Economía post pandemia: estos son los "sectores ganadores" a los que apostará el Gobierno
Si bien la decisión es mantener intacta y hasta profundizar la pelea sanitaria contra el Covid-19, desde el Gobierno ya consideran que es necesario empezar a trazar el camino económico para la post pandemia.
En ese marco, en los últimos días ya hubo declaraciones de varios ministros sobre cuáles serán los temas que marcarán esa agenda o que le darán forma a un programa basado en el crecimiento de la productividad y de la inclusión social, tal como anhela al presidente Alberto Fernández.
Para los economistas, ese objetivo requiere de una estrategia de "elección de ganadores". Es decir, de optar por áreas que le permitan a las autoridades contar con tres "vectores": divisas, productividad y equilibrio social.
En ese marco, se empiezan a identificar a la energía; la agroindustrial y la construcción como los que permitirán al Gobierno ir generando un escenario macro menos incierto y que permita ofrecer a la sociedad, como paso previo, un programa de estabilización de precios, un presupuesto y un plan monetario.
Empleo y divisas en la "nueva normalidad"
Datos ya conocidos del Indec sobre la cuenta de generación del ingreso para el primer trimestre estarían en línea con esa hoja de ruta sobre la contribución sectorial a una estrategia de desarrollo, si se tiene en cuenta que la participación de los trabajadores en el producto subió al 49,8% desde 49,2% que tenía en igual periodo del año pasado.
Y sumando a estos índices, información adicional del Banco Central (BCRA), es posible complementar la descripción de cada sector en términos de aporte a la generación de divisas.
En este sentido, desde la consultora Analytica se sostiene que una estrategia de desarrollo con inclusión no podrá prescindir del agro, por su aporte neto de divisas; de la energía, por sus mejoras en la productividad, y de la construcción, por ser garantía de contención social.
"Junto con el agro y la energía, la construcción forma parte de los sectores apuntados a ser los "ganadores" de la nueva normalidad económica por el aporte a la creación de puestos de trabajo, el incremento de la productividad relativa (estimada a través del salario relativo, registrado y no registrado) y los saldos que cada uno dejan en el mercado de cambios", sentencia el informe.
En el caso de la industria, se la ubica en el medio de los tres sectores, en cuanto a su contribución a cada vector. Sin embargo, dado su peso en el PBI, debe ser incorporada con una estrategia diferenciada que tenga en cuenta su gran heterogeneidad, agrega el documento elaborado por la firma que dirigen Ricardo Delgado y Rodrigo Álvarez.
Pero también se pregunta qué requiere cada sector para desarrollarse a lo cual se responde que en el caso de la construcción precisa crédito y estímulos fiscales a la oferta y la demanda. Para el agro, baja de impuestos y para el sector energético hacen falta inversiones en dólares.
La energía, a la espera de inversiones
En cuanto a las necesidades del sector energético, esas inversiones de gran escala no pueden generarse en el mercado local si no es a partir de aportes de grupos extranjeros que permitan desarrollar la energía.
"Con la elevada volatilidad real y nominal observada en los últimos años, las tasas de retorno exigidas resultan prohibitivas, dejando fuera de mercado a gran parte de los proyectos en danza", advierte Analytica.
En lo que respecta a la cadena agroindustrial, ya se están esbozando propuestas y planteos, con el aspecto fiscal como tema central, más que nada en la estabilidad futura de los impuestos que permita encarar proyectos con cierta previsión.
Se trata de una advertencia sobre las retenciones que históricamente se le imponen al campo y que varían de acuerdo a las necesidades de caja del Tesoro nacional.
A esto se agrega la necesidad de ordenar las finanzas de las empresas y volver al mundo, a los mercados exteriores que se vinieron ganando en los años anteriores.
Apuesta oficial a la construcción
Pero para los economistas, el rol preponderante lo debería tener la construcción, que no afecta el equilibrio macro porque no demanda divisas y contribuye a la paz social porque aporta trabajo en los sectores más vulnerables.
