Este sindicalista está a punto de ser el primero en conseguir 50.000 vacunas contra el Covid para afiliados
Guillermo Pereyra, el secretario General del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, está a un paso de convertirse en el primer dirigente argentino en conseguir dosis de la vacuna contra el Covid-19, fuera de la órbita estatal. Podría tener a disposición miles dosis mucho antes que los gobernadores, los intendentes, los políticos opositores y los empresarios. Y no es casualidad.
Con un pie en la política que lo llevó a ser diputado provincial de Neuquén primero, secretario de Trabajo de la provincia después, y Senador Nacional hasta 2019, y el manejo de un presupuesto multimillonario proveniente de las cajas del sindicato, de la obra social y de la mutual de los petroleros, "Caballo", como le dicen en el mundo sindical, negocia con AstraZeneca la posibilidad de adquirir 50 mil dosis de la vacuna contra el Covid-19.
Se trata de un excedente de la vacunación que se realizó en Israel, país pionero en la inmunización masiva, con las que podría inocular a buena parte de sus afiliados.
"Muy pronto vamos a tener novedades con respecto a este acuerdo. Queremos vacunar a todos los trabajadores petroleros", le dijo Pereyra a los medios locales Estamos ante una inversión que da muestra de su capacidad de acción: cada complemento de dos dosis tiene un costo de 50 euros.
De su jugada están expectantes los gobiernos municipales, provincial y nacional. Sería, adicionalmente, la chance de blindar Vaca Muerta y su producción en medio de la segunda ola de la pandemia.
Pereyra está al frente del gremio desde 1984, cuando ganó por apenas 62 votos las primeras elecciones que se convocaron tras la intervención militar. Su base de poder se asienta sobre la cuenca neuquina, principal cuenca petrolífera y gasífera del Cono Sur de Sudamérica, que se revitalizó en 2011 con el descubrimiento de Vaca Muerta.
Fanático de River, un habitué del Monumental y un ortodoxo de la camada de peronistas que creció al calor del golpear y negociar, Pereyra es el sindicalista más influyente de la Patagonia desde el regreso de la democracia. Supo cultivar un perfil combativo que lo llevó a ser el número dos de la CGT Azopardo de Hugo Moyano hasta 2015. Desde allí pusieron en agenda el reclamo por el impacto de Ganancias en los salarios y tendieron puentes con los armados opositores, incluyendo Cambiemos. Más allá de sus coqueteos nacionales, siempre fue leal al Movimiento Popular Neuquino (MPN).
Desde el 11 de diciembre de 2015 su muñeca para la negociación lo llevó a tejer buena relación con la gestión de Mauricio Macri. Firmó la adenda laboral Vaca Muerta para los petroleros de la rama "no convencional" y se convirtió en el caso testigo de lo que Cambiemos pretendía para las negociaciones colectivas. Además fue parte de la comitiva oficial de varios viajes al exterior del ex presidente para atraer inversiones. Esa relación le valió ganarse varios enemigos en el mundo sindical y las acusaciones de "flexibilizar" el convenio colectivo de trabajo de la actividad.
La vacunación podría ser la salida estelar de Pereyra de su gestión al frente del gremio de petroleros más importante del país.
Sucede que, luego de algunos amagues, la semana pasada anunció que no irá por un nuevo mandato en los comicios que, si la pandemia lo permite, se realizarán este año. De hecho postuló a Marcelo Rucci, integrante de su comisión directiva, como su sucesor. Claro, se guardó para sí el cargo de presidente de la Mutual desde el cual se garantizará seguir omnipresente en el día a día.
Por Jorge Duarte
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En paralelo a lo que fueron las negociaciones paritarias que tuvieron el lunes su broche, Armando Cavalieri encaró, en las últimas jornadas, charlas formales para reclamar que los empleados de comercio sean tenidos en cuenta como prioritarios para la vacunación contra el Covid-19. Es un pedido que había resonado con fuerza el año pasado, que se apagó en el verano, pero que volvió a ponerse sobre la mesa con la llegada de la segunda ola y el arribo de las dosis.
La demanda gremial se canalizó formalmente a través de un petitorio que le llegó al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y que lleva la firma del propio Cavalieri. Allí se solicita que se les dé preponderancia a los mercantiles para la vacunación y se les empiece a asignar turnos para la inoculación, como ocurre con el personal de la salud y con los docentes.
El texto recuerda que a partir del Decreto N° 297/20, del inicio de la pandemia, los trabajadores de la actividad fueron considerados "esenciales" y por ello asumieron "el compromiso de contribuir de forma responsable a la actividad y al abastecimiento de la sociedad en cada uno de sus puestos laborales".
"Tenemos empleados de comercio esenciales en todo el país, Por eso la vacunación la tenemos que canalizar a través del Plan Nacional, para que sea una acción combinada con todos los Gobernadores", le dijeron fuentes gremiales a iProfesional. La cantidad y la dispersión del universo a inmunizar hace que se descarte de plano la chance de salir a buscar vacunas como intentan, sin éxito aún, algunas organizaciones sindicales territoriales para sus representados.
Desde la Federación pusieron el foco en la fuerte exposición a la pandemia y en la elevada tasa de contagios relevada entre los empleados de comercio. De hecho, el lunes se conoció el fallecimiento de un trabajador de supermercados de la zona de Avellaneda y este martes, el deceso de un trabajador del mismo rubro de la zona de San Isidro.
El plan Cavalieri: dos pilares
El pedido de Cavalieri se asienta en dos pilares:
1. Por un lado, en el tácito respaldo de las cámaras empresarias, que aún no institucionalizaron el apoyo pero que no descartan hacerlo en el futuro mediato.
2. Por otro lado, en la presión que empezaron a ejercer los gremios de base de los centros urbanos más importantes del país.
En el transcurso de las últimas semanas, los sindicatos de Zona Sur y Zona Oeste del Conurbano bonaerense lanzaron una campaña para presionar. Bajo el lema "Sin vacunas, no hay trabajadores esenciales", los trabajadores de supermercados, mayoristas e hipermercados pidieron ser inoculados. El panorama se replica en todas las grandes ciudades.
En Mendoza, en cambio, tomaron un camino alternativo. Además de las protestas, los mercantiles canalizaron su pedido por vía legislativa. Allí el diputado provincial José María Videla Sáenz, del Frente Renovador, presentó un proyecto de ley para que sean tenidos en cuenta en la campaña de inmunización y lograr el objetivo de mantener la actividad económica en funcionamiento.