Tiembla el mercado: se rompió la tregua entre Macri y Alberto F. y se teme nueva devaluación
Tras lo que fue la peor jornada financiera y cambiaria desde la devaluación post PASO, del lunes 12 y martes 13, hay un creciente temor que recorre los despachos oficiales y las oficinas de la City porteña.
El miedo es que la crisis que azota a la Argentina desde hace ya más de un año esté a un paso de profundizarse a través de una nueva devaluación, a pesar del consenso generalizado de que este precio del dólar resulta uno de los más elevados (en términos reales) de los últimos años.
A pesar de la intervención del Banco Central -vendió un total de u$s362 millones, el mayor volumen desde que el FMI lo habilitó a hacerlo-, el dólar escaló un peso (+1,8%), hasta los $56,30 en el mercado mayorista. En los bancos, en tanto, se expendió a $58,66, un alza de $1,40 respecto del cierre del lunes.
El "martes negro" se completó con una disparada del riesgo país, que perforó el techo de los 2.000 puntos, el mayor nivel en 14 años.En paralelo, la nueva caída de las reservas de la entidad monetaria, de u$s442 millones, no hacían más que reflejar la gravedad de la situación.
El nuevo sobresalto en los mercados acabó con la de por sí tensa calma ganada tras el armisticio político que, en los hechos, habían pactado Mauricio Macri y Alberto Fernández tras la devaluación que puso al dólar en torno a los 60 pesos.
Esto da cuenta, además, de un agravamiento de la crisis: a pesar del salto del tipo de cambio tras las PASO, en bancos de inversión admitían la posibilidad de una nueva corrección cambiaria.
La intranquilidad volvió luego de la cumbre mantenida durante la tarde del lunes entre la comitiva del Fondo Monetario que llegó a Buenos Aires con Alberto F. y su equipo económico. Una vez finalizado ese encuentro, Fernández divulgó un comunicado híper crítico para con el FMI y con la administración Macri, haciéndolos responsable por la "catástrofe social".
Junto con esa declaración, trascendió que la misión encabezada por Alejandro Werner y Roberto Cardarelli había hablado sobre un "vacío de poder" en la Argentina tras la derrota de Macri en las Primarias y cuando aún faltan 60 días para las elecciones generales de octubre.
El organismo salió oficialmente a desmentir ese planteo. "El Fondo Monetario Internacional desmiente categóricamente que miembros de la delegación actualmente presentes en Argentina, hayan sugerido adelantar las elecciones presidenciales por supuestas preocupaciones acerca de un hipotético 'vacío de poder'", puntualizó.
Sin embargo, eso no alcanzó: la evidente tensión en el vínculo entre el candidato del Frente de Todos y el FMI agitó al mercado financiero. Y las cotizaciones de los activos argentinos se derrumbaron.
Según trascendidos extraoficiales, en la reunión mantenida entre el presidente Macri con el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza; el titular del BCRA, Guido Sandleris, y Marcos Peña, se responsabilizó directamente al candidato del Frente por la agitación en los mercados financieros.
Concretamente, por la postura de Alberto F. frente a la delegación del Fondo y las versiones de un planteo de "vacío de poder".
Nielsen, ante banqueros e inversores
Esta vez, la comunicación de Guillermo Nielsen con inversores, a través de sendas conferencias telefónicas organizadas por los bancos internacionales Itaú y Barclays, no apaciguó los ánimos alterados.
El referente económico de la oposición se mostró muy cauto en su contacto al referirse al futuro en caso de que Alberto F. llegue a la Casa Rosada. Sin embargo, dejó una afirmación que puso en alerta a sus interlocutores: "No hay ningún indicio de que el FMI concrete el desembolso" de u$s5.400 millones, previsto para las próximas semanas.
Fue tomado como un dato relevante de parte de alguien que se juntó con los directivos del organismo unas horas antes.