En especial, en un contexto complejo para la obra pública (dada la estrechez fiscal), el mayor margen de maniobra aparece en la obra privada por lo cual, el primer paso debe ser el de recuperar la dinámica de los proyectos afectados por la cuarentena, inyectando liquidez a constructores y compradores.
El informe plantea la posibilidad de otorgar líneas blandas de los bancos, al estilo de las implementadas para pymes, y la participación del ANSES como primeros pasos para empezar a reconstruir un sistema de crédito hipotecario que viabilice los próximos años.
También, estímulos fiscales para inversores y familias en nuevos proyectos, especialmente en Ganancias y Bienes Personales.
De hecho, desde la Cámara Argentina de la Construcción ya le presentaron al Presidente y al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, los lineamientos de un plan de recuperación para los próximos años que se basa en el análisis de los datos que indican que la construcción privada representa el 70% de la actividad del sector y que requiere poco aporte estatal, aunque necesita incentivos para recomponer la atracción del inversor.
A cambio, genera un impacto en la recaudación fiscal directa e indirecta equivalente a un 50% de la inversión y un efecto casi inmediato en la creación de trabajo, a lo que se le debe agregar su importancia para anteponerse a la crisis a la que se enfrenta el sector y en la cual se perdieron 150.000 empleos directos registrados, lo que implica una caída del 40% interanual
El plan incluye tres etapas, a instrumentarse entre el tercer trimestre de este año y el 2021 con el objetivo puesto en sostener la producción, reactivar y crecer.
Las propuestas pasan por reactivar las obras en curso utilizando boletos y adhesiones a fideicomisos de desarrollo; régimen de exenciones impositivas para viviendas de valor inferior a 140.000 UVAs, simplificando su implementación. También por la creación de un vehículo para inversión en construcción con incentivos a inversores y familias, con efecto fiscal positivo.
Otras propuestas se refieren a impulsar el crédito hipotecario que, para el tomador, ajuste por el Coeficiente de Variación Salarial (CVS), con un fondo anticíclico de compensación ante eventuales descalces entre CER y CVS, ya que se mantendrían los depósitos ajustados por UVA.
Finalmente, las propuestas suman la exteriorización de pesos para flujo de inversiones en obras nuevas y en construcción; una Ley de la Vivienda que incentive la inversión permanente en unidades para venta, alquiler o leasing, para los sectores medios y que difiera el pago de Ganancias sobre el aporte del terreno.
"Ninguna de estas condiciones podrá lograrse sin un ordenamiento macro previo porque el crédito depende de la profundidad del sistema financiero y de la estabilidad nominal", señala el documento.
Es que aunque hoy la inflación está contenida, es la primera vez desde que se tienen registros que la inflación esperada se ubica por encima de la corriente, lo que refleja la tensión del mercado a la espera del desenlace de las negociaciones para la reestructuración de la deuda y el prometido levantamiento parcial de las restricciones al mercado de cambios, entre otras cuestiones.
En el caso de la reducción sectorial de impuestos, puede ocurrir sólo luego de contar con un nuevo presupuesto ya que la post pandemia dejará un déficit primario del sector público nacional del orden de 8% del producto.
En cuanto a la evolución de los ingresos, para Analytica, el salario de cada sector (registrado y no registrado) sobre el pago medio de la economía es una medida de la productividad relativa. "En términos sencillos: los mejores salarios se pagan en aquellos sectores en los cuales se produce más por cada trabajador, simplemente porque hay más para repartir", se asegura.
En esta métrica, la consultora destaca al sector energético, con casi cuatro veces el salario medio de la economía. Se trata también de un área clave para evitar "cuellos de botella" ya que produce insumos difundidos, especialmente de la industria, que resulta el principal empleador de la economía argentina.
En el informe también se califica como una obviedad que no hay desarrollo posible sin divisas suficientes. Para ilustrar este punto, se refleja la tensión histórica entre agro e industria. "Mientras el primero aporta dólares, el segundo contribuye con puestos de trabajo, salarios por encima del promedio y una calidad aceptable del empleo, lo cual se evidencia en las columnas asociadas a la participación en los puestos totales (13,6%), el salario relativo (1,4 veces el promedio)", destaca Analytica.