Con una inflación cercana al 7%, el Gobierno busca otra vez salvar del fracaso a "Precios Justos"
Con la inflación cercana al 7% y un acumulado en el primer trimestre que promete superar el 20%, el programa Precios Justos de congelamiento de una canasta de más de 1.500 productos está en camino de sumarle un nuevo fracaso al Gobierno.
La canasta, que fue lanzada en diciembre del año pasado con el objetivo de mantener fijos los precios de una gran variedad de artículos de alimentación, cosmética y bebidas, está siendo fuertemente cuestionado en el seno de las empresas que participan del acuerdo.
Presionado por la inflación, el Gobierno analiza cambios en Precios Justos
De hecho, esta semana hubo varias reuniones entre altos ejecutivos de las firmas más representativas y los funcionarios que responden a Matías Tombolini, el secretario de Comercio que, por orden de Sergio Massa, intenta de todas formas, hacer equilibrio entre el enojo empresario y la falta de resultados de la gestión del ministro de Economía para controlar la inflación, tal como lo había prometido cuando asumió su cargo al frente del Palacio de Hacienda.
En el sector alimenticio aseguran que abril será un mes bisagra para la continuidad de Precios Justos, porque entienden que hasta ahora han venido acompañando el rango de aumentos del 3,2% permitido por las autoridades nacionales para ciertos productos y el congelamiento total de los que se encuentran dentro del programa oficial.
Pero advierten que no hay más margen para mantener la misma política con los costos subiendo por encima incluso de la inflación, lo cual hace que le reclamen a Tombolini "sentarse a revisar la situación actual", tal como definió a iProfesional un alto ejecutivo de una de las mayores alimenticias de la Argentina, que aporta una gran cantidad de sus productos a Precios Justos.
Precios Justos: abril, el mes bisagra
"Abril va a ser el mes de revisar la pauta, porque así no podemos seguir", agregó otro empresario para quien el programa "no puede aguantar tal como está hasta fin de año, y no se puede soportar".
Si bien los cuestionamientos son fuertes, las empresas también dejan en claro que siguen acompañando la política oficial que lidera Tombolini y que van a hacer todo lo posible por continuar respaldando la medida.
Lo que reclaman es revisar la estrategia en el marco de un escenario macro económico que plantea un nivel de inflación del 7% para marzo, que está muy por encima de las predicciones tanto privadas como oficiales hechas a principios de año.
"Nosotros le dimos todo el apoyo, porque se dijo que los costos iban a ir en línea con la inflación y entonces podías aguantar aumentar solo un 3,2% y mantener congelados algunos productos, pero con la situación tal como está y como promete seguir, es imposible que podamos mantener todo igual", advierten desde otra importante compañía.
De hecho, todos los empresarios consultados por este medio coinciden en que si el Gobierno no modifica la fórmula de Precios Justos se corre el riesgo de ingresar en un proceso de desabastecimiento.
No sólo por la suba de costos, sino también porque el Gobierno tampoco cumplió con la promesa de liberar las importaciones de insumos para las empresas que participan de Precios Justos durante seis meses, lo cual genera que muchas líneas de producción deban frenarse o ser modificadas.
"Van liberando a cuenta gotas algunas SIRAS, y si bien ninguna fábrica paró la producción, muchas sufrimos una preocupante complejidad para operar que genera costos extra por la falta de insumos", sostuvo otro empresario quien además recordó una medida tomada por la AFIP la semana pasada que encareció aún más el ingreso de insumos y productos del exterior.
Por malestar general, Tombolini convoca a las partes
En este marco, la incomodidad es general y desde la Secretaría de Comercio tomaron nota de la situación y comenzaron a convocar a los principales referentes del sector para evaluar mejorar el escenario futuro.
De hecho, cerca de Tombolini admiten que se están manteniendo conversaciones con el sector alimenticio para tratar de sostener la pauta de aumento del 3,2%. Sin embargo, anticipan que una vez conocido el dato oficial de IPC se pueden "llegar a evaluar cambios, pero hasta el momento mantenemos el acuerdo".
En otra compañía avalan la postura oficial de dialogar para mejorar el programa y, de ese modo, poder mantenerlo hasta fin de año. Pero también recuerdan que en este caso particular suman un problema adicional a la inflación creciente, como es el achicamiento del fideicomiso harinero (FETA).
La medida deja fuera del Fideicomiso a varias harinas (especiales, 0000, Leudante, etc) "por lo que debemos pasar a la góndola dichos precios de algunos productos que estaban en Precios Justos", admite el empresario, quien recuerda que el fideicomiso representaba el 35% del costo del producto, por lo que su empresa no tiene forma de mantener esos precios de venta sin subirlos en las góndolas".
En la Secretaría de Comercio fueron receptivos al pedido y se encuentran estudiando diversas variantes para ayudar a que esto no suceda, teniendo además como amenaza que si no hay aumentos el programa Precios Justos no llega a junio.
La fecha se debe a que hasta ese mes debería regir Precios Justos, tal como lo ideó la Secretaría de Comercio, con una lista numerosa de productos que surgió de intensas negociaciones con los proveedores para su conformación final, además de haberse establecido un tope a los aumentos mensuales de 3,2% para 49.832 productos de 15 rubros (consumo masivo, calzado, celulares, venta directa, hogar y construcción, indumentaria, entre otros).
Es más, cerca del 65% de los productos de la lista actual (que tendrán los mismos precios hasta fin de junio) ya estaban en la primera edición de Precios Justos, que se lanzó en noviembre del año pasado. En estos casos y para compensar el atraso, el Gobierno autorizó subas mayores para garantizar la continuidad.
En su momento, las autoridades le dieron una alta trascendencia al plan oficial al punto que para su lanzamiento se organizó un nutrido acto en el CCK con la presencia de Massa y Tombolini ante una platea de ejecutivos, supermercadistas, sindicalistas y algunos intendentes.
En ese momento, todo con el objetivo estaba puesto en frenar el repunte inflacionario en el marco de la "guerra" anunciada por el propio presidente Alberto Fernández contra la suba de precios que el Gobierno viene perdiendo por goleada, para utilizar una frase futbolera.