Por qué Fate y Bridgestone están en crisis casi terminal, con precios de neumáticos por las nubes
Toda crisis tiene su causa profunda que hay que develar. Alzar el velo de la naturaleza que ama esconderse es más difícil que analizar la causa principal por la que dos empresas de primer nivel de neumáticos, en un país amante de los rodados, se encuentran en un estado de crisis casi terminal.
Las operaciones en Argentina de la multinacional Bridgestone, ex Firestone, y de la nacional Fate, del dueño de Aluar, Javier Madanes Quintanilla, se encuentran jaqueadas por cuestiones que se arrastran desde al menos, hace una década, y en ningún caso se resolvieron con el correr de las gestiones políticas.
Fate y Bridgestone pidieron un Proceso Preventivo de Crisis
Tanto Fate como Bridgestone presentaron la solicitud de la apertura del proceso de crisis ante el ministerio de Capital Humano que contiene, en su amplio organigrama, a la secretaría de Trabajo nacional.
El proceso preventivo de crisis es un recurso contemplado por la Ley de Empleo 24.013, que permite a las empresas suspender o despedir personal ante una disminución del trabajo por fuerza mayor o por causas no imputables al empleador.
Por su actividad económica y por la magnitud de la empresa, llama la atención que estas dos compañías avancen con este proceso, pero en la Argentina de Milei y, también en la de Alberto Fernández, los procesos de crisis fueron moneda corriente.
En las oficinas laborales se cuentan pedidos por una cifra cercana a las 38.000 empresas durante estos períodos.
Ahora bien, en el caso del sector del caucho, la principal razón por la que las dos principales empresas de neumáticos del país coinciden en su petición ante el secretario, Julio Cordero y la ministra, Sandra Pettovello, se producen por dos causas constantes en el tiempo que son, la persistente caída de la demanda en países de la región y la falta de competitividad en los costos nacionales.
El último ítem supuso un extenso enfrentamiento con el sindicato trotskista del SUTNA, que se extendió durante dos años y en la que sus afiliados llegaron a tomar ilegalmente una sede del ministerio de Trabajo durante la administración de Alberto Fernández, que según ejecutivos de Bridgestone les costó sufrir, "una pérdida de confianza corporativa que generó la transferencia del volumen de exportación del país a otros plantes que la compañía posee en la región".
Esta pérdida de mercados internacionales para la filial local de Bridgestone Argentina significó que en la actualidad se esté exportando sólo el 10% de lo proyectado por su management.
En ese sentido, la empresa de Madanes Quintanilla, Fate, atraviesa una situación similar por la que intentó desprenderse de cerca de 100 trabajadores por la caída de la demanda interna y externa.
Desde el sindicato se inició un reclamo gremial generalizado, con acusaciones destempladas contra el dueño de la empresa, al que señalan como poseedor de una de las grandes fortunas de la Argentina, mientras que sus ejecutivos solicitaron la intervención del gobierno de Javier Milei.
Las causas de la crisis en las empresas del neumático
En voz baja, explicaron a iProfesional que "la falta de competitividad es una cuestión que no se ha detenido. Es persistente, sea el Gobierno que fuera el que se encuentre en la Casa Rosada. A esta situación, con un gremio híper conflictivo y poco ortodoxo, léase peronista, hay que sumar la recesión producto de las medidas del gobierno libertario para bajar la inflación a martillazos, que sólo nos provocan pérdidas en nuestros balances".
Números conservadores indican una caída superior en la demanda de neumáticos locales superior al 30% en comparación con el año 2023.
Mientras que Fate quiere desprenderse de trabajadores calificados del caucho en Bridgestone están pensando en que hacer con la fábrica de Lavallol. Porque si continúa esta crisis de demanda y de altos costos laborales, la actividad productiva principal será trasladada a otras plantas ubicadas en otros países de Latinoamérica.
La crisis de neumáticos en la Argentina amenaza con convertirse en endémica, en un problema persistente como el inflacionario o la falta de divisas, porque, al mismo tiempo se están registrando un aumento de los robos de ruedas, que en muchos casos se trata de hechos de fraudes a los seguros, que el CESVI, centro de experimentación y seguridad vial, que analiza el comportamiento de más del 60% del mercado asegurador argentino de vehículos y detecta los indicios de fraude, midió que durante el primer trimestre del año, subieron un 14% los robos de vehículos y con ello, se incrementó el robo de autopartes y neumáticos.
El 2023 había registrado un incremento anual de robos del 28% con respecto al 2022 y para el experto en seguridad, Daniel Beck, "Yo creo que lo único que verdaderamente puede llegar a tener un hilo conductor es el tema de la falta de insumos y bueno, con el tema del cepo o como se venían manejando las medidas cambiarias. Por eso, al no ingresar el material que tenía que ingresar, se acrecentó el tema del robo de neumáticos. Igualmente, creo que detrás del robo de neumáticos, el 60% es fraude, si no es un poco más".
"Turismo gomero": la diferencia de precios con los países vecinos
Este robo de ruedas genera un verdadero mercado negro de neumáticos que resiente toda la cadena productiva al igual que el denominado "turismo gomero".
Muchos argentinos que fueron con su automóvil a Brasil el pasado verano aprovecharon para cambiar las cuatro cubiertas de sus rodados porque por el precio de un neumático en Argentina adquirían cuatro en Brasil. Un tema que se repite también en Paraguay y Chile.
Por ejemplo, si se toma una medida de referencia como la 215/65 R16, los precios son los siguientes:
Argentina: $377.000, unos u$s260 al blue
Paraguay: este modelo cuesta unos u$s83
Chile: también cuesta unos u$s88
Estos factores combinados produjeron la tormenta perfecta para dos grandes empresas de neumáticos que, a la fecha, se encuentran en graves problemas para afrontar su futuro.