• 22/12/2024

Consultoras, en alerta por la disparada de precios: qué inflación prevén para diciembre

La suba de precios no da tregua y las proyecciones para el último mes del año son mayores a las esperadas. El rubro de alimentos, uno de que más aumentó
20/12/2023 - 16:37hs
Consultoras, en alerta por la disparada de precios: qué inflación prevén para diciembre

La aceleración de la suba de precios no detiene su marcha, por lo que diferentes consultoras privadas actualizaron sus previsiones de inflación para diciembre y ya la ubican cercana al 30%.

Ese es el caso de Eco Go, la firma que dirige Marina Dal Poggetto, que estimó que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del último mes del año "se ubicaría en 28,2%, por encima de lo estimado la semana anterior". La proyección previa era en torno al 25%.

La consultora reveló que los alimentos y bebidas consumidos dentro del hogar aumentaron 8,2% en la primera semana del mes y 10,4% en la segunda, lo que atribuyeron "principalmente por el efecto de la devaluación sobre los precios, levemente mayor al esperado, con sub categorías que registraron aumentos de hasta el 90% en la semana", a lo que "se sumó también la corrección del precio de los combustibles, lo que impactó de forma indirecta sobre el resto de los precios".

Al mismo tiempo, los mencionados factores sumado al comienzo de la temporada de vacaciones, propició el impulso de las categorías "alojamiento turístico y pasajes de avión", que registraron subas del 47,3% y 90,3% respectivamente.

Además, desde Eco Go, precisaron que "los medicamentos también registraron alzas relevantes luego de la devaluación, destacándose los psicofármacos que experimentaron una suba del 44,7%", revelando que "ya la semana anterior los precios de los mismos se habían incrementado impulsados por el fin del congelamiento de precios".

Una inflación cercana al 30%

Entre las consultoras económicas que también pronostican una inflación en el orden del 30% están Analytica y Abeceb. En tanto que Equilibra, Invecq y Ecolatina, por ahora mantienen sus previsiones en un rango de entre 20 y 25%, por el momento. Abeceb, la firma que dirige el ex ministro de Producción Dante Sica, prevé una inflación del 31,2% para diciembre, mientras que Analytica, la consultora que dirige el economista Ricardo Delgado, prevé que el IPC alcance el 29%.

Desde Ecolatina, reflejan que "tras el 12,7% registrado en noviembre, el IPC en el GBA volvió a acelerarse y en la primera quincena de diciembre registró un aumento del 18,1% con respecto al mismo lapso del mes anterior", aunque estiman una desaceleración relativa en la última quincena de 2023, con una inflación promedio de 25% para todo el mes.

Los precios de los alimentos y bebidas aumentaron considerabñemente en diciembre
Los precios de los alimentos y bebidas aumentaron considerablemente en diciembre

Por inflación, el billete de $2.000 vale menos de la mitad que en mayo pasado

En apenas 7 meses, el billete de $2.000 licuó más de la mitad de su valor real y el monto equivalente que debería tener en la actualidad para conservar el mismo poder de compra que tuvo cuando empezó a llegar a la gente y los bancos, sería cercano a los $5.000.

"Esto quiere decir que durante diciembre este papel de máxima denominación sólo accede al 45% de una canasta de bienes y servicios del promedio que releva el IPC nacional que se podía comprar en mayo pasado", dice a iProfesional Andrés Méndez, director de AMF Economía.

Esto se debe a que el ritmo de inflación es acelerado desde inicios de año hasta el presente. Incluso, en noviembre el índice de precios al consumidor (IPC) fue de 12,8%, según el Indec.

Y en base a proyecciones de economistas privados, para diciembre y enero se calcula que podría ser mayor al 25%, tras la fuerte devaluación del tipo de cambio oficial mayorista que hubo por el salto desde los $366 hasta los $803 actuales, y su traslado a distintos precios de productos y servicios.

"Para enero próximo, las proyecciones relativamente pesimistas advierten que el billete de $2.000 podrá descender un nuevo escalón en su poder de compra, pudiendo estimarse que se adquirirá con este papel menos del 35% de la canasta que permitía alcanzar en mayo pasado", resume Méndez.

