Precio de la ropa aumenta más que la inflación: las 5 razones, según los textiles
La última medición del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) correspondiente a la inflación de noviembre pasado mostró que el rubro de prendas de vestir y calzado subió sus precios en un 62,8% en promedio en los últimos 12, posicionándose en segundo lugar, por detrás de restaurantes y hoteles, con el 63,4%.
Los datos generaron polémica con relación a la falta de cepos oficiales en la industria textil, teniendo en cuenta ese constante aumento de valores que, en algunos casos, se ubica por encima de otros sectores de la producción como alimentos que vienen siendo regulados de manera estricta por la Secretaría de Comercio Interior.
El organismo que dirige Roberto Feletti tiene pisados más de 1.400 productos a través de programas de congelamiento que paradójicamente no se replican con la indumentaria, a pesar de ser el segundo rubro en crecimiento de sus precios todos los meses.
A partir de este escenario, los textiles salieron a rechazar las comparaciones y a explicar las razones por las cuales la ropa aumenta más que la inflación.
Lo hicieron a través de un informe elaborado por "Fundación Pro Tejer", una organización integrada por las empresas de la cadena de valor agro-industrial textil y de confecciones de Argentina.
En el documento se sostiene que los precios de prendas de vestir se ubicaron por debajo del IPC desde -al menos- diciembre del 2016 hasta marzo del 2021 y que a partir de abril (con excepción de julio), comenzaron a subir por encima del promedio de la economía.
Las razones de este cambio serían:
- el aumento del valor de las materias primas a nivel mundial
- la suba del costo de los fletes internacionales
- el alza del tipo de cambio
- y cuellos de botella estructurales
"Sabemos que la población se enfrenta a una constante pérdida de poder adquisitivo fruto de un contexto de fuerte inercia inflacionaria, aumentos de costos de producción y puja distributiva", destacan los empresarios de este sector en el trabajo desde el cual aseguran también "estar comprometemos día a día por el desarrollo del sector y de la industria nacional y ser conscientes de que esta problemática puede perturbar el camino ya iniciado hacia el crecimiento sostenido, con transformación tecnológica y generación de empleo de calidad en todo el país".
Por eso, en el informe presentan los factores que, según Pro Tejer, explican el aumento de los precios de indumentaria como:
1) Fuerte e incesante incremento de precios de las materias primas a nivel mundial.
Se trata de insumos ampliamente difundidos en la cadena de valor, cuyos precios están dolarizados debido a que son commodities y muchos de ellos son, además, importados.
La explicación del fenómeno radica en la demora en la recomposición de la actividad de los países productores luego de la contracción provocada por la pandemia. A esto se le suma un incremento de la energía eléctrica y del gas a nivel mundial que impacta en los costos de producción de estas materias primas, principalmente las manufacturadas. La recuperación es aún parcial y, si bien la demanda viene creciendo a ritmos alentadores, persiste una oferta limitada de estos insumos y a mayores costos.
A modo de ejemplos, el documento asegura que el precio en dólares de la fibra de algodón se ha incrementado un 59% en su comparación interanual. La fibra de poliéster lo ha hecho un 26%; el rayón viscosa un 24%, el spandex (materia prima del hilado de lycra) un 84% y el acrílico un 70%.
2) El costo del flete viene aumentando notablemente desde mediados de 2020, acelerando su valor durante 2021.
En el trabajo se asegura que, según el Baltic Exchange Dry Index2, que indica el precio de fletes marítimos a granel, el incremento fue superior al 170% en dólares a lo largo del año y registró su pico máximo en octubre pasado.
Otro indicador relevante es el Word Container Index de Drewly3 que muestra que el precio de los contenedores se incrementó casi 200% al comparar el valor actual con el mismo período del año anterior y más de un 400% si comparamos con los niveles prepandemia.
A su vez, fuentes del mercado indicaron que un contenedor que prepandemia costaba u$s2.000 hoy podría llegar a u$s12.000.
3) El aumento del tipo de cambio también tuvo un efecto significativo en los costos de producción.
En rigor, el peso argentino se devaluó un 25% en términos interanuales en noviembre. De esta forma, y solo para citar un ejemplo, entre el aumento de la materia prima y el de los fletes internacionales se estima que el precio de importar POY en el país (insumo necesario para la fabricación de hilado de poliéster de uso textil) ha crecido 75% en dólares y, sumada la devaluación el incremento en pesos asciende a casi 120%.
En cifras, el informe de Pro Tejer estima que en diciembre del 2020 importar una tonelada de POY costaba $84.000 pesos y hoy cuesta $184.000.
4) Los cuellos de botella estructurales -y agravados en los últimos tiempos- que enfrenta la confección.
Para Pro Tejer, existe una fuerte dificultad para encontrar talleres donde confeccionar sus prendas, hecho que explica la debilidad relativa que tiene la confección dentro del sector en términos de formalización y productividad.
