Milei prometió un 2025 con menos impuestos, pero el mercado no ve margen para bajar la presión tributaria
Javier Milei podría darse por satisfecho con el comienzo del año, en materia económica. Las cotizaciones de los dólares financieros registraron caídas respecto del cierre de 2024 -tanto el MEP como el CCL terminaron el primer día hábil del año por debajo de los $1.200-; los bonos repuntaron y el "riesgo país" quedó a un paso de quebrar el piso de los 600 puntos. Y las acciones en la Bolsa avanzaron 6,4% durante la jornada.
Como corolario, el poderoso gremio de los camioneros -con Hugo Moyano a la cabeza- acordó una paritaria que va en línea con lo que pretende el Gobierno para los próximos meses: que los sindicalistas miren la inflación futura para firmar los acuerdos con los empresarios.
Podría enfatizarse entonces que Milei arrancó el año con todas a favor. Sin embargo, el Presidente reconoce que el año es largo. Y que la mira está puesta en las próximas elecciones de medio término. Falta mucho en un país como la Argentina, que desde hace años atraviesa por una profunda crisis. Económica y de credibilidad hacia el sistema político.
Javier Milei tendrá poco margen para bajar impuestos
Tal como consignó iProfesional, el principal objetivo será reordenar el sistema tributario eliminando impuestos de menor incidencia en la recaudación. Según el Gobierno, el 90% de la recaudación se centra en una decena de tributos. El resto podrían ser eliminados sin afectar demasiado los ingresos fiscales. Pero algunos tributaristas no están de acuerdo, y advierten que la eliminación de gravámenes debería ser estudiada más a fondo.
El economista jefe de la consultora MacroView, Pablo Goldín, lo dice convencido: este año, el Gobierno no tendrá margen para bajar los impuestos.
Tiene en cuenta uno de los grandes desafíos que Milei tiene por delante: la necesidad de volver a mostrar cuentas públicas ordenadas. "No es imposible, pero será difícil", concluye Goldín, en diálogo con iProfesional.
La cuenta es básica: si el Gobierno ya no puede recaudar fondos por el impuesto PAIS -que el año pasado dejó el equivalente a 1,5 puntos del PBI- y ya no queda margen para una licuación del gasto público, entonces la eficacia de la recaudación de impuestos queda prácticamente concentrada a una cuestión básica: el crecimiento de la economía.
¿Podrá Milei entonces cumplir con su máxima prioridad? Para Goldín, el Gobierno se verá obligado a aumentar las tarifas de los servicios públicos por encima de la inflación, con el objetivo de reducir los subsidios. El tema representa toda una exigencia superlativa en medio de un año electoral.
De hecho, el nivel de los subsidios se mantuvo constante durante la segunda parte del año pasado: los aumentos tarifarios fueron en línea -y en algunos meses incluso por debajo- de la inflación.
Todo estará puesto en que la recuperación económica ayude a levantar la recaudación. A diferencia de lo sucedido a lo largo del 2024, cuando las comparaciones interanuales fueron negativas, de ahora en más sucederá lo contrario.
Contra el año pasado, la recuperación será visible. Lo que se desconoce es si esa mejora se notará en los bolsillos de la población, de manera que la gente tenga más dinero para consumir.
En este contexto, no habrá demasiado espacio para bajar más impuestos. Ni las retenciones ni el impuesto al cheque -mencionados por Luis Caputo como los primeros en salir de la nómina- podrían eliminarse.
El problema es que desde el sector rural ya salieron a advertir al Gobierno. Desde Coninagro avisaron que el respaldo del "campo" a Milei podría revertirse a partir de marzo, si Economía no le baja la presión fiscal a los chacareros.
Las otras metas que tiene el equipo de Luis Caputo
Hay dos variables que a Luis Caputo le quitan el sueño. Aunque no lo mencione en público, por lógicas razones.
Una es la evolución del tipo de cambio. La estabilidad del dólar fue clave para lograr un descenso de la inflación durante la segunda parte del año pasado.
Justamente, el enfriamiento de la inflación fue la clave del ascenso de la imagen de Milei en las encuestas. Y hoy representa el mayor valor que le otorga parte de la sociedad a la gestión presidencial, de cara a las elecciones de medio término.
El año electoral será juzgado por la ciudadanía en relación a los precios y a si hay una mejora en los ingresos reales.
Goldín cree que ese progreso de los salarios, y por lo tanto del consumo, será paulatino; leve. "Imagino más una dinámica como la que vimos en el año 2017, con Macri, que con Carlos Menem o con Néstor Kirchner, donde las mejoras para la población fueron muy buenas y hubo una explosión del consumo", destaca el economista.
¿El dólar está atrasado?
Ante los desafíos de inflación a la baja con dólar estable, el Gobierno asegura que la Argentina será todavía más cara en dólares.
En relación al dólar atrasado, Milei descartó que sea una "anomalía" que muchos argentinos este verano se vayan de vacaciones a Brasil como consecuencia del dólar barato. "La anomalía fueron los últimos 20 años de la Argentina. Hay subyacente una discusión de si el tipo de cambio está atrasado o no" expresó.
"En 2002 no se iba nadie de vacaciones. Teníamos un superávit de cuenta corriente, que tuvo un pico de 16 puntos el PBl, después fue 8 y entraban dólares hasta por las orejas" explicó.
Y luego se interrogó a sí mismo. "La pregunta es si estábamos bien, porque fue uno de los peores momentos de la historia argentina. Cuando hacés las cosas mal, tu moneda se deprecia. La contracara es que destruís los salarios reales", consideró.