Monotributistas con palos en la rueda, ¿por qué las obras sociales rechazan sus solicitudes?
El monotributo es un sistema de contribución que los trabajadores que no se encuentran en relación de dependencia pueden elegir para hacer sus aportes y pagar su obra social. De acuerdo a la categoría en la que se encuentren -que van de la B a la K y se determinan en función de los ingresos- pagan una alícuota mensual que incluye ambos componentes mencionados.
El proceso de asignación de la obra social queda a cargo del contribuyente, es decir, que a partir de su inscripción en el monotributo tiene derecho a elegir cualquiera de las entidades que se encuentren dentro de la nómina establecida por la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS).
Sin embargo, la inscripción no es automática, sino que es necesario realizar el trámite específico de elección y alta de la obra social en cuestión. En este sentido, conocer el procedimiento resulta fundamental, para poder hacerlo de manera eficaz y evitar pérdidas de tiempo.
En principio, es necesario saber que para iniciar el cambio de cobertura la persona deberá concurrir a la sede de la obra social por la que desea optar para hacer dos cosas: completar el formulario correspondiente y suscribir el libro rubricado. Este trámite se debe hacer personalmente y es totalmente gratuito.
A partir de ese momento, el tiempo de espera es tres meses y se conoce como período de carencia. Una vez transcurrido el tiempo, el primer día del tercer mes desde la fecha en que se realizó la opción de cambio comenzará la cobertura de la nueva obra social. Por otro lado, es necesario saber que, de acuerdo a la Resolución General 576/04 de la Superintendencia de Servicios de Salud (SSS), ninguna obra social que se encuentre habilitada para recibir beneficiarios monotributistas puede rechazar una afiliación. Es un dato a destacar, ya que ha habido casos en los que las coberturas demoran el trámite al punto de no permitir que el beneficiario se afilie a la obra social.
Según el Decreto 504/98 -que rige la sistematización y adecuación de la reglamentación del derecho de opción de cambio por parte de los beneficiarios del Sistema Nacional del Seguro de Salud-, la SSS designará una Comisión consultiva del régimen de traspasos. Integrada por representantes de las obras sociales, tendrá facultades para recomendar la aprobación o rechazo de las solicitudes de opción. Además, podrá aplicar sanciones a las obras sociales que incumplan con las normas vigentes en la materia.
En este contexto, la SSS tendrá la resolución definitiva del pedido de opción, según establece el mencionado Decreto y la Resolución MSyAS Nº 247/98.
Es precisamente allí donde actualmente se encuentra el problema. En los últimos años se ha incrementado la cantidad de trabas por parte de las obras sociales a los monotributistas. Al mismo tiempo, ha crecido la cantidad de reclamos por parte de trabajadores que quieren afiliarse a distintas obras sociales y reciben sus solicitudes rechazadas.
En promedio, la cantidad de pedidos de afiliación por parte de los monotributistas se incrementa un 4% cada año. Si bien hay períodos en los que la cantidad de solicitudes supera ese número -han llegado a un 11/12%-, el promedio de los últimos diez años no supera el 4%.
A diciembre del 2010, el número exacto de pedidos a obras sociales fue de 1.243.848, mientras que al mismo mes del 2018 esa cantidad subió a 1.744.741. De esta manera, el crecimiento total de los pedidos de afiliación es de 40%.
Actualmente, cualquier monotributista -sin importar la categoría en la que se encuentre ubicado de acuerdo a sus ingresos- paga $689. De ese monto de dinero $620 van directo a las obras sociales, mientras que los $69 restantes los retiene el Fondo Solidario de Redistribución.
Este monto fue actualizado recientemente -en diciembre de 2018-; antes de ese momento los monotributistas pagaban $536 cada mes. Con el paso del tiempo, se ha tratado de incrementar el valor en función de la inflación que afecta a los costos de las prestaciones. Sin embargo, según estudios de entidades privadas el Programa Médico Obligatorio (PMO) tiene un costo de aproximadamente $1500; por eso, es posible afirmar que lo que pagan los monotributistas no alcanza para cubrir el costo de los servicios mínimos que la empresa debe ofrecer.
Además de la inflación, que es un mal que aqueja a casi todos los sectores de la economía, hay que aclarar que los costos de algunas prestaciones se han incrementado de manera abrupta. Las nuevas tecnologías aplicadas a la salud, los nuevos tratamientos y la constante actualización en el campo hace que algunos costos hayan subido por encima de lo esperado.
Allí radica el centro del problema. Si bien se ha establecido que las obras sociales no pueden, bajo ningún concepto, rechazar las solicitudes de los potenciales afiliados, la realidad es que cada vez hay más reclamos de rechazos arbitrarios. En los últimos dos años han crecido de manera exponencial, puntualmente en los meses más recientes.
El argumento en que se basan para rechazar a los afiliados es que la cantidad de monotributistas hace que se desfinancie el sistema de obras sociales y hacen que puedan tener un déficit. Además del problema financiero en sí mismo, esto puede generar un impedimento para seguir prestando servicios adecuadamente, tanto a los monotributistas como al resto de los afiliados.
La problemática descrita es generalizada, dado que afecta a todo el sistema de salud y de seguridad social. Sin embargo, hay algunas obras sociales que se encuentran en una situación más conflictiva que otras por el caudal de afiliados que poseen, como puede ser el caso de la obra social de los empleados de comercio (OSECAC) y la de del personal civil de la nación (UP). Dado que se trata de entidades nacionales con una gran cantidad de asociados, tienen un número de solicitudes alto y, a su vez registran más cantidad de rechazos. No obstante, es necesario destacar un dato: por el momento, la calidad del servicio y de las prestaciones es la misma, no ha disminuido.