• 22/12/2024

¿La culpa es de "Jumbo bot"?: Caputo afirma que la carne baja, pero el IPC lo contradice

A la inversa de lo que dice el ministro, el IPC de la Ciudad muestra que la carne en marzo costó casi un 20% más que en enero. ¿Viene cambio de tendencia?
09/04/2024 - 19:21hs
¿La culpa es de "Jumbo bot"?: Caputo afirma que la carne baja, pero el IPC lo contradice

"Los precios de la carne está volviendo a niveles de diciembre y enero", sostuvo Luis Toto Caputo al comunicar su optimismo por una baja fuerte de la inflación, en una afirmación que ahora deja la duda sobre si estuvo basada en una estadística oficial o en la información fake del falso bot de Jumbo.

Como siempre, el precio de la carne resulta un tema altamente sensible: desde el punto de vista estadístico, porque tiene una ponderación alta en la canasta, y entonces sus variaciones influyen sobre el índice general; pero, sobre todo, desde el punto de vista político y social, por el lugar destacado que el consumo de carne ocupa en la identidad nacional.

No por casualidad, el leit motiv de la campaña electoral de Alberto Fernández en 2029 había sido la recuperación de la posibilidad de comer asado. Y, en un clásico efecto boomerang, ese mismo tema resultó una de las principales críticas de la oposición cuando se constató que el consumo no sólo no había subido sino que se había deteriorado.

Ahora, lo cierto es que, si bien hay carnicerías que están haciendo promociones ante la caída del consumo, la lista de precios no confirma los dichos del ministro. Más bien al contrario, se sigue observando un aumento en los precios.

El IPC de la Ciudad de Buenos Aires que se conoció este martes es elocuente al respecto. Cuando se observan los precios promedio medidos para el mes de marzo y se hace la comparación con los que estaban vigentes en enero: los aumentos acumulados en dos meses superan el 20%.

Este es el listado de aumentos marzo/enero que surge según los precios de cinco cortes que mide la Dirección de Estadística del gobierno porteño:

  • Asado 14%
  • Carne picada 20%
  • Paleta 25,7%
  • Cuadrada 19,5%
  • Cuadril 17,4%
El ministro Caputo argumenta que la inflación está frenando y que el rubro carnes es uno de los que registran bajas nominales de precio
El ministro Caputo argumenta que la inflación está frenando y que el rubro carnes es uno de los que registran bajas nominales de precios

También el índice de la canasta alimenticia que releva semanalmente la consultora LCG marca que la carne continúa subiendo. Claro que lo hace a una velocidad más moderada: en la primera semana de abril, se constataba un ritmo de aumento mensual de 6,4%.

Es un avance si se tiene en cuenta que hace un mes subía a un 12%, y que en enero venía con una velocidad de 35%.

Aunque el dato más importante no es el freno propiamente dicho, sino que la inflación de la carne ahora se ubica por debajo del índice general para el rubro alimentos: un 6,4% contra un 8,5% del índice. Todo un contraste con lo que ocurrió en diciembre, cuando la carne acumuló un impactante 41,2%, superando al promedio de la canasta alimentaria, que subió en ese mes un 35,4%.

Un desplome en el consumo

En todo caso, el tema de fondo es si el valor en que se termine por equilibrar la carne será un precio que permite una recuperación del consumo. Y es ahí donde se centran las dudas.

El mes pasado, un reporte de Fundación Mediterránea había medido que, en la comparación regional, el kilo de carne vacuna en Argentina seguía siendo un 15% más barato que en Uruguay y un 22% más bajo que en Chile, aunque un 12% más caro que en Brasil. El detalle, claro, es que los salarios en Argentina habían sufrido una erosión inflacionaria que tornaba la carne más cara en relación al poder adquisitivo familiar.

Lo cierto es que se registra un verdadero desplome en el consumo de carne, que en febrero tocó un mínimo histórico, con apenas 44,6 kilos anual por persona. Es una caída fuerte respecto del nivel de hace un año, que era 49,2 kilos, una cifra también baja en términos históricos. Como referencia, en plena crisis del 2002, se consumía por encima de los 51 kilos.

Pero lo malo es que los analistas del mercado cárnico no comparten el optimismo del gobierno, que plantea la situación actual del consumo como algo pasajero. Por el contrario, un reporte de la Mediterránea, sobre estimaciones del departamento de agricultura de Estados Unidos, proyecta que este año habrá una disminución de 4,3% en el consumo de carne vacuna, que sólo será parcialmente compensado por un aumento en el consumo de carne aviar y porcina.

El negocio cárnico está cambiando su ecuación, con una mayor proporción del producto destinado a la exportación
El negocio cárnico está cambiando su ecuación, con una mayor proporción del producto destinado a la exportación

Cambia la ecuación del negocio ganadero

La combinación de un mercado doméstico en retracción y un nuevo clima político en el que el gobierno ya no reprime sino que estimula la exportación está llevando a un inexorable cambio en la ecuación del negocio ganadero. Así, mientras el año pasado la exportación significó un 25% de la producción nacional, ahora la relación está subiendo a un 32% en el arranque del 2024.

"Hay un cambio en el esquema del negocio, la exportación tiene cada vez más participación y las empresas que venden al extranjero además pueden colocar mayores volúmenes en el mercado interno", afirma Nicolás Razzetti, analista de Mercado Ganadero. "Ese mayor volumen les permite licuar costos y compensar la pérdida de competitividad que tiene el negocio que sufre el impacto del pago de 9% en concepto de derechos de exportación y un valor del dólar que se atrasa cada mes respecto de la inflación".

De todas formas, los analistas apuntan a que la exportación tendrá un límite natural impuesto por la situación del mercado global -sobre todo por la negativa de China y la Unión Europea a convalidar precios mayores-.

La contracara de esta situación de suba exportadora fue una disminución en la oferta para el mercado interno. Aun así, dada la depresión del mercado, no se produjo una suba importante de los precios para el productor. En abril, el precio del novillo en el mercado de Cañuelas fue de $1.740, lo que implica una suba de 25% respecto de diciembre. En otras palabras, la suba de precio en la hacienda fue la mitad de la inflación transcurrida en ese período.

Es por eso que en el sector cárnico se quejan de una disminución en los márgenes: ante el deterioro del poder adquisitivo, no hay posibilidad de un traslado de los mayores costos al precio de mostrador.

Sin embargo, hay señales en el sentido de que en los próximos meses esa situación podría tener un atenuante, dado que está por aparecer la hacienda que se había encerrado al inicio de la zafra y los lotes de consumo liviano que fueron a recrías cortas.

En definitiva, se trata de un aumento de la oferta con vistas a los próximos dos meses, que cumplirá el objetivo de frenar el precio cárnico y, por consiguiente, hacer de ancla para el IPC. Todavía hay margen para que, entonces, el pronóstico de Toto Caputo se transforme en una realidad comprobable en las carnicerías.