Llega la videovigilancia inteligente a la Argentina

Miles de cámaras vigilan las calles de Buenos Aires y sus alrededores, para prevenir y descubrir actividades delictivas o para controlar el tránsito o al personal y los bienes de una organización. Sin embargo, las imágenes que captan esos equipos deben ser observadas y analizadas por hombres, por lo que el margen de error por factores humanos es muy alto, además de un uso ineficiente del recurso.

Esta necesidad de dotar de inteligencia a la videovigilancia abrió una oportunidad de negocio sobre la cual se lanzó el fabricante alemán Bosch, que este año mostró en la muestra tecnológica CeBIT, en la ciudad de Hannover, un sistema por el cual la misma cámara contiene sistemas que analizan los movimientos captados y emite si corresponde alarmas o avisos.

Esta novedad llegó a la Argentina, donde la compañía germana, que en 2007 facturó en todo el mundo por 46,3 mil millones de dólares en todas sus líneas de negocio (tecnología automotriz e industrial, bienes de consumo y tecnología de construcción), lo ofrece junto a una plataforma que integra la tecnología de seguridad y automatización de edificios.

Alberto Mattenet, director del área de sistemas de seguridad de la filial local de la firma europea, informó ante una consulta de Infobaeprofesional.com que en 2007 la operación en el país fue por 100 millones de dólares, de los cuales 3 millones provinieron de su sector. Y afirmó que este año espera duplicar el 20 por ciento que su área creció el año pasado.

La firma ya trabaja con oficinas y ministerios del Estado y con empresas, entre ellas medios de comunicación, para instalar estos sistemas de análisis de video inteligente (IVA, sigla en inglés), que constituyen un avance en la técnica de detección inteligente por video, porque descubre, rastrea y analiza objetos móviles en forma automática.

El desarrollo se enmarca en una tendencia adoptada en los nuevos sistemas profesionales de cámaras de TV que se pueden manejar a través de Internet (CCTV IP), que consiste en descentralizar el procesamiento de la información. Se traslada así la inteligencia de las tareas de soporte a la operación a nivel de cada cámara o codificador (encoder) del sistema.

De esta manera la cámara o codificador es capaz de tomar decisiones sobre eventos y actitudes sospechosas, liberando al empleado de las tareas de observación rutinarias y dejando todo el recurso disponible para la resolución de tareas críticas que requieren del criterio humano.

Esta es una necesidad que comparten todos los sistemas de CCTV, medianos y grandes, justamente en su punto más crítico, que es la operación y que con el avance de la tecnología del video IP podría ser resuelta sin la dependencia de un servidor o un sistema operativo.

Así se aumenta la confiabilidad del sistema, se asegura la integridad de los datos (video junto con su análisis) y garantiza mediante la operación por alarmas el uso eficiente del ancho de banda y la capacidad de almacenamiento disponible.

Las características de la versión 2.5 del IVA son:

Capacidad de análisis embebida (en el sitio remoto) que elimina la necesidad de un servidor o PC y sus costos asociados.
Detecta objetos removidos y /o abandonados, comportamiento y pasaje por marcas virtuales.
Exhibe/detecta la trayectoria de los objetos, velocidad, dirección y color.
Crea en el sitio remoto meta data que acompaña la señal original de video para una búsqueda forense de videos grabados.
Soporta la imagen de las cámaras FIR/Térmicas (rayos infrarrojos).

Los beneficios principales del sistema son:

Precisión: filtros de tamaño, velocidad y dirección, así como también funciones de corrección de perspectiva y calibración de la cámara, para asegurar un bajo índice de falsas alarmas.
Operación rentable: análisis del contenido avanzado, para prescindir del uso de servidores, tarjetas de captura, software de gestión de video.
Confiabilidad: filtros ambientales y detección anti-desarme incorporada, para asegurar que el sistema funcionará adecuadamente en una gran variedad de condiciones y alertará al usuario ante cualquier intento de sabotaje del sistema.
Configuración: Una interfaz de usuario gráfica para una configuración simple e intuitiva.

