Las empresas de consumo sufrirán más la crisis este año
La calificadora de riesgo Fix, subsidiaria local de Fitch Ratings, estimó que las empresas argentinas tendrán un mal año y que las más afectadas serán las de consumo masivo.
Según el informe de la agencia dado a conocer por Clarín, este año las compañías en general deberán "adaptarse a un contexto de menor nivel de actividad, mayor inflación y elevadas tasas reales de interés", además de que algunos sectores sentirán la "volatilidad externa y del tipo de cambio".
En muchos casos, la suba de tasas y del tipo de cambio podría derivar además "en un estrés de liquidez, especialmente en aquellas compañías con elevada concentración de deuda en pesos a corto plazo y altas necesidades de financiación de capital de trabajo".
Este es por ejemplo el caso de las prestadoras de servicios públicos, que tienen un "riesgo de descalce" en su endeudamiento porque "la fuerte devaluación de 2018, cercana al 100%, incrementó su dependencia a los subsidios estatales (cada vez más limitados por el acuerdo con el FM)".
Con este panorama, muchas empresas "trataron de reducir sus operaciones para no tener que pedir financiamiento de capital de trabajo y del ciclo operativo normal", aseguró Cecilia Minguillón, analista de Fix.
"No hay un mercado de capitales (para que las empresas puedan financiarse) y su profundidad es pobre. Y con este nivel de tasas la propensión de los bancos a prestar al sector privado también es baja porque apuntan más al sector público (a través de las Leliq)", agregó.
En este escenario, las empresas que tendrán "mayor presión sobre los márgenes de rentabilidad, niveles de liquidez y endeudamiento" serán las de consumo masivo, alimentos y bebidas, y manufacturas orientadas al mercado local. El sector de consumo masivo ya viene arrastrando una mala performance desde el año pasado: de las 14 compañías a las que Fix les bajó las calificaciones en 2018, la mayoría estaba concentrada en este segmento.
En sentido opuesto, los que no sentirán la crisis serán los bancos, que mantienen su perspectiva "estable". Si bien sufrirán una "fuerte contracción en la demanda de préstamos, incremento en los costos de estructura y un mayor riesgo de crédito", tendrán una "adecuada rentabilidad" con el "ingreso proveniente de las Leliqs".
Además, el fuerte posicionamiento en Leliqs (en detrimento de la colocación de créditos) contribuyó "a aumentar la liquidez" en la mayoría de las entidades: en diciembre, la liquidez del sistema era del 54,9% sobre el total de depósitos, contra 39,7% el año previo.
Para los próximos meses, Fix espera "que continúe la tendencia de que sus ingresos provengan principalmente de los instrumentos emitidos por el BCRA", aunque esto "podría revertirse ante una baja de tasas y/o dolarización de carteras".
Para este año, la calificadora de riesgo estima que continuará la caída en los niveles de actividad (-1,5%), con foco en el consumo interno y la inversión, aunque "parcialmente mitigado por un mayor dinamismo del sector agroexportador".
Respecto a los precios, estima que "la necesidad de reducir el gasto público en subsidios económicos y la inercia inflacionaria de 2018 determinará una resistencia en la desaceleración en la evolución del IPC, que alcanzará el 31% interanual al cierre del año". El incremento de precios superaría además a la evolución del tipo de cambio, estimado en $49 a fin de año.
Por otra parte, el proceso de "convergencia fiscal" (ajuste) afectará negativamente a la evolución de la actividad, sumado a que las altas tasas incidirán negativamente en el consumo y la inversión productiva.
Así, el escenario recesivo continuará durante el primer semestre, con una "cierta estabilización y recuperación hacia el último trimestre". Además, como "una alta proporción del gasto nacional es inflexible e indexado por inflación", un deterioro mayor de la actividad "impactaría en menores ingresos tributarios y podría dificultar la convergencia fiscal comprometida con el FMI".