"Frente a la crisis económica de los últimos cinco años, la problemática se ha profundizado y muchos talleres no han logrado sobrevivir", asegura el informe que además admite que la confección presenta altos niveles de informalidad y se encuentra, en su mayoría, por fuera del paraguas del Estado.
"Por eso, no ha sido destinataria de las políticas económicas de contención otorgadas por el Gobierno durante la pandemia ni tampoco se ha podido constituir como beneficiario de los programas de promoción industrial o de financiamiento en condiciones favorables", advierte el documento.
Esto genera aún más limitaciones para su reconstrucción y pone de relieve la importancia de pensar políticas sectoriales específicas que contribuyan a mejorar su desempeño.
5) Retraso de la recuperación del consumo interno por la pérdida de poder adquisitivo de la población.
Como efecto, las unidades vendidas de prendas de vestir aún se sitúan muy por debajo de los niveles del 2019 cuando ya estaban retrasados en términos reales.
Según el informe, al comparar enero-septiembre del 2021 con el mismo período del 2019, las ventas de prendas de vestir, calzado y textiles de hogar en supermercados cayeron un 23% en términos reales mientras que en los shoppings se ubican un 43% por debajo.
"Frente a un mercado más chico, el costo unitario por producto aumentó debido a que los costos fijos deben prorratearse entre menos unidades", señala el informe a modo de justificación de los aumentos.
Ropa barata
Pero más allá de los argumentos utilizados para explicar los altos precios del sector, el documento de Pro Tejer asegura que el mercado es abastecido con ropa barata, media y cara.
"En general, muchos observan el precio de la ropa de marcas premium dejando de lado que estas venden artículos que son comercializados en canales que suman una serie de costos no-industriales", detalla el trabajo.
Para ilustrar señala que en una prenda de marca Premium vendida en shopping, el costo de fabricación industrial representa tan solo el 8,5% del precio en mostrador. El alquiler, las plataformas online, los costos financieros, de marketing y publicidad generan un gran efecto multiplicador entre la puerta de fábrica y la "vidriera".
El documento también destaca el crecimiento que ha tenido la zona de la calle Avellaneda en Flores y similares, de los outlets y de showrooms y emprendimientos cuyo fuerte es la venta online.
Estos nuevos mercados y modalidades de compra se han constituido como una alternativa para la clase media. Con menores costos de alquiler, financieros, de publicidad y marketing, los precios que resultan más atractivos que los que encuentran en los principales shoppings.
"Es por esto que no podemos confundir la dinámica de precios de una prenda de marca premium con el resto del mercado de indumentaria que cada vez está más diversificado con la aparición de nuevos actores y canales de venta", reclama Pro Tejer desde su informe desde el cual también se preguntan cuánto sale realmente una prenda de marca.
La respuesta se elabora recordando los factores que inciden a la hora de pagar y generan distorsiones en el valor final de una prenda como los canjes de puntos; grandes descuentos con diversas tarjetas; cuotas; ofertas de 2x1; liquidaciones a semanas de arrancar la nueva temporada.
También se pregunta el trabajo si un jean de marca –por ejemplo- es caro en relación con el mundo, con un precio de lista (sin promociones) cercan a los $9.900 que a dólar solidario serían u$s56 mientras que en Estados Unidos sale u$s70.
Para Pro Tejer la pregunta entonces sereía si los precios en Argentina son caros o si los ingresos de la población son bajos.
"En efecto, el salario real de los trabajadores con empleo registrado todavía se encuentra un 13% por debajo de diciembre del 2016 y el haber mínimo jubilatorio un 16%. Asimismo, los ingresos de los trabajadores informales son los que más se vieron perjudicados por la inflación", argumenta la fundación.
También responsabiliza de la actual situación de crisis por la que atraviesa el sector al gobierno anterior de Cambiemos y a la pandemia del Covid-19.
"Las políticas implementadas por el macrismo y la parálisis de la actividad que ha generado la pandemia debilitaron el poder adquisitivo de la población lo que derivó en una caída de las ventas de indumentaria fenomenal. Esto redundó en que las firmas debieron producir, en muchos casos, a pérdida y en la consecuente quiebra de miles de PyMEs industriales", se acusa.
Sin embargo, agrega que tras cinco años de crisis y fragilidad financiera, y frente a un mejor contexto macroeconómico y mejores expectativas frente al futuro, las empresas comenzaron a repuntar y recompusieron el margen de rentabilidad anterior que ahora se encuentran en rangos normales compatible con las inversiones que se requieren para atender las nuevas exigencias del mercado y continuar sustituyendo importaciones.
"Estamos convencidos de que debemos trabajar incansablemente por alcanzar consensos que nos permitan sostener en el tiempo una Política de Estado integral que busque desarrollar la industria nacional y, en particular, la cadena de valor agroindustrial textil e indumentaria. Nuestra respuesta es y será con hechos: más inversiones, más productividad y creación de más y mejor empleo a lo largo y ancho país", concluye el documento de Pro Tejer.