La doble vara de los plazos fijos: los depósitos grandes crecen pero los chicos huyen al dólar
Uno de los datos del sistema financiero que se siguen con mayor atención es la evolución de los depósitos a plazo fijo del sector privado. En tal sentido, la progresión en términos generales parece ser positiva, pues según los últimos datos disponibles, que son al 15 de julio, muestran un crecimiento en lo que va del año del orden del 41 por ciento.
Una primera conclusión sobre este porcentaje es que los bancos aumentaron su fondeo en términos reales al compararse con la inflación del período, pues esta se estima en torno del 13,5 por ciento.
Una lectura más profunda indica que en este lapso se registró un ingreso neto de fondos al sistema, pues este 41% supera holgadamente a la tasa de interés acumulada. En efecto, el rendimiento acumulado de la Badlar (tasa de interés para depósitos de más de un millón de pesos) es del orden del 19%, mientras que los depósitos de menos de un millón de pesos tuvieron una rentabilidad inferior, pues alcanzó al 16,5 por ciento.
La brecha entre mayoristas y minoristas
Pese a esas primeras conclusiones son alentadoras, si se profundiza aún más en la evolución de las cifras, surge claramente una sustancial diferencia según los montos colocados, que se los puede dividir entre mayoristas (de más de un millón de pesos) y minoristas. De hecho, a lo largo del primer semestre se pueden distinguir tres etapas claramente diferenciadas:
- La primera de ellas abarca prácticamente el primer trimestre del año, en la cual los mayoristas crecieron sustancialmente por encima de los minoristas, en particular por lo sucedido en enero y en menor en medida en febrero, cuanto mostraron un acumulado del 22% frente a solo el 7,5% de los pequeños ahorristas.
- Ya en marzo, la continua caída de la tasa de interés, impulsada en parte por el Banco Central, incentivó el pasaje de los depósitos en pesos a dólares en sus diferentes versiones: el solidario, blue, dólar MEP o contado con liquidación, en particular entre los pequeños ahorristas, ya que su saldo cayó más del 4 por ciento.
- En abril el mercado comienza a mostrar cierta reacción luego que el BCRA dispuso que las entidades paguen una tasa de interés mínima por los depósitos a plazo de 30% nominal anual. Pero más allá de esta medida, hubo otra decisión oficial que fue la que impulsó las colocaciones: las restricciones que impuso la autoridad monetaria en primera instancia para las personas jurídicas para acceder al mercado cambiario. Cabe recordar que éstas vieron abruptamente reducidas sus posibilidades de incrementar sus tenencias de moneda extranjera, lo cual las llevó a incrementar sus depósitos ante la falta de opciones para resguardar su capital, al tiempo que los minoristas no mostraban mayor crecimiento en sus saldos de depósitos.
Como consecuencia de esta situación y a partir del envión que registraron, entre puntas los depósitos mayoristas subieron casi un 60%, mientras que el resto apenas superó el 14 por ciento.
Caminos divergentes
A fin de cuantificar el monto en que incrementaron sus saldos los inversores mayoristas, se suele apelar a la diferencia existente entre el monto real y el que surgiría de devengar la tasa de interés. En tal sentido, se puede afirmar que de este simple cálculo surge un incremento neto de fondos del orden de los $195.000 millones.
Por su parte, haciendo el mismo cálculo, en igual lapso los ahorristas minoristas habrían retirado unos $55.000 millones.
"Se observa un aumento en las colocaciones a plazo tradicionales en pesos del sector mayorista (mayores a un millón de pesos) en $123.800 millones, una suba nominal de 12% en junio, mientras que el resto de las colocaciones a plazo tradicionales aumentaron 8% ($39 mil millones) en términos nominales respecto a mayo", explicó Cristian Traut, Gerente de FIRST CAPITAL GROUP.
Como consecuencia de esta evolución tan diferenciada, la relación entre uno y otro, que durante mucho tiempo era de 1 a 1, en este lapso pasó de las 1,5 veces de principios de año a más de dos veces en la actualidad. Ello implica que de cada un millón de pesos que se encuentra depositado a plazo fijo, dos terceras partes corresponden a imposiciones de más de un millón de pesos.
En definitiva, si bien el dato global es alentador en la superficie, el mar de fondo muestra dos corrientes contrapuestas, en contexto de elevada liquidez, por un lado están los grandes inversores no tienen otra opción que renovar o incluso incrementar los saldos de sus certificados ante las restricciones que impiden su acceso al mercado cambiario y por el otro aparecen los pequeños ahorristas que pueden moverse más libremente y que formal o informalmente siguen apostando a la dolarización de sus carteras.