El billete de mayor denominación, lanzado hace apenas 7 meses, ya perdió más de la mitad de su poder de compra.
El billete de mayor denominación, lanzado hace apenas 7 meses, ya perdió más de la mitad de su poder de compra.

El billete de $2.000 vale cada vez menos

En resumidas cuentas, el billete de máxima denominación lanzado este año ya equivale a apenas u$s2,5 al tipo de cambio oficial, y su poder de compra comienza a ser irrisorio para las transacciones cotidianas, debido a que se requieren varias de estas unidades para adquirir distintos bienes y servicios.

"Pueden darse casos particulares: por ejemplo, si uno concurriera a un supermercado líder, adquiriría solo el 25% de bananas de las que podía comprar en mayo pasado. O sea que, en este caso, la pérdida del poder de compra del billete más grande se ubica en torno al 75%. O bien, en el caso de un kilo de asado, la caída adquisitiva del billete es de 60%", grafica Méndez a iProfesional.

Al mismo tiempo, un factor que atenta la posibilidad de poder cubrir con esta necesidad de utilizar más cantidad de unidades de $2.000 es que, justamente, es muy escaso el volumen de papeles de esta cifra que circula en la calle.

De acuerdo a datos del Banco Central, los ejemplares en homenaje a la ciencia argentina que circulan entre el público y los bancos son 295 millones, por lo que representan apenas el 3% de todos los billetes existentes.

Como dato a tener en cuenta, hoy la mayor cantidad de unidades que circulan son las de $1.000, debido a que acumulan en la calle más de 5.250 millones, que significan el 53% de todo el efectivo en circulación.

Billete de mayor denominación necesario

En base a la inercia inflacionaria, y al escaso poder de compra que tiene el ejemplar de $2.000, varios son los economistas que están solicitando un billete de mayor denominación para favorecer las transacciones y logística de aquellos consumos que se están realizando con efectivo, como la compra en un supermercado, un restaurante u algún gasto cotidiano que requiere una cantidad notoria de pesos.

Diversos sectores afirman que se necesitan billetes de mayor denominación que la de $2.000 para poder facilitar las operaciones en efectivo.
Diversos sectores afirman que se necesitan billetes de mayor denominación que los de $2.000 para poder facilitar las operaciones en efectivo.

De hecho, un claro ejemplo es el límite de entrega de billetes que tienen los cajeros automáticos, algo que también genera que se vacíen en cuestión de horas y ya no entreguen cambio, debido a que las cuatro o cinco gavetas que poseen estas máquinas se las completa con las mayores denominaciones.

Otro efecto más de este contexto es que, prácticamente, en los últimos meses es muy baja la emisión de nuevas unidades de $200 y $500.

En resumidas cuentas, más allá que las autoridades prefieren fomentar la digitalización para las transacciones y la operatoria mediante los canales virtuales, con la finalidad de ejercer un mayor control fiscal y bajar el costo de emisión y de logística. También distintos actores económicos piden billetes "más grandes".

Respecto a cuál es la denominación máxima necesaria para este momento, varios son los analistas que sostiene que ya se requieren papeles de $20.000 y $50.000. Incluso, algunos arriesgan cifras más altas.

"Los antecedentes de billetes emitidos entre finales del siglo pasado y el actual, marcarían que el billete de $100 tuvo en los años ´90 una estricta equivalencia con el de u$s100. Consecuentemente, si se quisiera reproducir aquél fenómeno, debería emitirse una unidad que multiplique por 50 al billete de mayor denominación de la actualidad, es decir, uno de $100.000", concluye Méndez a iProfesional.

El último relevamiento de la consultora arrojó que "el incremento en los primeros 15 días de diciembre estuvo impulsado principalmente por los capítulos de salud (38,4%), donde destacan los aumentos en medicamentos y prepagas; esparcimiento (35,2%); y equipamiento y mantenimiento del hogar (28,2%), y alimentos y bebidas, que trepó 16,2%".

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