Como el dólar soja: las bodegas ahora reclaman un "dólar malbec"
Envalentonados por el anuncio del Gobierno de la puesta en marcha de un dólar especial para los productores de soja, los bodegueros también salieron a reclamar un régimen especial para la liquidación de las exportaciones de vinos.
Lo hicieron el mismo día del debut del llamado Programa de Incremento Exportador, mediante el cual se aplica un tipo de cambio de $200 por dólar para las exportaciones de soja con el objetivo de acumular divisas y reforzar las reservas del Banco Central, y que fue legalizado a través de Decreto 576/2022 publicado este lunes 5 de septiembre en el Boletín Oficial.
En el mismo sentido y ante lo que consideran una caída de las exportaciones de vino, las mayores bodegas locales salieron a reclamar que se eliminen totalmente las retenciones y otras políticas estructurales con el objetivo de apuntalar una mayor inserción internacional de la industria vitivinícola local.
La finalidad sería la de liberar recursos de las bodegas para reinvertir en el negocio y sostener así, la demanda en el exterior en tiempos sumamente complejos además de flexibilizar las medidas de acceso al Mercado Único y Libre de Cambios (MULC) para cumplir con los compromisos con los clientes y proveedores del exterior.
El reclamo es impulsad por Bodegas de Argentina, la cámara que agrupa a la mayoría de los referentes de la industria del vino del país, mediante un pedido específico a las autoridades del Ministerio de Economía para que se deje de lado la alícuota de 4,5% de derechos que actualmente grava la venta al exterior de vino.
Entienden que el pago de este impuesto que fue establecido en el 2018 en un escenario de crisis como el actual le quita fondos para poder incrementar las inversiones.
Como el dólar soja: las bodegas ahora reclaman un "dólar malbec"
Las bodegas sostienen que la ausencia de estas retenciones sería un dato positivo para poder sostener a un sector que se encuentra en un período de fuerte contracción también en el mercado interno como consecuencia de motivos vinculados al menor consumo y también a situaciones externas como la falta de botellas, la crisis del sector logístico, entre otros.
No se trata de un pedido más si se tiene en cuenta que Bodegas de Argentina agrupa a más de 250 bodegas socias de todas las zonas vitivinícolas del país, nacionales y extranjeras, que representan el 70% del mercado interno y el 90% de las exportaciones de vinos fraccionados de Argentina.
Según datos de la entidad empresaria, el vino argentino paga aranceles para ingresar a distintos mercados en todo el mundo que se suman a las retenciones que le cobra el Estado argentino y que, en total, le cuestan a la industria más de u$s40 millones al año.
En la actualidad, el arancel promedio para el vino "made in Argentina" es de 5% cuando se evalúan los principales mercados de destino como Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, México, Unión Europea, China, entre otros.
Del mismo modo, se recuerda que las exportaciones de vino fraccionado no logran desde el 2010 superar sostenidamente los 200-220 millones de litros / año y los u$s800 millones por año en valor, cifras consideradas exiguas para un país que se ubica quinto entre los productores mundiales y entre los 10 primeros exportadores.
Apoyar la promoción
Por eso, las bodegas advierten que la cuenta neta de retenciones, reintegros a la exportación y aranceles de ingreso a los mercados resulta negativa para toda la industria vitivinícola doméstica.
En este sentido, Bodegas de Argentina también solicita apoyo para la promoción internacional y que se implementen políticas para reducir o eliminar los aranceles que pagan las bodegas nacionales para ingresar sus vinos en los principales mercados internacionales.
El reclamo se basa en el escenario que viene enfrentando el sector durante lo que va del año, con exportaciones de vino en botella que han tenido una caída de 7,3% en términos de volumen en comparación con el mismo período de 2021, mientras que si se suman los vinos en granel la pérdida es del 20%.
Bodegas de Argentina hace referencia a estadísticas del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), que muestran que las ventas al exterior de vino embotellado entre enero y julio pasado alcanzaron 116 millones de litros contra los 126 millones de litros en 2021.
El organismo también señala que si se suman las exportaciones a granel el total en ese período de 2022 es de 160 millones de litros versus los 201 millones de litros del 2021.
"En términos de valor, entre enero y julio de 2021 fue de u$s514 millones -graneles y embotellados- contra u$s482 millones en el mismo período de 2022", advierte la cámara empresaria en un informe elaborado para fundamentar el pedido al Gobierno de suspender los derechos de exportación con la finalidad de liberar recursos de las bodegas para reinvertir en el negocio, y mantener la demanda en el exterior en mercados sumamente competitivos.
Patricia Ortiz, presidente de Bodegas de Argentina, califica de "desacertadas" a las retenciones y advierte que si bien Argentina es el quinto productor mundial de vino, con mucho esfuerzo logra estar entre los 10 exportadores mundiales.
Las últimas cosechas fueron malas en volúmen
"Las bodegas elaboran y venden un producto industrial con base agraria con alto valor agregado y marca en góndola", agrega la empresaria, quien reclama en este sentido la creación de otra variante de dólar que el sector bautizó como "dólar malbec".
Al respecto, Francisco do Pico, vicepresidente de Bodegas de Argentina, agrega que "hace casi dos años que el tipo de cambio corre detrás de la inflación de costos que tenemos, lo cual reduce nuestros márgenes de exportación, teniendo en cuenta además que en los últimos 12 meses esto ha causado pérdidas de 20 puntos porcentuales en la rentabilidad de un vino de exportación promedio que se consigue en u$s10 dólares en una góndola en el exterior".
Para el ejecutivo, con el precio del vino, de las botellas y de las cajas subiendo entre 80 y 100% en un año, sumado al comportamiento del tipo de cambio, "es lógico que veamos estos números en la exportación".
El sector también recuerda que las últimas cosechas fueron malas en términos de volumen lo cual disparó los precios de la materia prima por encima de la inflación general.
A esto se le suma la falta de botellas por el incendio en una de las cristalerías que opera en el país que disparó también el precio de ese insumo, en lo que Do Pico considera como "una tormenta perfecta".
Para Ortiz, el vino argentino es un producto de consumo masivo al que no se le pueden trasladar los aumentos de los costos a los precios que se comercializan en el exterior ya que los mercados dejarían de comprar al quedar desfasados en comparación con los de proveedores de otros países.
"Si bien hoy vemos que la inflación es un fenómeno global, lejos estamos de poder aumentar precios por encima de la que existe en Europa o Estados Unidos", agregó la titular de Bodegas de Argentina, quien además critica la falta de acuerdos de libre comercio por ser otro de los obstáculos para la mejora de las exportaciones.
Asimismo, la falta de inversión en la promoción del vino argentino y en la marca país en el mundo, dificultan la demanda del exterior.
Bodegas de Argentina denuncia que hace décadas que el Estado no encara una campaña de marketing sostenible de la Argentina en el exterior lo cual, según sus ejecutivos, explica también por qué es el país vitivinícola líder que menos exporta en proporción a su producción con un 25% cuando por ejemplo en Chile esa cifra llega al 90%.