Parecen saludables pero no lo son: qué alimentos deberías evitar en el desayuno
La correcta alimentación es un factor de gran importancia para mantener en regla nuestra salud. Las personas suelen empezar el día con una clásica taza de café, algunas galletas o incluso unas tostadas con fiambre y verduras. A pesar de que se recomienda que el desayuno cuente con una porción importante de alimentos, productos como esos no son tan aconsejables como parece.
Hábitos que se desaconsejan para el desayuno
Los productos más consumidos suelen ser aquellos con una gran carga de azúcares y carbohidratos, lo que podría provocar un daño progresivo hacia el propio bienestar y el peso.
Otro extremo del problema alimenticio se da en aquellas personas que optan por no desayunar, ya que expertos en nutrición señalan que saltearse esta comida puede favorecer el desarrollo de la obesidad.
Las fuentes de nutrición más recomendables con los que contengan fibra, carbohidratos, vitaminas y minerales, aunque lo más común es que las personas ingieran diversos tipos de azúcares.
6 alimentos cuyo consumo hay que reducir en nuestra dieta
Para mejorar tu desayuno, te presentamos los 6 alimentos que deberías evitar consumir por la mañana y que la gente ve como saludables.
1. Cereales
Para los más chicos o para los que desayunan apurados, los cereales suelen ser una de las primeras elecciones. El problema con este alimento es que sus variantes comerciales cuentan con excesivos niveles de azúcar y otros elementos procesados que perjudican al organismo.
Estas características son las que producen la sensación de saciedad efímera, ya que desaparece muy rápido. Eso quiere decir que el hambre vuelve a tocar la puerta al poco tiempo y se altera la dieta por la posibilidad de seguir consumiendo cosas para satisfacerlo.
Para los cereales en tu rutina, intentá consumir los que tienen altos niveles de fibra, nutriente que colabora con el proceso de digestión.
2. Barritas energéticas o de cereal
Las barritas energéticas son promocionadas como un pequeño snack que te saca el hambre con un par de mordidas. El conflicto con estas es que pocos saben que contienen altos niveles de químicos, conservantes y mucho azúcar. Esos elementos hacen que la energía sea igual de efímera que la que se consume con los cereales comerciales.
3. Licuados
Muchas personas compran licuados a base de agua o leche para sus desayunos ya que aportan mucha energía y dan sensación de saciedad. El problema es que en las variantes comerciales de los licuados hay un producto que está muy presente y no es saludable: el azúcar. Si bien las frutas tienen una gran cantidad de azúcar en su composición, es diferente cuando se preparan licuados en casa y se hacen a base de frutas, sin agregados de otro tipo.
En lugar de un licuado, una persona podría reemplazarlo por un plato de fruta de temporada o, a lo sumo, prepararlo en casa para priorizar los ingredientes naturales y regular la cantidad de azúcar que se le agrega.
4. Harinas
La harina suele ser la protagonista de muchos desayunos. A través de las tostadas, los waffles o las galletitas, casi siempre están presentes. El problema es que consumida en grandes cantidades, se ingiere mucha azúcar y carbohidratos.
Además, se suele acompañar a los productos a base de harina con otros que también problematizan el consumo energético: como dulce de leche, mermeladas, miel o manteca.
Lo recomendable con las harinas es consumir la menor cantidad posible para así evitar las azúcares y reemplazarlos por alimentos naturales.
5. Yogurt
Firme o bebible, el yogurt suele combinarse con cereales o tomarse en reemplazo de la leche. Lo que los hace menos sanos es el hecho que tienen conservantes y colorantes.
Es por eso que la opción de yogurt natural es la más preferible, y si es griego bajo en grasa mucho mejor.
6. Sándwiches
Los sándwiches son una comida muy popular para el desayuno. Para comer de camino al trabajo o a la universidad, muchas personas se preparan un simple sandwich de pan blanco con fiambre, como puede ser de jamón y queso.
Sin embargo, el pan blanco es un alimento que tiene muchos carbohidratos. Ese problema podría disminuirse al intercambiarlo por pan integral o rico en fibra; y también cambiar el jamón o el embutido utilizado por verduras.