de figuras como Alexandre Gustave Eiffel, amigo de los ingenieros Carlos Cassaffousth y Eugenio Dumesnil, quienes lideraron el proyecto.
Más allá de su valor técnico, el dique también ha despertado un sinfín de especulaciones entre los vecinos a lo largo del tiempo. Su historia y el impacto en el paisaje cordobés han dado pie a leyendas, curiosidades y teorías que perduran hasta hoy, manteniendo vivo el interés de locales y turistas por esta emblemática represa.