Los empresarios quieren que se corte el cupo mensual de u$s200 a los ahorristas y hacen "lobby" ante el Banco Central
Alberto Fernández tiene sobre su escritorio la proyección de compradores de "dólar ahorro" para este mes, que le armó Miguel Pesce: superará con holgura las cinco millones de personas. El número no sorprende pero muestra con brutalidad lo inviable de la situación. Un esquema que Martín Guzmán confirmó públicamente el fin de semana, pero sobre el que trabajan distintos funcionarios para encontrarle un "Plan B" para el caso de que la expectativa del ministro no se concrete en la realidad.
De la discusión sobre el futuro del "dólar ahorro" no son ajenos los principales empresarios del país. En los últimos días, funcionarios de Economía y también el directorio del Banco Central atendieron las quejas de los hombres y mujeres de empresas, que reclaman "hacer algo" con el cupo de u$s200. Desde la suspensión temporal al bloqueo total.
Representantes de la Unión Industrial y las principales cámaras industriales, como Copal (alimenticias) o de Adimra (metalúrgicos), reclamaron en las últimas jornadas "dejar los dólares de las reservas para el aparato productivo".
El reclamo va en línea con lo que piensa Alberto Fernández y la mayoría del equipo económico. "Usemos los dólares para no tener problemas en la importación de insumos necesarios para las fábricas", piden los ejecutivos, los máximos exponentes de las industrias argentinas.
Al reclamo se suman las principales cámaras que agrupan a las pymes industriales. "Si quieren que la actividad económica levante lo más rápido posible, corten el cupo. No va más. Es inviable", le pidió el dueño de una empresa siderúrgica a Pesce.
Por ahora, los industriales no quieren salir a hacer su reclamo en público. Les ganó de mano el banquero Jorge Brito: "Hay que cerrar el dólar ahorro, hay que cortar los subsidios al dólar", reclamó en una entrevista con el diario El Cronista.
Los ejecutivos saben que si la economía recupera los niveles prepandemia y se encamina a una reactivación, como la que busca el propio Gobierno, podrían faltar divisas para abastecer ese crecimiento. En los "zoom" con funcionarios, los empresarios recuerdan la historia de la argentina de años anteriores, adoleciendo de la misma traba.
En distintos despachos oficiales siguen trabajando en diversos "Plan B" por si el "Plan A" de Guzmán termina en un fracaso. En las últimas horas, quedó en claro que el resto del equipo económico se encolumnó detrás de la estrategia del ministro. Como ya publicó iProfesional, la idea es esperar que la brecha entre la cotización del dólar "oficial" y la del "contado con liqui" se estreche en las próximas cuatro a seis semanas.
Pero claro, eso no significa que, en sigilo, no haya funcionarios trabajando en cambios, que vayan en línea con los reclamos del establishment.
Algunos de esos cambios incluyen: el pedido de autorización a la AFIP para comprar dólares al tipo de cambio oficial, tal como sucedió durante el segundo gobierno de Cristina Kirchner.
Las medidas sobre la mesa
En el Gobierno detectaron que de las casi cuatro millones de personas, alrededor de 1,2 millón no tienen ingresos justificables para comprar dólares. Se trata de ahorristas prácticamente sin ingresos en "blanco", y sólo utilizan las cuentas bancarias para cargarles $20.000 pesos mensuales para comprar los u$s200 del cupo.
Incluso hay hogares en los cuales ninguno de los dos miembros adultos de la familia tiene ingresos suficientes para ahorrar, y sin embargo compran u$s400 mensuales, que luego extraen de las cuentas.
Otra alternativa bajo análisis obligaría a los compradores de "dólar ahorro" a dejar los billetes en un "parking" en su cuenta bancaria, por lo menos tres meses, con el objetivo de que no haya una caída de las Reservas.
Una opción que quedó fuera de consideración incluía la chance de pagar sólo $78 a los ahorristas que dejaran los dólares en sus cuentas durante un año. Es decir, la AFIP no les cobraría el impuesto PAIS.
Ganó la postura de los funcionarios que no quieren dejar de recaudar por ese gravamen a quienes compren divisas. El PAIS se ha convertido en el impuesto estrella durante la cuarentena. En agosto recaudó $21.888 millones y ya acumula la friolera de $89.611 millones en el año.
Como pidió Guzmán, los funcionarios que venían reclamando cambios en la modalidad del dólar "ahorro", como Pesce o la vicejefa de Gabinete, Celicia Todesca, han cerrado filas con Guzmán para llevar "tranquilidad" a la economía.
"¿Qué nos dirían si tomamos medidas? Cualquier cosa: que vamos a un corralito, o que no tenemos dólares para devolverles a los ahorristas. Tenemos que evitarlo", admite, en diálogo con iProfesional, uno de los funcionarios que venía con la idea de más restricciones.
"Cortar el dólar ahorro provocaría una corrida bancaria", advierte por su parte Emmanuel Álvarez Agis. El economista afín al Gobierno -exviceministro de Economía en la gestión de Cristina Kirchner- sostiene que el Gobierno debería "tener paciencia" ya que -confía- las cotizaciones de los denominados "dólares alternativos" deberían bajar en las próximas semanas, con lo cual se achicaría la brecha con el "dólar oficial".
Si se achica la brecha, efectivamente, se atenuarían considerablemente los incentivos de millones de argentinos que, todos los meses, les sacan las reservas al Banco Central para aprovechar la rentabilidad rápida que les permite la brecha cambiaria. A eso está jugado el Gobierno.
Según Álvarez Agis, si el Banco Central limita o elimina el denominado "dólar ahorro" daría una señal de desconfianza a los ahorristas, que depararía en una corrida bancaria, similar a la que ocurrió a mediados del año pasado y que provocó una masiva salida de depósitos en dólares.
Se achica el margen de maniobra
De acuerdo a las expectativas oficiales, más de cinco millones de personas terminarán comprando dólares este mes. Obligarán al Banco Central a sacrificar más de u$s1.000 millones de las reservas (algunas estimaciones hablan incluso de unos u$s1.200 millones). Esos inversores pagarán algo más de $100 y la mayoría los terminará vendiendo en el mercado "paralelo" a unos $122/$125, con lo cual se harán de una diferencia de $4.000 a $4.500.
Guzmán se jugó a cortar ese circuito. Por eso necesita que baje la cotización del ¨"contado con liqui", y que a su vez arrastre en la senda negativa al "blue". Para que eso ocurra necesita de al menos dos cosas: que los bonos surgidos del canje suban de precio y que el dólar mayorista también siga en el sendero del "crawling peg" (minidevaluaciones diarias). Se descuenta que esto último ocurrirá.
Por las dudas, el BCRA tiene a mano un ¨poder de fuego" de unos u$s7.500 millones en bonos, que podría ir volcando al mercado para forzar la pretendida baja de la cotización. Una medida que sólo sería de utilidad en el corto plazo.
Mientras tanto, Guzmán avanzará con su agenda: hoy martes presentará el Presupuesto 2021, que en los hechos funcionará como el plan económico que Alberto Fernández se negó a anunciar.
El ministro cree que el camino hacia la denominada "consolidación del frente fiscal" -algo que mantuvo ocupado a Guzmán en las últimas semanas- sumado al inicio de las negociaciones con el FMI deberían llevar la "tranquilidad" en el frente cambiario.
La dinámica está en marcha. Guzmán sabe que cuenta a su favor con el punto que se anotó tras el cierre de las negociaciones con los bonistas. Superada esa estación, ahora viene la segunda. Áspera como la primera, pero que seguramente tendrá que resolver en un menor tiempo.