La inflación pulverizó al billete de $1.000: qué denominación necesita urgente la economía
El billete de $1.000 ya no alcanza para comprar casi nada y la cifra de máxima denominación de $2.000 que el Gobierno tiene pensada colocar en la calle en los próximos meses tampoco llega a cubrir consumos corrientes como un kilo de determinado corte de carne o queso o kilo de helado artesanal. Hecho que es confirmado con los altísimos niveles de inflación, donde el Indec acaba de difundir que en marzo fue de 7,7%.
Por eso, la pregunta que se hace el mercado es cuál es el billete de máxima denominación necesario para poder tener, al menos, el mismo poder de compra que tuvo el "hornero" apenas salió a circulación a fines de noviembre de 2017.
En resumidas cuentas, por la constante suba de precios de la economía, hoy el billete de $1.000 adquiere en la actualidad sólo el 8,5% de los bienes y servicios a los que permitía acceder esta unidad en la fecha que se lanzó por primera vez al público y los bancos.
"En poco más de 5 años, el papel de máxima denominación ha perdido más del 90% de su poder de compra", resume a iProfesional Andrés Méndez, director de AMF Economía.
Esto traducido en pesos por este experto, significa a que "hoy son necesarios $11.692 para equiparar la canasta de bienes y servicios del IPC Nacional a la que accedía el billete de $1.000 a la fecha de su lanzamiento".
En consecuencia, en la actualidad se requiere disponer de 11 billetes de $1.000, más un billete de $500 más dos de $100 para acceder a similar canasta que en diciembre de 2017.
En la práctica, esta notoria pérdida de valor del dinero explica la razón de las molestias que ocasiona efectuar un mínimo pago en efectivo que ya requiere utilizar un volumen muy grande de billetes.
Muchos billetes de poco valor
Lo concreto es que cada vez se requiere más cantidad de billetes para comprar los mismos productos y servicios que antes, y eso genera un mayor costo de emisión, traslado y atesoramiento de un dinero que vale menos día a día.
"El proceso inflacionario y la reticencia a emitir unidades de mayor denominación determinan esta situación: es muy caro tener circulante ocioso por el deterioro que provoca la alta inflación en las tenencias físicas. Y, paralelamente, es necesario disponer de una gran cantidad de billetes para efectuar pagos menores", reflexiona Méndez a iProfesional.
Claro que la solución logística a este problema es la emisión de un billete de más valor al actual de $1.000, que hoy equivale a apenas 2,5 dólares al tipo de cambio libre, y que apenas sirve para solventar gastos menores.
Cabe recordar que en la región, otros países tienen billetes de mayor denominación que representan entre u$s25 a u$s40. Es decir, a una cifra estimada que puede llegar hasta un papel de $16.000.
Qué billete máximo hoy equipara al de $1.000 de 2017
De ahora en adelante, el panorama no luce alentador para el billete argentino de máxima denominación con una inflación que podría ubicarse en 110% en todo este año, según las estimaciones del último Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM), confeccionado por el BCRA entre economistas.
"Con este panorama, al finalizar 2023 resultaría necesario un billete de $20.000 para replicar el poder de compra inicial de aquel unidad de $1.000", sostiene Méndez.
Y completa: "De esta forma, cuando se habla de emitir unidades de $2.000 o $5.000 se está pensando en utilizar aspirinas para solucionar un problema que requiere cirugía mayor".
Es que para tratar de restaurar el poder de compra de los billetes se debería ajustar la denominación de los mismos al avance de la inflación, para brindarles un valor real similar al que tuvo el papel con la imagen del hornero apenas salió a la calle hace más de 5 años atrás.
"Considerando los procesos que se necesitan para los lanzamientos, para la primavera se debería emitir un billete de $15.000 y el nuevo gobierno tendría que imprimir al empezar el 2024 uno que tenga el nivel lindante a los $20.000", concluye Méndez a iProfesional.-