Integración y automatizaciónEl IVA se integra con una plataforma que agultina a sistemas de seguridad y automatización, denominada BIS (por Building Integration System) por la compañía.

El problema que enfrentan los administradores y vigiladores de los edificios es que cuentan con una gran variedad de equipamientos de seguridad (alarmas de intrusión y de detección de incendios, control de accesos y monitoreo de video CCTV) y de automatización de edificios (climatización, iluminación, red de datos, etc.), pero que no están coordinados entre sí.

El BIS busca integrar las funciones indispensables en la administración de sistemas de seguridad y automatización dentro de un edificio. Consiste en una familia de dispositivos, compuesta por cuatro módulos que trabajan en equipo, basados en una plataforma de software común:

Un módulo de automatización trabaja con paneles de incendio e intrusión. Con esta aplicación, toda la información circula a través de un único sistema, para una administración integrada, permitiendo así respuestas automáticas para guiar al operador de seguridad en situaciones de alarmas.
Un módulo de video se compone de cámaras para el monitoreo de áreas sensibles, integrables con otros sistema de video de Bosch u otros proveedores.
Proporciona distintas opciones de visualización definidas individualmente para cada usuario. Sus funcionalidades de video son compatibles con sistemas de intrusión, control de accesos o automatización, a través de la plataforma BIS.
Un módulo de control de accesos con administración directa de alarma, para la verificación de autorización e identificación. Permite una visualización de alarma y eventos de acceso, integrando e interactuando con el resto de los módulos.
Un módulo de seguridad, que consiste en soportes de administración de sistemas de intrusión, paneles de control y receptores.

Este sistema integral se puede aplicar en cadenas de tiendas, supermercados y centros comerciales, bancos; edificios corporativos y de oficinas; depósitos, centros de exposiciones y eventos; complejos médicos; en plantas industriales, fábricas; edificios de gobierno; prisiones; museos; campus de universidades; aeropuertos; estaciones de trenes; condominios verticales y horizontales, y edificios.

Mercado en expansiónEn la ciudad de Buenos Aires hay aproximadamente 120.000 cámaras de monitoreo por video, según fuentes privadas. Están en oficinas públicas, empresas, comercios, bancos, cajeros automáticos, estaciones de subte y de trenes, calles y avenidas, plazas y parques, torres de viviendas y casas, hoteles, restaurantes, supermercados, cafés, kioscos, estaciones de servicio, museos, estadios de fútbol, puestos de peajes, autopistas e incluso en cementerios.

Unas 800 cámaras pertenecen al Estado, incluyendo la Policía Federal, la Prefectura y el Gobierno de la Ciudad (GCBA). Otras 300 están en estaciones ferroviarias y del subterráneo. Y 115.000 en el ámbito privado. En el último año se instalaron alrededor de 20.000 cámaras. Es un mercado que crece a un 15% anual.

A través de la web se puede acceder a diferentes sistemas de monitoreo públicos. El Gobierno porteño ofrece el acceso libre a las imágenes captadas en 16 esquinas (www.buenosaires.gov.ar/areas/obr_publicas/camaras/ ). El Ministerio del Interior abrió en 2006 un sitio (www.laestacion.gov.ar ) para ver, previo registro de usuario por e-mail, lo que pasa en los andenes de 10 estaciones de la ex línea Mitre y en la estación Callao de la línea B del subte. Y para prevenir ataques antisemitas, el mismo ministerio habilitó un esquema de video vigilancia en el Cementerio Israelita de La Tablada (http.//seguridad-la-tablada.blogspot.-com ).

Las 240.000 cámaras de video vigilancia que existen en el país, según fuentes privadas, quedan en un tamaño minúsculo comparado con los números de los sistemas que existen en las grandes capitales del mundo desarrollado. En Francia, por ejemplo, hay 340.000 cámaras sólo en la vía pública. Y en los próximos dos años se instalarán 6.500 más sólo en el transporte público de París. El caso extremo es el Reino Unido, donde hay en las calles 4,2 millones de cámaras. En Londres funcionan 65.000 aparatos de video vigilancia pública.