Caputo encara una pulseada crucial contra el campo: los dólares para reservas, en la mira
En los silobolsas que se desparraman por los campos de la Argentina, los productores retienen soja por unos u$s14.000 millones de dólares. Son en total 33 millones de granos, que están a la espera que sus dueños vean la ventana de oportunidad para venderlos a las cerealeras, que luego los exportarán. Las cerealeras están obligadas a liquidar las divisas en la ventanilla del Banco Central en un plazo máximo de 15 días.
Son estimaciones de CIARA, la cámara de la industria aceitera, con obvios vínculos tanto con los productores como con el Gobierno.
El campo no liquida la soja y Luis Caputo necesita aumentar reservas
Por su parte, la Bolsa de Cereales publicó que todavía quedan 27 millones de toneladas de maíz sin que se hayan fijado los precios. Una porción relevante se queda en el mercado interno, y otra más pequeña se destina a la exportación.
Según la estimación de la Bolsa, todavía quedan por liquidar u$s16.000 millones.
Luis Caputo quiere que los chacareros vendan la producción cuanto antes. Necesita esos dólares para incrementar las reservas del BCRA.
Para que ello ocurra, el ministro necesita convencerlos de que, efectivamente, por delante no habrá ninguna devaluación. Ni una suspensión de las retenciones a las exportaciones.
Es lo que desde Economía les vienen diciendo a los representantes del campo. Sin embargo, hasta el momento, los productores -desde los más chicos hasta los grandes fondos que administran campos- prefirieron guardar el producto y aguardar. Por ahora no demuestran ningún apuro.
El campo y el Gobierno pelean por los dólares
Con las últimas medidas, el Gobierno dio una señal muy poderosa a los chacareros: no está dispuesto a devaluar ni a poner en juego el superávit fiscal conseguido.
La prioridad número uno ahora es lograr una baja de la inflación contundente, de manera tal de sostener el crawling peg del 2% mensual. Es la única forma que Caputo podría evitar un mayor atraso del tipo de cambio.
Para lograr esa desaceleración inflacionaria, el ministro apeló a una estrategia muy particular, que ahora quedó en el centro de la escena.
Con tal de disminuir la brecha cambiaria y presionar a la baja la inflación, el Gobierno está dispuesto a vender dólares en el CCL.
El tema es que, por cada dólar liquidado, ahora los productores están recibiendo menos pesos que antes (en términos reales, descontada la inflación).
En la segunda rueda de la semana, el CCL se negoció a $1.286, unos $140 menos que el viernes.
El dólar CCL cae y hay dudas entre los productores
La última medida empeoró las cuentas de los productores. Al provocar una caída tan fuerte en la cotización del CCL, el precio del dólar para las cerealeras y los productores también disminuyó.
Es decir, ahora al ¨campo" le conviene menos que antes liquidar la producción. Si hasta la semana pasada preferían retener antes que vender -dado el atraso del oficial-, ahora esa ecuación empeoró.
El escenario internacional tampoco ayuda. La cotización de la soja cayó del nivel de los u$s400 por tonelada, el nivel más bajo en cuatro años. Este derrape obliga a los chacareros a esperar por una mejor cotización más adelante, aunque nunca se sabe cuál será la reacción de los mercados globales.
Es más, antes que vender parte de su producción a un precio más bajo que lo estimado, los productores tomar un camino alternativo.
"Pueden tomar créditos a tasa baja en los bancos para financiar la próxima campaña. Si puede, si está en condiciones financieras, muchos productores van a esperar hasta la próxima cosecha para vender", dice a iProfesional el director de una multinacional exportadora que opera a diario con el sector.
Contactos sin acuerdo
La relación de las cerealeras con el ministro de Economía está intacta. Pero Caputo suele refrendar que no dará ningún paso que acerque a los productores.
No habrá devaluación ni tampoco una baja de las retenciones, dice el ministro en cada contacto.
Idígoras asegura que, así como están las cosas, habrá que esperar hasta que empiece la primavera para que haya una liquidación de divisas sostenida.
Para esa época, los productores suelen vender para hacerse de pesos para la siguiente campaña. Lo dicho más arriba: quienes tengan espaldas financiera o acceso a los bancos, entonces posiblemente prefieran endeudarse antes que vender.
La pregunta del millón es qué será de la economía argentina para ese entonces. Por ahora, el Banco Central se vio obligado a vender divisas -ayer fueron u$s3 millones- y pagar un vencimiento con el FMI.
La pulseada está al rojo vivo. ¿Quién ganará?