Un laboratorio en desuso y equipos prestados: así arrancaron un negocio de bebidas vegetales que hoy es furor
La historia de este emprendimiento comenzó en 2015 cuando Lucas Piacenti y Federico Angelinetti, amigos, se animaron a concretar el sueño de producir y distribuir bebidas vegetales de almendras y otros frutos secos a gran escala, algo que en aquel momento no sucedía.
"Green Food Makers surgió, empujados por la hermana de Lucas, con la idea de crear una bebida a base de almendras de verdad y no a base de pastas y aditivos, que fuera 100% saludable, y con un proceso de producción sostenible", expresaba Federico a iProfesional.
Los inicios del emprendimiento
Para entonces, en Estados Unidos y en Europa ya existía un mercado importante de este tipo de bebidas. "El proyecto comenzó en el laboratorio de mi abuelo cerrado desde el año 1999, con algunos equipos prestados y otros hechos a medida para nosotros", recuerda. "Nos instalamos en tres salitas del laboratorio: una la usábamos para administración y ventas, otra para producir y otra para stock de materia prima".
Además, sigue, "la curiosidad e inquietud nos llevó a visitar las reuniones de emprendedurismo del Gobierno de la Ciudad, donde conocimos a un distribuidor, quien luego se convertiría en nuestro tercer socio, Lionel Sauro. Él se encargó de introducirnos al mundo de las tiendas saludables y dietéticas más importantes de Buenos Aires".
Los desafíos de emprender
Para estos emprendedores, el camino no fue sencillo porque los equipos para hacer el proceso de pasteurización eran muy grandes y costosos. "Necesitábamos un equipo a medida. Uno de nuestros compañeros del club tenía una empresa de refrigeración industrial y con él pudimos hacer un pasteurizador a medida para lotes pequeños. Las primeras producciones comenzaron con pequeños lotes de 45 botellas de bebida de almendras".
En una primera etapa, pasaron meses y meses midiendo la cantidad de bacterias presentes en la leche, hasta que lograron bajarlas y extender la vida útil.
"Por querer encontrarle la vuelta y una solución a los altos costos logísticos que teníamos, pudimos también armar lo que hoy se convirtió en el principal jugador en distribución de marcas de la categoría saludable, Green & Co que es otra unidad de negocio nuestra dedicada 100% al abastecimiento de más de 200 marcas y 2.500 sku a distintos puntos de venta, sobre todo dietéticas y tiendas saludables".
Sobre los aprendizajes que hay surgido a partir del desarrollo de este proyecto, el vocero dice: "Lo que nos dio resultado desde un primer momento, fue armar un buen equipo de trabajo y reinvertir todas las ganancias. Durante los primeros tres o cuatro años no ganábamos plata, sino que invertíamos en personal, en mudanza, en maquinaria. Hoy tenemos una planta propia en San Martín, a tres cuadras de Tecnópolis, y oficinas comerciales en el barrio de Saavedra, en la ciudad de Buenos Aires".
El negocio y su proyección en una industria en auge
Green Food Makers empezó con una inversión aproximada de unos u$S20.000. El año pasado facturó $50 millones aproximadamente y para este año esperan un crecimiento del 15% respecto del año anterior sin contabilizar inflación. "Pero nuestro gran logro no es la facturación, sino haber llegado a producir 15.000 litros de bebidas vegetales al mes", destaca Angelinetti.
El crecimiento de la categoría de bebidas vegetales en particular, y del crecimiento del canal saludable en general, fue una gran ayuda para que el negocio de la empresa también creciera. "Supimos estar en el momento justo y en el lugar indicado, pero también estamos todos los días pensando en qué podemos hacer para sacar adelante un nuevo día", expresa el fundador del proyecto. "Eso nos hace estar atentos a oportunidades, a nuevos desarrollos de productos, a repensar procesos".
Y en este camino, asegura, "la clave es diferenciarnos en los ingredientes que usamos. Nuestra visión es usar la cantidad mínima de ingredientes para lograr el mejor producto. Nos diferenciamos en el tipo de packaging y en el tipo de consumidores que nos eligen: son personas que saben lo que consumen, que comprenden las etiquetas de ingredientes y las tablas nutricionales al leerlas".
Respecto del futuro del negocio, la industria alimenticia anticipa que el mercado va hacia lo saludable. Un estudio realizado por Innova Markets en 2022 refleja que más del 70% de la generación Z consume alguna alternativa plant based al menos una vez a la semana. Dentro de las alternativas posibles, las almendras y los porotos son los que obtienen una mejor aceptación por parte del consumidor.
"Las nuevas generaciones son más conscientes de lo que consumen y cada vez hay más lectores de etiquetas", analiza Federico. "La gente se fija en la cantidad de ingredientes y el tipo de alimentos que lleva a su mesa. Son personas que realmente se cuidan, que están informadas y que cuando agarran un producto de la góndola lo primero que hacen es dar vuelta el paquete", añade.
"Actualmente, estamos en la gesta de nuevos desarrollos de productos que creemos que van a tener un gran impacto y también ante la llegada a nuevos canales un poco más masivos para poder ofrecer nuestros productos en mayor cantidad de lugares", anticipa el fundador de Green Food Makers para concluir.