Nielsen, a su vez, evitó hablar de una posible reestructuración de la deuda. Eso sí, cargó las tintas sobre el Gobierno: "Nosotros queremos ayudar pero no podemos hacer mucho. Macri está a cargo del Ejecutivo y debe hacerse cargo. Pero volvió a hacer campaña", disparó el economista.
Al cierre de los mercados, funcionarios de la administración central responsabilizaban a las declaraciones de Fernández por el derrape de los títulos públicos, las acciones y las presiones sobre el tipo de cambio.
Las acusaciones cruzadas entre los funcionarios del Gobierno y los referentes de la oposición voltean el frágil acuerdo logrado luego de la última devaluación, cuando el dólar trepó a $60 y Macri y Fernández mantuvieron un par de diálogos telefónicos. Coincidieron en que el billete verde debía quedarse en esos valores. Pero, a juzgar por lo sucedido ayer martes en los mercados, ese escenario parece resquebrajarse.
En este contexto -y más allá de la veracidad de las versiones en torno de los contactos del FMI con la oposición- hay algo cierto: el organismo no tiene incentivos políticos para mandar los fondos con la urgencia que el escenario necesitaría.
¿Por qué apurarse si está más que claro que cada dólar que envía a la Argentina entra por una puerta y sale automáticamente por la otra? El FMI no tiene ningún interés de que esas divisas que envía sean utilizadas por los fondos de inversión utilicen para cubrirse. Al contrario, su mandato como organismo está en contra de esa dinámica.
A su vez, el Fondo tampoco tiene incentivos para acelerar el desembolso antes de que, como parece, Alberto F. se consagre como Presidente electo, el próximo 27 de octubre. Si ése fuese el escenario, los funcionarios del organismo quisieran sentarse a negociar con el elegido antes de mandar el dinero.
La única urgencia que podría desvelar al FMI sería si el Banco Central se queda sin reservas. Un escenario que por ahora no se observa. Lo que preocupa es la dinámica; no la foto.
Preocupación en Wall Street
Desde Wall Street observan este proceso con máxima preocupación, algo que se vislumbra en los precios de los papeles de la deuda.
Desde Nueva York, un reconocido analista comenta a iProfesional, bajo reserva de su identidad: "El país parece a la deriva; sin que nadie hago algo productivo para evitar el colapso".
Uno de los financistas que la semana pasada tuvo contacto con el equipo económico de Alberto F. afirma, a su vez, que "es evidente la falta de liderazgo frente a la crisis, de uno y otro lado".
En el cortísimo plazo había al menos dos iniciativas que manejaban en los borradores de financistas muy cercanos a la Casa Rosada:
-Una medida refería a los u$s7.000 millones que el Banco Central aún dispone del primer desembolso del Fondo Monetario, que tenían la función de reforzar las reservas pero que, llegado el caso de una crisis profunda, podrían utilizarse para afrontar los pagos de vencimientos de la deuda y disminuir las presiones.
-En otra institución no descartaban una iniciativa más audaz, que en algún momento podría salir a la luz en caso de que se compliquen más las cosas: un canje de Letes por un título de deuda de largo plazo, sin que ello signifique una quita a valor presente.
Claro que una operación de ese tipo no sólo debería contar el visto bueno del Gobierno sino, sobre todo, con el respaldo explícito de Fernández.
Por ahora, nada de eso luce sobre la mesa. Después de otra jornada con incertidumbre, la noción mayoritaria en los bancos del microcentro porteño era que el miércoles podría empeorar el escenario financiero.
"Si el dólar va para arriba, no nos queda mucho más que administrar esa suba con las intervenciones", anticipa a iProfesional un funcionario del equipo económico.
¿Cuántas jornadas más podrá aguantar la situación, si el Banco Central tiene que volver a intervenir vendiendo las menguantes reservas?
Como manifestó con elocuencia este martes el mismo Carlos Melconian, "el partido de la transición se juega en el nivel de las reservas. No hay que mirar otra cosa". En lo que va del mes, ya cayeron u$s10.400 millones. Ahí está expuesta la gravedad de la crisis.