Jornada marcada por la tensión en bancos: se registró la mayor salida de dólares en dos años
Fue un día amargo para los bancos argentinos. Después de haber atravesado toda la accidentada campaña electoral sin que la incertidumbre política hubiera generado nerviosismo por parte de los ahorristas, este lunes volvieron a ver la postal de ahorristas nerviosos buscando llevarse sus depósitos en dólares.
Aunque es difícil hacer una estimación global, los ejecutivos de más experiencia afirman que los retiros fueron superiores a los que se veían en septiembre del año pasado, cuando se produjo una "mini corrida" tras un refuerzo del cepo del Banco Central.
En aquella oportunidad, en el pico de la corrida se habían producido salidas por u$s100 millones diarios. Ahora, la afluencia de los ahorristas dejó pequeña esa cifra. Con lo cual, la jornada tuvo la mayor pérdida de depósitos desde los nerviosos días de 2019 en que se produjo una salida masiva por la incertidumbre ante el cambio de gobierno.
"El movimiento fue mayor incluso que el del viernes previo a la elección, cuando tradicionalmente se produce un pico por un reflejo defensivo de parte del público", afirmó un ejecutivo de uno de los mayores bancos privados de plaza.
En realidad, no es que la sorpresa por este hecho haya sido grande. Ya con la noticia de la restricción sobre la financiación con tarjeta al turismo emisivo había traído los consabidos rumores en las redes sociales, incitando a los pequeños ahorristas a prevenirse de posibles medidas confiscatorias.
Pero lo que realmente terminó por desbordar los temores fue la disposición del Banco Central que limitó la tenencia de dólares a los bancos. Mediante una circular, se les ordenó ajustar la "posición global neta de moneda extranjera" que no podrá superar el importa del 0% de la responsabilidad patrimonial computable -antes tenían un cupo permitido de 4%-.
Esto, en los hechos impone la obligación de que los bancos -que tenían una posición promedio de 2,5% en dólares, le vendieran las divisas al Central. La complejidad técnica de la normativa hizo que muchos se confundieran e interpretaran que los bancos debían desprenderse de dólares de los ahorristas, cuando en realidad sólo estaban obligados a vender los propios.
Pero bastó con que empezaran a circular mensajes de Whatsapp en los que se advertía que vendría un "nuevo corralito" para que la memoria histórica hiciera lo suyo.
En definitiva, el lunes fue una de las jornadas más agitadas desde fines de 2019, cuando ante la incertidumbre por el cambio de gobierno se había producido en pocas semanas una salida de u$s10.000 millones, que en ese momento representaba un tercio de los ahorros en moneda extranjera.
Pesce sale a aclarar
Lo irónico de este momento es que nunca antes la liquidez de los bancos había sido tan alta: mantienen en su poder un 86% de las colocaciones en dólares y un 65% de los depósitos en pesos, a diferencia de lo que había ocurrido en otros momentos de zozobra financiera.
El total de dólares depositados en el sistema es hoy de unos u$s15.800 millones, una cifra que luce pequeña si se considera que el año pasado se llegó a u$s17.200, y que en diciembre de 2019, al momento de la asunción de Alberto Fernández el nivel era de u$s20.000.
Los ejecutivos de la city dicen que los retiros son, en general, de pequeños ahorristas que se ponen nerviosos por los rumores que corren en las redes sociales. Muchos de estos dólares que salen de las cajas de ahorro en realidad no salen del banco, porque terminan engrosando los cofres de seguridad de los subsuelos.
En las semanas previas a la elección legislativa se había registrado un efecto de salida por goteo, que llevó a una caída del orden de u$s500 millones, un volumen que, en ese contexto político, no era considerado como algo grave por el sistema financiero.
En cambio, lo de este lunes es otra cosa. Y la demostración de ello es que el titular del Banco Central, Miguel Pesce, se sintió en la necesidad de salir a aclarar que los depósitos de los ahorristas no serían afectados.
"Las decisiones que tomó el Banco Central la semana pasada referidas a la posición de cambio de las entidades financieras no tiene ningún efecto sobre los depósitos en dólares en el sistema ni con los activos que los respaldan", dijeron fuentes oficiales del BCRA.
"Los bancos deben tener una posición de cambio neutra, justamente los depósitos al ser un pasivo para las entidades deben contar con respaldo en inversiones en esa moneda. Todos los depósitos en moneda extranjera cuentan con activos en la misma moneda que los respaldan", agregó la misma fuente.
"Adicionalmente, existe una normativa específica con más de 20 años de vigencia que exige particularmente que los depósitos en dólares estén respaldados con activos en dólares", agregó el Central, en alusión a una norma de la época de la crisis del régimen de convertibilidad.
Señales tranquilizadoras, pese a todo
Una de las mayores ayudas que recibió la entidad que dirige Pesce vino de economistas y operadores de la city que suelen ser críticos de la política gubernamental pero que, en esta oportunidad, se alinearon con el BCRA para llevar calma al mercado.
Hubo analistas que calificaron al sistema financiero como "abarrotado de dólares que no están prestados".
De todas formas, lo que ocurra dependerá en el sistema bancario no dependerá tanto de la solidez de caja que muestren las instituciones sino, más bien, de las señales políticas. El Gobierno trata de enfatizar en los indicadores positivos de actividad y en las posibilidades de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
Lo cierto es que, por más aclaraciones del Central y por más recordatorios sobre la alta liquidez del sistema, lo que genera nerviosismo es que cada una de las nuevas medidas parece una confirmación de la endeblez en que se encuentran las reservas del BCRA.
Con esta última medida que obliga a los bancos a vender sus posiciones, se estaría haciendo en el corto plazo de u$s600 millones, según estimaron expertos del sistema. Y con la anterior prohibición a la financiación del turismo con tarjeta de crédito, se salvaría de tener que desprenderse de unos u$s300 millones.
Es decir, cifras pequeñas para el volumen teórico total de las reservas, que está en u$s42.000 millones. Pero que parece confirmar los temores de los analistas en el sentido de que las reservas netas -o sea, lo que queda una vez restados los encajes, préstamos y swaps- está prácticamente en cero.
De hecho, un ex titular del Central, Martín Redrado, estimo que en la caja del Central apenas hay dólares suficientes como para financiar un mes de importaciones.
Es en ese contexto que se da la pulseada entre los indicadores robustos de los bancos y las señales preocupantes de la política económica. Por ahora, el miedo parece estar imponiéndose en esa pelea.