Defensa frenó instalación de radar que se sospecha británico en Tierra del Fuego
El ministerio de defensa frenó la instalación en Tierra del Fuego de un radar que, operado por una empresa que se define estadounidense, tendría como función monitorear el movimiento de basura espacial. Actores críticos a ese emplazamiento sostienen que, más allá de la función informada, dicha tecnología también podría tener uso militar en una eventual situación de conflicto armado en la región.
La decisión quedó ayer sin efecto a instancias de la recomendación del ministro Jorge Taiana. Uno de los puntos que se cuestionaban era que las empresas que conforman Leolabs, la firma encargada del proyecto, tienen sede en el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda. El miércoles último, en el Boletín Oficial, Mariano Lombardi, titular de la Subsecretaría de Telecomunicaciones y Conectividad dependiente de la Jefatura de Gabinete de Ministros dio a conocer la suspensión del permiso otorgado a LeoLabs. Las autorizaciones y los permisos de uso de frecuencias del espectro radioeléctrico se otorgan con carácter precario por lo que la autoridad de aplicación podrá sustituirlos, modificarlos o cancelarlos, total o parcialmente sin que ello de lugar a derecho de indemnización alguna a favor del autorizado, establece la normativa.
El 14 de marzo pasado un tuit del embajador Jorge Arguello dio punta pie inicial a una iniciativa estadounidense de instalar radares en Tierra del Fuego. La decisión quedó ayer sin efecto a instancias de la recomendación del ministro de Defensa, Jorge Taiana.
"Durante el Argentina National Space Day en nuestra Embajada, Daniel Ceperley, CEO de LeoLabs anunció su inversión en Tierra del Fuego en radares destinados a monitorear la actividad satelital" difundió Argüello aquel día. El embajador de Argentina en Estados afirmó: "nuestro sector espacial está muy valorado y la interacción de los expertos de LeoLabs con nuestros ingenieros ha sido enriquecedora y fructífera".
El acuerdo rubricado con LeoLabs establece que el radar funcionará muy cerca de la localidad de Tolhuin, distante poco más de 5 kilómetros de la ciudad de Río Grande. Pero lo particular es que la compañía en cuestión, según medios fueguinos, se presenta en Argentina como una sociedad presuntamente integrada por dos socios con base en Irlanda e Inglaterra.
Otros reportes locales exponen, también, que la tecnología que se montará en el extremo sur de la Patagonia también podría utilizarse para detectar el movimiento de satélites o seguir la trayectoria de misiles, además de permitir el monitoreo de toda la actividad aérea en la zona.
¿Radar británico en el Sur?: la respuesta fueguina
La controversia es tal que a fines de la semana pasada Andrés Dachary, secretario de Malvinas, Antártida, Islas del Atlántico Sur y Asuntos Internacionales en el gobierno de la provincia de Tierra del Fuego, se refirió al tema en declaraciones radiales.
En primer término, el funcionario remarcó que el proyecto "nada tiene que ver con funciones militares", para enseguida destacar que fue presentado como una iniciativa "dentro del ámbito de la Estación Astronómica de Rio Grande, que es un organismo dependiente de la Universidad Nacional de La Plata".
"Tengo entendido que ya está en la última etapa, a muy pocos kilómetros de Tolhuin que es donde estaría emplazada. Todo lo que tiene que ver con el proyecto es permanentemente monitoreado por la Estación Astronómica y depende de un proyecto previo, es decir, no es la única antena que hay en la provincia", afirmó Dachary.
Respecto de por qué el interés de LeoLabs por posicionarse en esa área de la Patagonia, el funcionario reconoció: "Tiene que ver con los satélites de órbita polar, es decir los que giran alrededor de la Tierra, pero atravesando los dos polos. Obviamente, la posición privilegiada es nuestra provincia. Puntualmente, Río Grande y Tolhuin hacen que sea una zona de confluencia y por eso el emplazamiento físico".
Al margen de los dichos de Dachary, lo cierto es que el renovado interés de empresas trasnacionales por radicarse en determinados puntos de la provincia más austral de la Argentina reaviva las suspicacias respecto de las apetencias de los países centrales por ubicarse muy cerca de la Antártida.